Nuestro Molt Honorable está “decepcionado” con el Gobierno central porque ha dado una puñalada mortal al Trasvase Tajo-Segura y lo ha hecho de forma traicionera, saltándose promesas de Pedro Sánchez y acuerdos con la ministra Teresa Ribera, ambos vendidos al presidente de Castilla-La Mancha y a sus argumentos nada científicos para negar el agua (que es de todos) y condenar a la miseria a Alicante, Murcia y Almería. Ximo Puig no puede conformarse con las migajas (y caras) del agua desalada. Ha dicho, a cinco columnas periodísticas (el inolvidable expresidente de la Hogueras de Alicante, Tomás Valcárcel, diría “a más columnas que el Partenón”), que está “disgustado” con el Gobierno.
Pero es incapaz de pedir, al menos, la dimisión de la ministra Ribera, aunque él sabe bien que el último responsable de su humillación es Pedro Sánchez. Primero, Zapatero se cargó el trasvase del Ebro al Júcar (qué falta hace) y ahora, la pareja Sánchez-Ribera arrambla con el Tajo-Segura. Nuestro president se pone blandito y no cree que con manifestaciones se apoye más a los regantes. El coste electoral puede ser enorme. La hecatombe para Puig y el Botànic se anuncia terrorífica. Incluso puede tener graves repercusiones en las elecciones municipales y, por supuesto, en las generales.
Creo no equivocarme pensando que Ximo es un camaleón de lo más puro. Sabedor de que Sánchez le ha asestado un golpe brutal con los recortes de agua para Alicante y con el maltrato financiero a la Comunidad Valenciana en los Presupuestos del Estado, aún tiene el president palabras de componenda para no molestar más de lo debido a Pedro I el Mentiroso. Asegura Puig que el Gobierno sociocomunista central, copia del Botànic a su juicio, buscará fórmulas para compensar los agravios. Promete el Ejecutivo (o eso dice Ximo) fórmulas mil compensatorias de lo que nos niega en el trasvase y en los presupuestos.
En ciertos medios de comunicación ya le auguran un futuro negro, aunque poniendo sordina a los deméritos del Molt Honorable. Pero nadie explica porqué Pedro I el Traidor (ya he explicado, en otra ocasión, porqué además de mentiroso es traidor a España y a sus compañeros de partido asesinados por ETA) se deja querer por el presidente de Castilla-La Mancha y desprecia a Puig en el asunto de las aguas del Tajo. Empiezo a sospechar que se quiere cargar el trasvase por franquista. Tiene que ser un símbolo franquista para él. Y, a poco que nos descuidemos, empieza a derribar presas de pantanos y embalses por la misma razón.
Ya Zapatero, su vicepresidenta valenciana María Teresa Fernández de la Vega y su ministra Cristina Narbona (actual presidenta del Sanchismo, antes Partido Socialista Obrero Español, PSOE) se cargaron el trasvase Ebro-Júcar, alegando razones medioambientales (¡¡¡!!!), las mismas por las que ahora están maltratando el trasvase Tajo-Segura antes de acabar con él por completo. Pero la realidad debe ser otra. Aquel nonato trasvase del Ebro era un proyecto del PP de Aznar, otro franquista que, a juicio del trío ZP-Vega-Narbona, no podría querer nada bueno para la Comunidad Valenciana. Pero los que no querían nada bueno para nuestra autonomía (especialmente para Alicante, creo) eran los independentistas catalanes, con la complicidad del Partido Socialista de Cataluña (PSC), unos independentistas que nos quieren en los Países Catalanes, pero sin tocar el Ebro, es decir, países sí, pero de segunda. Y Ximo, tan feliz, con catalanistas independentistas en su querido y admirado Gobierno del Botànic.
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Así es tocayo, el agua es de todos y las nubes no entienden de fronteras autonómicas ni regionales, pero para eso están los políticos, para racionarla. España necesita abordar un Plan Hidrológico Nacional entre cuencas, urgente, porque cada año llueve menos, sin embargo, esto no lo veremos nosotros. Un abrazo.
He vuelto a leer, querido tocayo, tu poema ‘El agua es la conciencia del paisaje,/el espíritu de la tierra…». Llueve y nieva en la mitad Norte de esta España insolidaria, incapaz de hacer trasvases de agua ‘sobrante’ al Sur y al Levante para crear país y riqueza. No hay políticos grandes, con visión de futuro. Se cargaron el trasvase del Ebro antes de iniciar las obras y se están cepillando el del Tajo al Segura. Pero legislan para que gente se cambie de sexo y para que los niños y niñas aprendan a masturbarse en la escuela. Tenemos un Consejo de Ministros de gilipollas (ellos y ellas), que, además, la han tomado contra Alicante, Murcia y Almería, empeñados en acabar con la Huerta de Europa y con quienes la habitamos. Un fuerte abrazo.