No. No es eso, es que no estoy de acuerdo con lo que haces y sé que lo que dices es porque quieres seguir ahí, mandando, como sea y caiga quien caiga. Dicen que nos has sabido tomar la medida y, por supuesto, te lo has creído. Pero eso es como decir que todos somos idiotas, que puede ser…
Sí. Es verdad que me da pena que no tengamos colectivamente la inteligencia suficiente para ponerte en tu sitio, para decirte que no nos puedes engañar siempre, que sabemos de tu narcisismo enfermizo que te lleva a manipular y a tener ese miedo atroz a perder el poder. Ese pánico que te consume a ser un donnadie, un mindundi sin pitufos pelotas paniaguados que te sigan ciegamente, que te digan lo guapo y listo y sensible que eres.
No. Nunca tendrás tanta suerte ni tendrás esa carambola de hoy de tener un oponente tan poco hábil que solo se apoye en ti para crecer. Ni generar un miedito a otros que, en realidad, te alimentan a ti y sin el que estarías ya, no en la oposición, sino fuera del circo. Volverías a ser lo que eras antes: nadie.
Sí. Es verdad que ejerces el poder legítimamente, pero eso no te autoriza a perder los principios, ni las bases de esa ideología. Estás destrozando lo que tantos consiguieron dejándose la vida y luchando sinceramente por lo que creían. Estoy casi seguro de que no era luchar para que un líder impusiera su criterio y se saltara cualquier bien común para mantenerse en la poltrona. Ese sitio que tanto te mola.
No. La verdad es que no te debería odiar y no lo hago, pero me pareces una pesadilla para este país que NO distingue entre ricos y pobres, entre funcionarios abnegados y empresarios corruptos, entre mayorías equivocadas y minorías protegidas empoderadas, como tú trasladas con tus estrategias de engañabobos. Desprecias incluso a los tuyos.
Sí. Puedes seguir mandando, pero tu miedo es cierto, en eso tienes razón. Algún día se analizará como desastroso tu gobierno y tristemente peor será tu legado que lo más seguro sea una «vendetta» de tus acciones y dejará a más gente sin proteger, creará división cuando no odio, traerá ajustes que serán tan injustos como los que tú has firmado, dará fuerza a los que quieren acabar con ese país que tú tanto amas y defiendes y que dices que es ejemplo planetario.
No. No te preocupes. Ya caerás, todos caen, pero por favor no permitas que te sigan haciendo la pelota babosamente, no nos tortures más, no sigas consintiendo a todos y todas esas personas que te rodean y que repiten tus órdenes, frases y estrategias ramplonas como papagayos. Gobierna, intenta hacer lo menos posible y retírate a Venezuela oriental a vivir el tiempo que tengas, que espero largo, como un auténtico revolucionario.
Sí, porfa.
Pedro: me solidarizo plenamente con tu gran artículo. Me recuerda la maravillosa carta de Petronio a Nerón antes de suicidarse por orden del sátrapa. Y permíteme una puntualización (sin querer hacerme el listillo): No ejerce el poder legítimamente, sino legalmente. Entre legitimidad y legalidad hay un trecho y tu artículo es prueba de ello. Un cordial saludo.
hola Sr tienes razón, un abrazo
Me encanta el articulo