Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

Todos masacrados y González Pons pide obispas católicas

Esteban González Pons (Fuente: Partido Popular Europeo).

Nos atacan y nos atacamos por todas partes. Estamos rodeados de políticos, tecnólogos y chupópteros de toda clase y calaña o condición. Y lo peor es que nos dejamos embaucar por mentirosos compulsivos que viven, en el mejor de los casos, del cuento. La culpa de que este país y otros muchos, casi todos, estén revueltos y sin horizontes claros es de todos; de los malos, interesados en manipularnos, y de nosotros por dejarnos manipular. No tienen freno, ni marcha atrás. Siguen y siguen mintiendo y nosotros nos tragamos los sapos de numerosos políticos, influencers, casi siempre descerebrados, y de algunas repugnantes redes sociales que nos comen el coco y el corazón. Hemos conformado una sociedad de enfermos mentales y sentimentales desde temprana edad y ya faltan psicólogos y psiquiatras en los centros docentes para poder atender a chicos con graves problemas de identidad, mientras que los menos jóvenes tampoco andan muy bien de salud mental, según pude colegir de las declaraciones televisivas de una psiquiatra famosa y prestigiosa a nivel internacional, Marian Rojas Estapé.

No tengo fijación crítica con la trayectoria de nuestro querido presidente Pedro Sánchez, a quien la inmensa mayoría de escritores y periodistas, menos los que reciben favores del Gobierno, califican de psicópata e incluso de necio, concepto éste último que firmó el propio Felipe González. Tiene el mérito de haber inyectado en vena mental dosis abundantes de mentiritis nefasta a todos los integrantes del Consejo de Ministros, si bien sólo le falla, ocasionalmente, la vicepresidenta ‘sumaria’ Yolanda Díaz, la que pacta todas las medidas sociales (algunas acertadas) con los sindicatos exclusivamente, cuando siempre hubo tradición gubernamental de que la patronal participara del diálogo social. Para más inri, los líderes de Comisiones Obreras y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, hicieron el ridículo al convocar manifestaciones en toda  España contra la oposición, no contra el Gobierno que es el responsable de la marcha económico-social del país. Las manifestaciones fueron un fracaso total, pero ellos no dimiten y seguirán al frente de unos sindicatos que están financiados opíparamente con dinero del Gobierno (de todos) que los tiene domesticados. Estos sindicatos, a nivel regional, acaban de mostrar su apoyo político a la recién reelegida secretaria general del PSPV-PSOE, la también ministra Diana Morant. Una vez más se demuestra que la casa del pueblo no es la casa de todos, sino de una parte del pueblo. Soy partidario de gobernar y sindicar para todos. Y de negociar, que es una buena manera de hacer convivencia y concordia.

Una cosa es predicar y otra dar trigo. Y, si das trigo, no lo mezcles con cizaña, como hace Ximo Puig escribiendo sobre la inhumación de los restos de Rafael Altamira en El Campello tras su largo exilio en México. Un artículo parcialmente brillante, pero en el que aparecen estas líneas: “Vuelve Altamira… y nos recuerda la obligación cívica de alzarse contra todos aquellos que socavan la democracia y los derechos humanos allá y aquí. Es hora de tomar en serio las advertencias contra el fanatismo y de volver a enderezar el rumbo por los ideales de la ilustración en busca del progreso social”. ¿Leerá estas líneas Pedro Sánchez, líneas escritas, supongo, desde París, donde Ximo Puig desempeña el cargo de ‘embajador’ ante la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), con un sueldo de 137 000 euros anuales, 40 000 más de lo que percibía como presidente de la Generalitat? Puig, según informaba el digital El Español, de Pedro J. Ramírez, mantiene activa su ‘oficina de expresidente’ en Valencia, en dependencias de la Generalitat, oficina con dos asesores y un chófer y que genera unos gastos de 163 000 euros al año. Ha trascendido que Ximo Puig fue agasajado de esa manera parisina por Pedro Sánchez, que se negó a hacerlo ministro de Política Territorial, el sueño de Puig.

La obispa de Washington, Mariann Edgar Budde, durante su homilía ante Trump. Fotografía de Paul E. Alers, de la NASA (Fuente: Wikimedia)

Todos los políticos tienen sueños y González Pons, un dirigente destacado del PP (eurodiputado desde 2014, vicepresidente del Partido Popular Europeo y vicesecretario general del Partido Popular desde 2022), ha lanzado un ataque durísimo al presidente Trump tras las primeras decisiones del nuevo mandatario norteamericano. Se merece Trump todas las collejas que le están lloviendo de casi todos los gobiernos, sean de derechas o de izquierdas, pero a Pons le han gustado sobre todo las críticas a Trump de la obispa anglicana Mariann Edgar Budde, delante del nuevo presidente, en el acto de toma de posesión. Escribe Pons: “mirando al ogro naranja (por el color del pelo de Donald), pidió a Dios por los jóvenes homosexuales, por los ‘simpapeles’ que lavan nuestros platos en los restaurantes; por los niños cuyos padres pueden ser deportados; por los refugiados que huyen de la guerra y la persecución… Tantos grandes pesos y contrapesos de la democracia norteamericana y el único que funciona es la voz de una religiosa, la única nota discordante en el entierro de los valores democráticos al que asistimos en medio del vergonzoso silencio general. La historia se está desestabilizando y lo único que faltaba era un desestabilizador jugando a la ruleta rusa con misiles nucleares”. Pons echa de menos en la Iglesia Católica mujeres como Budde. “Una así quiero yo”. Pues ya lo sabe el papa Francisco, que ha dejado pasar el Sínodo sobre la Sinodalidad sin querer saber nada de los errores anglicanos ordenando sacerdotes y obispos a mujeres. Muchos cargos ha confiado a mujeres en el Vaticano, pero hacer sacerdotes a mujeres nunca ocurrirá. Cristo confió su Iglesia a Pedro, a los demás apóstoles y a sus sucesores. Ningún papa irá nunca contra la voluntad de Dios. Jesucristo era verdadero Dios y verdadero hombre. Pons puede esperar, sentado, a las obispas. No es cuestión de machismo o feminismo, sino de la voluntad del fundador de la Iglesia.

Pasa como con el deseo de algunos católicos de que la Iglesia admita el matrimonio de homosexuales y lesbianas. Hay cosas imposibles, como decía el famoso torero cordobés Rafael Guerra Bejarano ‘Guerrita’: “Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”. El papa Francisco, este papa considerado progresista por Yolanda Díaz (que lo adora tras visitarlo en el Vaticano, aunque nunca se ha declarado católica) dijo que los sacerdotes pueden bendecir a los gays y lesbianas, pero testifica que ni unos ni otras pueden ser matrimonio católico, porque este es exclusivo de un hombre y una mujer. Los gays y lesbianas pueden vivir juntos, pero como hermanos, sin relaciones sexuales. El papa dijo taxativamente que sólo es lícito el sexo entre hombre y mujer, porque tiene que estar abierto a la vida, a la fecundación de los óvulos femeninos por el esperma del varón. Gays y lesbianas tienen que vivir como hermanos y su relación no debe provocar escándalo en los demás fieles.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo. Pool Moncloa (Fuente: Wikimedia).

Tampoco el PSOE o el Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez pueden determinar si la Iglesia debe denegar la comunión eucarística a homosexuales que hacen exhibicionismo de su ‘matrimonio civil’ o de su simple emparejamiento. Se empeña el Gobierno en atacar a la Iglesia. Socialistas, comunistas y variados izquierdistas más juegan a ser un nuevo Frente Popular. No pierden ocasión para acosar a la Iglesia. Van a a suprimir el delito de injurias a la religión y apoyar los ataques a los sentimientos religiosos de los católicos, pero se olvidan de que ahora hay socialistas, incluso alcaldes, que se consideran cristianos y hasta se ofenden cuando, siendo homosexuales y estando viviendo públicamente unidos a sus parejas gays, un cura párroco les niega la comunión, como ha ocurrido en dos pueblos de Segovia, aunque el caso más sonado ha sido el del alcalde socialista de la población de Torrecaballeros. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, considera inconstitucional negar la comunión a un homosexual, aunque no cumpla con los requisitos exigidos por la Iglesia para participar de la Eucaristía. No se conforma el Gobierno con mandar en la vida civil de los españoles, sino que, ahora, se empeña en perseguir la religión por un lado y, por otro, aspira a mandar en la Iglesia Católica. Redondo considera inconstitucional negar la comunión en ciertos casos previstos en el Código Canónico. Como se supone que tiene el visto bueno de Pedro Sánchez, nos recuerda al monarca británico Enrique VIII, cuando el papa se negó a concederle el divorcio de la princesa española Catalina de Aragón y él se separó de Roma, se unió a Ana Bolena (luego le cortó la cabeza) y creó la Iglesia Anglicana con él como supremo jefe. No creo que se llegue a tanto en  el todavía Reino de España.

¿Hacia dónde caminamos? Tiempos difíciles. Y tristes tras los ilusionantes que vivimos con la Transición. Pero no hay que perder la esperanza. No es problema de ideologías, sino de ideas y principios. Yo siempre predico los del Cristianismo. Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Se nota que yo iba para cura… y que nunca es tarde para la esperanza. Los valores son de todos, de izquierdas y derechas. De todos. Sembremos siempre amor y nunca odio. Y tendremos buena cosecha.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

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