Cuentan que a Adolfo Suárez le escribía sus discursos, por lo menos algunos, el periodista Fernando Ónega, que dice ser el padre de aquel reiterado ‘puedo prometer y prometo’ punto y final (en TVE) de su campaña electoral en 1977, frase que repitió siete veces para definir las reformas que su Gobierno llevaría a cabo para instaurar una democracia total y transparente. Ganó esas elecciones y las de 1979 tras lograr que todos los partidos, incluido el comunista de Carrillo y la Pasionaria, elaboraran la Constitución de 1978, la de la concordia.
Hubo concordia en España a pesar de algunos acontecimientos luctuosos, el más importante el golpe de Estado de Tejero, Armada y Milans del Bosch en 1981. Se fortaleció la democracia con el castigo de los insurrectos y los sucesivos gobiernos de Felipe González (tres) y Aznar (dos), concordia que empezó a resquebrajarse con la Ley de Memoria Histórica de Zapatero y cuyas premisas de odio entre españoles se han visto reforzadas por la infame Ley de Memoria Democrática, ojo, elaborada con el apoyo de los bilduetarras herederos de la ETA que asesinó a más de 800 españoles, entre ellos una decena de dirigentes y destacados miembros del PSOE.
Esta ley podría caer sobre la cabeza de Ximo Puig tras su reciente discurso ante numerosas fuerzas vivas de la sociedad alicantina reunidas en el Auditorio de la Diputación. En su larga perorata hizo elogio o exaltación de un símbolo franquista como fue el periódico provincial del Movimiento Nacional durante más de 30 años. Yo al menos lo deduzco de estas palabras que le dedicó al rotativo, desvelando el secreto de su éxito: “entender la complejidad, valorar la diversidad y defender esta tierra con lealtad cuando costaba un real y ahora que se lee en tiempo real”. Es decir, que era el mismo defensor leal de la provincia en 1941, cuando lo creó el Movimiento Nacional, que en la actualidad. Observen, además, el ingenioso juego con la palabra ‘real’, veinticinco céntimos de la desaparecida peseta que costaba el periódico, y el tiempo ‘real’ en que se lee el rotativo (!!!).
Que caiga el peso de la ley PSOE-Bildu sobre el presidente por muy Molt Honorable que sea. Que la Fiscalía del Estado indague si hay exaltación o elogio del franquismo como parece evidente. El discurso, lo haya escrito o no Ximo Puig, lo ha pronunciado él. Que la ‘memoria democrática’, por absurda que sea, no sea discriminatoria. O acaso sea el momento de que Puig inicie una campaña para acabar con algunas imbecilidades del Gobierno Frankestein, apoyado por independentistas, bilduetarras y otras chicas (sobre todos dos) del montón.
No se entienden los elogios de Puig al Gobierno por su gestión. Critica “cuando profetizaban en algunos medios de comunicación que cada día el mundo se acababa… sacaban a cabalgar los jinetes del Apocalipsis… Al contrario. Esta sociedad ha sido capaz de hacer crecer la economía, de que el empleo esté en cifras récord y el turismo también”. El presidente pasa de la dura realidad que nos rodea: el Gobierno de Su Sanchidad Pedro I el Mentiroso ha dejado a la Comunidad Valenciana, prácticamente, sin el Trasvase Tajo-Segura y con la peor cifra de inversiones de los Presupuestos Generales del Estado, condenando a la provincia de Alicante, sobre todo a la Vega Baja y al Campo de Elche, al ostracismo agrícola con consecuencias terribles para la economía y el empleo. En cuanto al turismo, Puig ha apoyado a Compromís implantando la tasa turística. Y no ha logrado convencer a Pedro Sánchez, su querido líder, de que mantenga los viajes del Imserso en las mejores condiciones.
Puig, tras culpar a ciertos medios de comunicación de catastrofistas (los que no comen en los pesebres de Pedro Sánchez y del Molt Honorable), se permite dar lecciones de periodismo. Éste tiene que ser “leal y responsable”. No lo explica. No dice si tiene que ser leal a la Constitución o a los gobiernos de Pedro I el Guapo, sociocomunista y proindependentista, o al de Ximo Puig el del Botànic, sociocomunista e igualmente proindependentista. Los hechos son los hechos y las palabras de Puig, sutil (y a veces burda) propaganda.
Posdata
Plataforma cívica, ‘apartidista y pro Ximo Puig’. Acaba de ser presentada en Alicante y tiene el mismo objetivo que las de Valencia y Castellón. Juran sus promotores que son apartidistas, que nacen (y lo proclaman muy alto) y luchan para que Ximo Puig siga como presidente cuatro años más. Porque es “el valor más sólido para el presente y el futuro… el mejor presidente que ha tenido la Comunitat Valenciana” y debe seguir haciendo el bien sin mezcla de mal alguno. ¡¡¡Y se proclaman ‘apartidistas’!!! Algunos tienen hasta fama de intelectuales, muchos han sido políticos y hasta han ostentado cargos y unos pocos siguen viviendo de la Generalitat. Otros pocos supongo que confían en que Puig ‘se acuerde’ de ellos si gana las elecciones del 28 de mayo. Cosas veredes, amigo Sancho… Sancho no las verá, pero nosotros las estamos viendo, mi venerado Miguel de Cervantes.
Adenda
Tengo que añadir algo y no sólo para eliminar sospechas de que ataco al PSPV-PSOE, a Ximo Puig y amiguetes. En el próximo artículo pondré en solfa a Núñez Feijóo y a su PP, entre otras cosas por su defensa del aborto. Y, una vez más, recuerdo que fui el primer periodista de la Comunidad Valenciana en pedir la dimisión de Francisco Camps, más que nada por estética política tras haber llamado “amiguito del alma” a un personaje tan despreciable como Álvaro Pérez ‘El Bigotes’. Yo sí soy apartidista y no como otros. No me gusta ir contra nadie, ni contra todo. Me gusta ir (lo intento con todas mis fuerzas) con la verdad… por delante. La verdad nos hará libres, pero hay muchos que no paran de decir mentiras y presumen de la libertad que quieren quitar a otros.
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Muy buen articulo. Saludos, Susana Llorens.
Muchas gracias. Un cordial saludo.
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Admirado don Ramon, el dedo en el ojo de don Ximo. La verdad nos hace libres, sigue siendo una verdad. Y esa mala costumbre de los políticos de decir, sin pensar lo que se dice.