Hombre y mujer Corazón y mente Blanco y negro Musulmán, judío, cristiano Las divisiones no llevan a ninguna parte... ¿No sentimos lo mismo? ¿No lloramos, no reímos, no soñamos no pasamos por la vida —todos— en busca de la felicidad? ¿Por qué todavía luchamos, ponemos grilletes a otros, tratamos de limitar, estamos propagando la intolerancia? ¿Cuánto tiempo más...? La diversidad es riqueza esencia ¡Aprende, hombre! Tu hermano tu hermana son milagros vivientes Aprende a apreciar y vivir en armonía con los demás.
Anna Maria Stępień, POLONIA
Żywy cud
Mężczyzna i kobieta Serce i umysł Czerń i biel Muzułmanin, żyd, chrześcijanin Podziały wiodą donikąd... Czyż nie odczuwamy tak samo? Czyż nie płaczemy, nie śmiejemy się, nie marzymy nie kroczymy przez życie wszyscy w poszukiwaniu szczęścia? Dlaczego wciąż walczymy nakładamy innym kajdany usiłujemy ograniczać szerzymy nietolerancję? Jak długo jeszcze...? Różnorodność to bogactwo esencja Wiedz, człowieku! Twój brat Twoja siostra to cud żywy Naucz się doceniać i z innymi żyć w harmonii.
Anna Maria Stępień
Un niño

Perdido en la plaza de las torturas, un niño se inclina sobre la fuente donde laten lágrimas y nostalgias. Ha recorrido siglos de guerras cansado de heridas en la inteligencia, de la inteligencia furiosa por vivir. Tiene los ojos clavados en el corazón, esos ojos que arruinan los círculos de confianza de los polemistas de la sangre. Viene de esa línea blanca del amanecer detrás del bosque donde el árbol funda un cielo legendario. En medio de la plaza engalanada de fiesta el niño no vio la emboscada de los destructores del futuro. Se inclina atraído por el agua purificada de su sed. Podría ser que cayera si un gesto no desviara la fragilidad de su camino.
Philippe Tancelin, France
Traducción Germain Droogenbroodt – Rafael Carcelén
Un enfant
Egaré sur la place des supplices Un enfant se penche à la fontaine où battent pleurs et nostalgies. Il a marché depuis des siècles de guerre las couru de plaies en intelligence d’intelligence en fureur de vivre. Il porte des yeux rivés au cœur ces yeux qui ruinent les cercles de confiance des débatteurs de sang. Il vient de cette ligne d’aube blanche derrière la forêt où l’arbre fait ciel de légende. Au milieu de la place déguisée en fête l’enfant n’a pas vu l’embuscade des briseurs d’avenir. Il se penche attiré par l’eau épurée de sa soif. Il tomberait peut-être si un geste ne détournait la fragilité de son chemin.
Philippe Tancelin, France de «De l’Inchangé, Palestine – L’Inséparable poème (1982-2024) »
l’Harmattan, Paris 2024
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