Cuando en el año 1958 acudíamos a la Ciudad Deportiva Francisco Franco mis padres, mi hermana y yo, algunos días cada semana, dada mi afición a la natación, solíamos ver entrenándose y entrenando en la gran piscina de ese recinto deportivo a Luis Asensi, quien ganaba a todos por su velocidad (¡y eso que era un nadador de fondo, de resistencia!), haciendo varios largos de piscina. Aprovechaba su entrenamiento para ser, a su vez, entrenador de un grupo de jóvenes alicantinos que despuntaban en ese deporte.
En esa época, mi familia y yo acudíamos, en mi período de vacaciones escolares, a visitar la Ciudad Deportiva y aprovechábamos para merendar. Yo me había sacado en la Delegación Provincial de Educación Física y Deportes (Educación y Descanso), situada en un edificio enfrente del Banco de España, mi carnet de deportista para poder entrenar en la Ciudad Deportiva. Nadaba un poco y hacía algo de ejercicio, que me gustaba, en la pista de atletismo. El gimnasio y los aparatos me gustaban menos.
Una vez coincidimos con dos jóvenes inglesas que iban a nadar y se asombraron de la soltura natatoria de Luis Asensi.
¿–Quién es? –preguntaron, en un español, al menos, “inteligible”–.
–Luis Asensi Galiana, apodado “El Tragamillas”, uno de los mejores nadadores de Alicante– les dije.
La Ciudad Deportiva Francisco Franco, en esa época, constaba, en la zona más baja, de una pista de atletismo, un campo de fútbol y un recinto en el que se ubicaban el gimnasio, los vestuarios, las duchas y una cantina. En la parte superior: un frontón, una pista en la que se hacían competiciones de hockey sobre patines y esa piscina de competición a la que antes me refería. De ahí surgirían, con los años, instalaciones modernas en el complejo deportivo de San Blas.
Como curiosidad diré que mi padre quería que ingresara en la Academia General Militar de Zaragoza (vocación que, la verdad, yo no sentía mucho) y me animaba a prepararme físicamente de la forma más completa. Yo cursaba entonces quinto de Bachillerato en el Instituto Jorge Juan, y a la Ciudad Deportiva íbamos también los alumnos de la asignatura de Educación Física, siendo el señor Llongueras, del Frente de Juventudes, y asimismo don Jacinto, mis profesores.
Pertenecían las instalaciones que menciono a la Delegación Provincial de Educación Física y Deportes, siendo el delegado nacional el señor don José Antonio Elola-Olaso (período 1956-1966). Fue el impulsor y el “cerebro pensante” de la ley Elola-Olaso de 1961. Se crearon la Mutualidad General Deportiva, la Residencia Blume, las Juntas Provinciales de Educación Física y el Instituto Nacional de Educación Física. Elola-Olaso fue el verdadero dinamizador del deporte en España. De esa época fueron los grandes triunfos de la gimnasia con el mítico Joaquín Blume, que llegaría a ser, en París en el año 1957, campeón de Europa en anillas, paralelas y caballo, así como en el concurso general individual; un triunfo muy importante en la España de entonces.
Asensi se benefició, como deportista de élite, de becas y ayudas que Educación y Descanso daba a aquellos que más destacaban en las diferentes modalidades y esto le permitiría salir adelante y dedicarse plenamente a ese deporte de la natación que tanto le apasionaba. Recordemos que en esa gesta del alicantino, al atravesar por segunda vez el estrecho de Gibraltar, le acompañó, como parte del séquito en el viaje de desplazamiento, don José María Beltrán Limiñana, delegado provincial de Educación y Descanso, y el ayuntamiento lucentino prestó a nuestro “tragamillas” las ayudas económicas precisas.
Vienen a nuestra mente las bellas palabras de Carlos Bousoño, en el prólogo de un libro dedicado a la natación de fondo: “Vibrantes de hermosura, sobre vientos marinos, fulgen al sol, invictos, duros, tallados, ciertos. En el mar se arrojan voraces, diamantinos. ¡Gozosos, entregados, altísimos, despiertos!”.
Esos son los tritones y las ondinas de la natación de fondo, auténticos héroes y heroínas del deporte y dignos de los mayores elogios.
“El Tragamillas” merecía toda mi admiración. Su fama y su prestigio eran muy grandes y era un ídolo entre los alicantinos. Yo le saludaba con admiración y reverencia, pues me infundía mucho respeto pese a que era una persona muy llana y sencilla.
Pues bien. Quiero en este modesto trabajo rendir tributo a ese gran nadador, espejo de deportista y de persona, y que tantos honores ha dado a Alicante con sus campeonatos de España, la organización de diversos acontecimientos natatorios en la ciudad y esa notable clasificación en el campeonato del mundo oficioso de fondo, que era la travesía Capri-Nápoles. Otro gran deportista fue Chicoy, pero de él trataré en otra ocasión.
Era Asensi (1924-2006) una persona humilde. Trabajó en la cantera picando piedras, empezando allí ya de adolescente, apenas terminados sus estudios primarios o elementales, pues su modesta familia necesitaba de su ayuda para subsistir. Eran tiempos difíciles. Mientras sus compañeros tomaban el bocata, él aprovechaba para nadar en aguas de la Albufereta, dado que siempre le encantó la natación. Genio y figura.
Pero, ¿quién fue Luis Asensi?, ¿cuál fue su trayectoria vital?, ¿por qué se le llamaba “El Tragamillas”?, ¿qué honores trajo a nuestra Alicante?, ¿qué hizo por nuestra ciudad?
Hizo mucho y muy valioso y a todo ello quiero dedicar estas letras, como homenaje a su figura, un tanto olvidada, en estos tiempos de trasiego y pandemia.
Esta es la historia
Luis Asensi Galiana nació en Alicante en la calle Velázquez, en el año 1924; hijo, como dijimos, de una modesta familia. Tuvo que ganarse la vida con dureza, ya desde su adolescencia, y eso le forjó esa voluntad férrea, ese especial espíritu de sufrimiento y esa constancia, que son las características de todo deportista de fondo, en general, y de un nadador de fondo, en particular.
Los dos barrios “de sus amores” fueron San Gabriel y La Florida. Precisamente en este último barrio contraería matrimonio. Y las ciudades que adoraba eran Alicante, Alcoy y Madrid.
Fue Asensi campeón de España de 1.500 metros libres y 400 metros mariposa, y tiene otras “proezas” que iremos exponiendo en este trabajo.
Sus numerosos triunfos nacionales e internacionales en los años sesenta le hicieron ganar el sobrenombre de “El Tragamillas”. Con veintiún años nadó por primera vez la travesía entre Alicante y la isla de Tabarca y después participó en otras experiencias, unas locales y otras internacionales, algunas de ellas “míticas”, como la travesía del Estrecho de Gibraltar (la efectuó en dos ocasiones, en 1956 y en 1970), la del río Nilo, la del Canal de La Mancha y la Capri-Nápoles (esta, en varias ocasiones).
Formó parte del equipo nacional español de salvamento y socorrismo, con el que llegaría a competir en varias pruebas internacionales, incluido el campeonato del mundo de esa especialidad, en Roma.
En el año 1972 recibiría en Madrid, organizado por las autoridades deportivas nacionales, un homenaje a su brillante trayectoria deportiva.
En el plano más local y provincial, fue asiduo a competiciones de los años cuarenta y cincuenta, como la Vuelta a la Escollera (haciendo un poco de historia, digamos que su primera edición fue en el año 1934) o la Travesía del Puerto. La prueba de la Escollera parte desde la Escalera de la Reina, dando los nadadores la vuelta a la Escollera y regresando a la playa del Postiguet. Eran figuras en esas décadas de los años cuarenta a los cincuenta, entre otros, los Santa Olalla, los hermanos Mansilla (Juan y Pepe) y ¡cómo no!, un jovencísimo Luis Asensi. Otros nombres de nadadores alicantinos asociados a esa Vuelta a la Escollera son Vallejo, David Tello y Tomás Martínez Urios y su hijo (quien la ganó en tres ocasiones). Siempre agradecería Asensi las ayudas del Ayuntamiento, del Patronato de Deportes y de la Diputación.
La primera prueba de natación que se llevó a cabo en Alicante fue en el año 1914, cubriéndose una distancia de 2.000 metros desde el Puerto al Faro y vuelta. Casimiro de la Viña fue el primer nadador ganador.
Asensi, organizador de eventos deportivos
Como “Asensi organizador”, tenemos múltiples ejemplos. Organizó el Trofeo Ciudad de Alicante en 23 ocasiones y en 1980 organizaría la travesía a nado Isla de Tabarca-Alicante, y otros que se van a ir desgranando en el curso de este artículo.
Una vez retirado de las competiciones oficiales, se dedicó a su club de natación sangabrieliano, que él fundó y lleva su nombre. De él salieron grandes nadadores y fue en sus años de edad más avanzada el artífice en la tarea de la organización de pruebas históricas de la natación alicantina como la Vuelta a la Escollera, la Copa de Navidad o la Travesía a la isla de Tabarca. Gracias a su trabajo y su tesón, se celebraron en Alicante diferentes campeonatos de España de natación, en todas las categorías, y europeos de salvamento y socorrismo.
Era Asensi un gran aficionado al fútbol y un incondicional del Hércules. También gustaba de la buena música; su ídolo era el cantante Antonio Machín. Era además amante de los ricos arroces de la terreta y su plato preferido era la caldereta.
Ya con bastantes años a cuestas tuvo la idea de escribir un libro sobre la historia de la natación alicantina y para ello acudía regularmente al Archivo Municipal a documentarse. Se lo comentó a su gran amigo, el periodista Tirso Marín, para que le ayudara en la redacción del trabajo. Pero Asensi escribía, no con la pluma sino con sus brazadas natatorias; escribir no era lo suyo y desistiría de esa empresa tan loable. Relata este hecho de su afán de plasmar por escrito la historia de la natación lucentina su gran amigo Tirso.
En esa etapa ya avanzada de su vida, tuvo problemas de corazón y necesitó con cierta frecuencia la ayuda médica. Ante sus problemas coronarios, el cardiólogo le indicó que debía ponerse un marcapasos y ser sometido a una delicada operación “a corazón abierto”. Ese corazón inmenso que no le cabía en el cuerpo necesitaba ayuda. La operación quirúrgica no tuvo el desenlace esperado y falleció en el quirófano. Escribiría “El Tragamillas” una página final, para desgracia de todos los alicantinos que le admiramos. Su funeral fue el 28 de octubre de 2006 en el tanatorio de La Siempreviva de Alicante.
Homenajes a Luis Asensi
Con ocasión de la Media Maratón “acuática” de Alicante, recibiría un merecido homenaje en la zona de la Marina, el 27 de mayo de 2012.
Y otro homenaje merecido, asimismo a título póstumo, fue el que recibiría el 17 de marzo de 2015, con ocasión de poner el nombre de “Piscina Municipal Florida-Babel Luis Asensi” a la piscina municipal de esa zona. El acto, muy emotivo, fue presidido por don Miguel Valor, alcalde de Alicante, con la asistencia de don Mariano Postigo, concejal de Deportes, otros ediles, miembros de clubes de natación de Alicante y los familiares de Asensi. Se entregó a su viuda una placa-homenaje y el alcalde pronunció unas palabras llenas de sentimiento: “(Asensi) se dedicó en cuerpo y alma a transmitir a los demás cuanto sabía, formando a nuevos nadadores y organizando pruebas que han perdurado en el tiempo y que siempre, siempre, tendrán su sello personal”. Destacó que Asensi fue 28 veces campeón de España en diversas modalidades de natación, récord muy difícil de igualar.
Referencias a esas grandes pruebas en que Asensi participó y que le dieron la mayor fama
- Travesía del Estrecho de Gibraltar. La Travesía a nado del Estrecho de Gibraltar, empresa que acometería Asensi con éxito, tiene su origen en el año 1927. Ese año, las nadadoras inglesas Mercedes Gleitze y miss Hudson, intentaron cruzar el Estrecho desde Tánger hasta Gibraltar. En el año 1928, Mercedes Gleitze cruza el Estrecho desde Tarifa hasta la costa de Marruecos. En 1999 se funda la ACNE (Asociación del Cruce a Nado del Estrecho de Gibraltar). Esta travesía tiene el reconocimiento internacional de la Ocean Sevens, como uno de los retos más importantes de entre los siete continentes. La proeza de Asensi muy pocos tritones y ondinas la han conseguido. Hizo nuestro “héroe” la travesía en dos ocasiones. La primera, el 22 de septiembre del año 1956 y tardó en el recorrido 4 horas, 49 minutos; tenía treinta y dos años. Hizo la prueba junto a un portugués, amigo suyo, y ambos completaron la proeza. La segunda fue el 15 de septiembre de 1970, con un recorrido sensiblemente más largo, y siendo el lugar de llegada la zona conocida como “El Paso”. Invirtió 6 horas y 7 minutos. Le acompañó, en la embarcación correspondiente de atención al nadador, el práctico Manuel Cazalla. Fue recibido a la llegada por marroquíes y sorprendidos turistas. En Información del 16 de septiembre de 1970 se hacen eco ampliamente de la noticia y hay unas curiosas viñetas alusivas del dibujante Enrique, que hacía sus primeros pinitos como colaborador de este diario periodístico alicantino.
La zona reviste el peligro adicional de las especies que la “pueblan”. Algunas peligrosas son el tiburón blanco, el marrajo, el tiburón martillo, el tiburón tigre y la tintorera. Por eso, los barcos escolta que acompañan a los participantes, suelen llevar repelentes para evitar “disgustos” a los nadadores, como más de una vez ha ocurrido.
- Travesía del río Nilo. El río Nilo es el más extenso de África y el segundo río más largo del mundo (después del Amazonas). Su longitud es de 7.000 kilómetros. La prueba natatoria abarca un sector muy limitado del río, en una de las zonas más concurridas por los cruceros, pero que presentan una dificultad grande para los “atrevidos” nadadores. El nombre del río proviene de la palabra árabe ‘ni-l, que a su vez lo hereda del griego Neilos o de la raíz semítica Nahal, que significa “valle” o “valle del Nilo”. Hay alrededor de 129 especies y además es el “hogar” del famoso cocodrilo del Nilo (“Crocodylus niloticus”) y del varano del Nilo (”Varanus niloticus”). Asensi nadó en una zona específica, pero en aguas que presentaban, como ya dijimos, serios peligros y para el nadador eran fuente de sufrimientos. Pocos detalles conocemos de esa travesía de Asensi, pero tenemos como referencia los datos de la travesía que haría muchos años después el nadador español David Meca y sabemos que la distancia a cubrir era de 25 kilómetros y que, por las características del agua, Meca terminó infectado por microbios venenosos.
- Travesía del canal de la Mancha. El canal de la Mancha es el brazo de mar del Océano Atlántico que lo comunica con el Mar del Norte, al oeste de Europa y separa el noroeste de Francia de la isla de Gran Bretaña. Son 33 kilómetros entre Francia e Inglaterra. Esta travesía es uno de los mayores retos de la natación de fondo en aguas abiertas, por la distancia en línea recta y las frías corrientes que la atraviesan. Organiza la prueba la Asociación de Natación en el Canal y por la dureza de la misma han sido muy pocos nadadores (y nadadoras) los que han podido inscribir su nombre en la lista de finishers. La primera persona que cruzó el Canal fue el capitán Matthew Webb en el año 1875. Se tiró desde el Muelle Almirante en Dover y llegó a la playa de Calais tras 21 horas y 40 minutos de travesía, alimentándose con caldo de carne, cerveza, tazas de café y copas de brandy. Recibió una picadura de medusa a las 9 horas, 25 minutos de travesía. La primera mujer que acabó esta travesía fue Montserrat Tresserras, en 1958. Precisamente Tresserras sería unas de las autoras que escribió, andando el tiempo, interesantes datos sobre el Asensi nadador en un importante libro dedicado a la natación. Y nuestro Asensi, no lo olvidemos, formó parte del equipo nacional español que participó en 1958 en la durísima travesía del canal de la Mancha, junto a José Vitos y Montserrat Tresserras, entre otros. Ya el hecho de ser seleccionado para representar a España en Dover, es todo un mérito.
- Travesía Capri-Nápoles. En 1949 Aldo Fioravanti y Cesare Alfieri nadaron por primera vez el cruce entre Nápoles y la isla de Capri en 12 horas aproximadamente. En 1954 empezó a ser competición oficial, y considerada título mundial de natación de larga distancia. Tiene una distancia de 36 kilómetros. Se desarrolla la prueba en el golfo de Nápoles, de Marina Grande (Lido Le Ondine) hasta el Paseo Marítimo de Nápoles (ese es su trayecto más general). Luis Asensi participó en las ediciones de 1967, 1969, 1972 y 1973. Su mejor tiempo fue en 1967, con 11 horas, 27 minutos y 32 segundos. El primer español que participó en la prueba fue Rodolfo Rodríguez, en 1961, y la primera española fue María Luisa Cabañero, en 1989.
Como decíamos líneas arriba, fundaría en su querido San Gabriel, el Club de Natación “Luis Asensi”. De allí saldrían grandes nadadores alicantinos, entrenados y alentados por “El Tragamillas”, y que ocuparían destacadas posiciones en las pruebas natatorias celebradas en la capital. Este club participaría con éxito en diversas competiciones, y dinamizaría en Alicante el deporte de la natación.
El nombre de Luis Asensi figura en una calle de Alicante, en el Club de Natación de San Gabriel, que él fundó, y en la Piscina Municipal de Florida-Babel.
Es una figura aún poco estudiada, pese a sus proezas. Entre los autores que se han ocupado de aspectos biográficos de “El Tragamillas”, podemos citar a Tirso Marín, Daniel Rubio, José M. Penadés, E. Cerdán Tato, Gerardo Muñoz, Ernesto Burgos, J. L. Larrosa y Montserrat Tresseras, la gran nadadora catalana.
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