Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Un fallo constitucional tardío

Plaza de toros Monumental de Barcelona. Foto: WIKIPEDIA
Plaza de toros Monumental de Barcelona. Foto: WIKIPEDIA
Seis años ha tardado el Tribunal Constitucional en dirimir si la Ley 28-7-2010, aprobada por el Parlamento Autonómico de Cataluña por la que se prohibía la celebración de corridas de toros en esa comunidad, invadía competencias del Estado. Algo tan sencillo como la diferencia entre las delegaciones para regular -que esa sí las tiene la […]

Seis años ha tardado el Tribunal Constitucional en dirimir si la Ley 28-7-2010, aprobada por el Parlamento Autonómico de Cataluña por la que se prohibía la celebración de corridas de toros en esa comunidad, invadía competencias del Estado. Algo tan sencillo como la diferencia entre las delegaciones para regular -que esa sí las tiene la Generalidad- o prohibir, no ha conseguido ni la mayoría absoluta de sus Señorías. Y eso que han tardado más de un lustro para emitir ese fallo.

Sí, debe tener mayor repercusión para el ámbito taurino la resolución del Juzgado número 2 de lo Contencioso-Administrativo de San Sebastián que estimó el recurso interpuesto por el delegado del Gobierno para impedir la consulta antitaurina -referéndum lo llaman, que eso no es- que el equipo de gobierno de San Sebastián convocó en julio para febrero de 2017. Para ese tipo de consultas es preciso el permiso del Gobierno, que ni se solicitó. En Alicante, los prohibicionistas ya deben saber a qué atenerse o seguir el ejemplo de una clase política dominante que en Cataluña ha perdido el norte.

La sentencia del Constitucional, aun valorándola positivamente por lo que puede suponer para otras comunidades abolicionistas -Baleares-, llega tarde. La deriva secesionista va sumando capítulo tras capítulo de incongruencias. Atrás, muy atrás, quedó el universal seny catalán. Ahora, raya más en el esperpento propio de Valle-Inclán o en el Patio de Monipodio cervantino. Por eso, a los independentistas no les produce el más mínimo sonrojo el fallo del Constitucional. Si en otros aspectos más notables alardean de desobedecer a los tribunales de su país -España-, qué será en el ámbito taurino “una cosa de españoles”, dirán con esa prepotencia que les caracteriza.

Quienes abominan las corridas de toros deben saber la aficion de Lluis Companys a las mismasDesconocen, o quieren desconocer, y aquí no apelan a la tan denostada memoria histórica, que en Barcelona llegó a haber hasta tres plazas de toros. Y eso fue mucho antes de la dictadura de Franco. No quieren enterarse, porque no les interesa o así lo pretenden, que en los ruedos de esas plazas catalanas hicieron el paseíllo toreros de distintos colores políticos: Joselito, Belmonte, Domingo Ortega, Manolete, Manolo González, Luis Miguel, Aparicio, Litri, Antoñete, Chamaco, Bernadó, José Fuentes, Paquirri, Finito de Córdoba, José Tomás o El Juli, por poner algunos ejemplos.

Quienes abominan las corridas de toros y alardean de independentismo, deben saber de la afición del presidente de la Generalidad, Lluís Companys, uno de sus iconos, a las corridas de toros. Los dos ejemplos siguientes pueden servir: en una histórica fotografía se le puede ver junto a Francesc Maciá, otro de sus líderes, en uno de los palcos de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, presenciando un festejo taurino.

Lluís Companys, aclamado en la plaza de la Maestranza de Sevilla

El 16 de agosto de 1936 presidió Companys en la Monumental de Barcelona una corrida de toros cuyos beneficios iban destinados, según se puede leer en un artículo de A. Fernández Casado aparecido en www.taurología.com, al “sostenimiento de las milicias antifascistas y Hospital de Sangre”. Este festejo, se sigue leyendo, mereció el fino análisis de Indalecio Prieto, en el diario Informaciones, quien resaltó la importancia de este tipo de conmemoraciones, que “sirvió para que, hermanados catalanistas, personificados en Luís Companys, sindicalistas, socialistas y la llamada afición de a pie es decir, el pueblo, con todas sus virtudes y todos sus defectos, contribuyeron al fin que se perseguía”. Prosigue el artículo, “después de que mediado el festejo aparecieran sobre la arena las tropas populares y éstas se detuvieran debajo del palco presidencial, Companys arengó a los asistentes con las frases ¡Viva la guerra contra el fascismo!, ¡Luchad por la Libertad!”.

Lluís Companys en la plaza de toros la Monumental de BarcelonaLa misma para asistir a los espectáculos taurinos en esa comunidad autónoma que los secesionistas arrebataron ese infausto 28 de julio de 2010, aunque la última ocasión en que se abrieron las puertas de la Monumental de Barcelona fue el 24 de septiembre de 2011 para que Juan Mora, José Tomás y Serafín Marín hicieran el paseíllo. Si se hiciera esa traslación histórica hasta nuestros días, ¿quienes se agolparían en las inmediaciones de las plazas de toros para insultar a aquellos que asisten a un espectáculo legal, les dedicarían esos mismos epítetos a sus históricos líderes independentistas?

Una doble apreciación final: el Ayuntamiento de Barcelona, según denunció el Partido Animalista (PACMA) destinó 407.000 euros el pasado año para el sacrificio masivo de palomas -gaseo-. Y el Zoológico de Barcelona, donde conviven animales privados de libertad, está abierto todos los días del año en distintos horarios. Es por si lo quieren visitar. Lo que sucede es que ni las palomas ni los animales del zoológico suman adeptos para la perdida causa independentista. ¡Qué lejos queda de ésta, la Barcelona en libertad en la que estudié Periodismo!

Luis Miguel Sánchez Moreno

Periodista.

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