Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Un país de ateos

Nunciatura del Vaticano en la República Checa. Fotografía de VitVit (Fuente: Wikimedia).

Sin duda con el síndrome de Stendhal en mi cerebro (y algunas dosis de cerveza checa sin filtrar), dejé que la presi, Rosalía, me convenciera de emborronar algunas cuartillas de vez en cuando en esta Hoja del Lunes. Como el sueldo me convence y la exigencia es relativa me pongo a ello, si bien no sé cómo cumplir su deseo de que sea combativo. ¿A favor de qué, de quién? No tengo ni idea.

Cantaré con Sabina que si hay que pisar cristales que sean de Bohemia, por favor. De todo lo que vimos por Praga, y fue mucho, me sorprendió la afirmación de nuestro guía: en la República Checa el 80 % de la población se considera atea. La explicación es sencilla y es histórica: centro de Europa en general y la región de Chequia en particular estuvieron desde el siglo XV envueltos en guerras de religiones y cuando no eran los católicos eran los protestantes quienes les masacraban. No es extraño que acabaran hasta las mismas narices de dioses, iglesias, sacerdotes y autos de fe.

Para ser justos, los dioses no tienen la culpa de lo que hacen sus vicarios, pero la religión, las iglesias, no dejan de ser chiringuitos excluyentes y en posesión de una verdad absoluta. Islamistas contra cristianos, cristianos contra cristianos y todos contra los judíos son algunas versiones de matanzas por imponer cada cual su cosmovisión, lo que al fin y al cabo es un totalitarismo que deja en pañales a fascistas y comunistas, por simplificar.

Cortar por lo sano, como han hecho los checos, es una forma inteligente de evitar conflictos, por lo menos por la parte de las creencias en dioses y similares. Luego está la política y el fútbol, que también provocan guerras, pero al menos no son guerras santas donde se promete el paraíso y los ángeles y las huríes para quienes mueran en defensa de su fe.  De su única, inmarcesible y verdadera fe, claro. Matadlos a todos que dios escogerá a los suyos, como decidió el legado papal al masacrar la población de Beziers en las guerras albigenses. La verdad es que separar católicos de cátaros era un proceso lento y aburrido, mejor se ahorraban el trámite.

Me sorprende la auto calificación de ateos que hacen los checos. Normalmente en España no nos mojamos tanto y preferimos declararnos agnósticos, lo que significa que ni creo ni dejo de creer, aunque, querida, me importa un comino. Es verdad que aquí las guerras de religiones se zanjaron pronto: a judíos y musulmanes se les expulsó o fueron asimilados por el sistema (todo el mundo en España en el siglo XV era cristiano viejo, lo que resulta inverosímil). A los protestantes, por su parte, no les dejaron comerse un colín y estuvieron perseguidos desde el nacimiento de la Reforma hasta el final de la dictadura de Franco, que son siglos. Todo lo cual provoca que los españoles seamos prudentes, aunque tengamos firmes creencias o descreencias. No vaya a ser.

A los humanos no les hace falta mucho para enzarzarse a garrotazos. Si no es por fás, será por nefás, pero mejor sería que dejáramos a dios o a alá o a la diosa Kali fuera de los asuntos beligerantes. Que cada cual rece a quien le venga en gana y que no me den la lata a mí. Aunque en España, entre comuniones, misas de campaña, funerales y semanas santas, me parece a mí que está bastante liado el palangre.

Javier Mondéjar

Periodista y Licenciado en Ciencias de la Información. Columnista en la actualidad del diario Información. Durante media vida director del Gabinete de Presidencia de la Cámara de Comercio de Alicante y antes en diferentes funciones en el diario La Verdad, de Alicante y YA, de Madrid. Jefe de prensa del Mundial de Fútbol España 82. Experto en Comunicación Empresarial.

2 Comments

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  • Con cierta ironía (de la que tanta gala haces en tu ‘combativo’ artículo), te diré que a tu currículo le falta una especialidad: experto en Historia de las Religiones. Del Cristianismo dijo Gandhi que era una hermosa religión y que lo malo eran muchos cristianos. Creo que lo mismo puede decirse de algunas otras religiones. Las guerras las hacen e hicieron los hombres y, a veces, se aprovecharon y se aprovechan de las religiones. Los hombres, no los dioses (Jesucristo, Dios y hombre, murió en una cruz), hacen las guerras, por fas o por nefas, justificada o injustificadamente. Creo que hay guerras justas y guerras injustas y pienso que alguna guerra llamada ‘de religión’ en el fondo no era tal. Los hombres, no los dioses, lo manipulan todo, incluso lo más sagrado. Un abrazo.