Acompaño a mi cuñado al pueblo porque tiene una cita en oficinas municipales para obtener reserva de acceso a la piscina para personas mayores un par de días a la semana. Antes tuvo que pedir por Internet cita previa, que le asignaron a las 8 y 10 minutos de la mañana, así que ha tocado madrugar.
Me dice que, si le ofrecen un horario que a él y a su esposa les sea oportuno, les darán una referencia y el importe de la cuota que han de satisfacer mediante ingreso en la cuenta bancaria de la corporación pública, para lo cual la segunda gestión será acercarse a una sucursal y realizar el ingreso. Con el justificante, habrá de volver a la dependencia del ayuntamiento para confirmar que ha realizado el pago. Ni la segunda gestión (acudir a la cita), ni la tercera (el ingreso de la tasa), ni la cuarta (la confirmación del pago) se pueden obviar sin hacerlo personalmente ni realizar por sistemas más acordes con nuestros tiempos.
No digo yo que la concejalía del ramo, con la ayuda de los técnicos, podría haber ahormado un sistema mediante el cual los vecinos puedan realizar la reserva de horarios, comprobando previamente las disponibilidades, efectuar el ingreso mediante pago electrónico y fin de la gestión. O algo tan sencillo como gestionar la dotación de un datáfono con el banco y poder realizar el pago en el mismo momento que confirman la reserva, lo que conllevaría el justificante ad hoc. Incluso, habilitar que el teléfono de esa dependencia municipal se conecte a la cuenta bancaria del Ayuntamiento y poder realizar el pago por bizum, algo tan socorrido en la actualidad que no hay que cursar una carrera de ingeniería para saber utilizarlo.
Pues después de la cita previa y del madrugón, a más de la predisposición para esperar que en el banco quizás te atiendan con mala cara al querer realizar un ingreso de 108 euros (cuota de septiembre a mitad de junio) en la cuenta oficial, llega la funcionaria y te dice que prácticamente no hay horas disponibles y que el cuñao y su costilla pasan a la lista de espera si son pacientes, y cuando proceda seguir con las siguientes etapas.
Probablemente para un ayuntamiento sea oneroso crear una aplicación informática que permita realizar todo el proceso con un par de clics, pero precisamente contamos un ente superior que sí podría acometer este tipo de proyectos, adaptables para los distintos municipios y los diversos servicios que se prestan a los ciudadanos, que es la Diputación. Que quizás lo haya hecho, pero que en este caso no parece ser que se haya aplicado.
La sentencia de Larra —“Vuelva used mañana”— parece seguir más vigente que nunca. Menos mal que desplazarnos al centro del pueblo nos ha permitido realizar un desayuno en una vinoteca bien servido. Al menos eso sí ha funcionado en el centro de Crevillente.
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