Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Envejecimiento saludable

Soledad no deseada en nuestros mayores, ¿la contemplamos en su justa medida?

Imagen realizada con ChatGPT.

Estamos viviendo una época en la que en las sociedades occidentales tenemos más recursos que nunca y sin embargo aumenta un problema que afecta a la compañía, al afecto, al compartir con nuestros mayores y es que la soledad no deseada en esta franja de edad está muy presente y pesa más que nunca. La soledad es una cuestión que atenta contra los derechos humanos, se considera un tipo de maltrato y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha declarado problema de salud. La soledad no deseada hace que cada año se pierdan en nuestro país más de 1 millón de años de vida ajustados por calidad (AVAC) o años de vida disfrutando de plena salud. Una encuesta realizada por el periódico El País y la cadena Ser en marzo de 2023 informaba que más del 50 % de las personas que se sienten solas corresponden a españoles mayores de 55 años. Los datos de Cruz Roja indican que el 27 % de los mayores a los que atienden no reciben visitas nunca o casi nunca, y un 23 % no tiene a nadie a quien contarle sus preocupaciones. Unido a todo esto, es importante destacar que los españoles vivimos más. En los años 40 la esperanza de vida no llegaba a los 60 años, desde entonces no ha dejado de crecer y hoy ésta ya supera los 83 años. Por otra parte, tenemos la tasa de natalidad más baja de los últimos 50 años y, además, según la ONU, en 2050 España puede convertirse en el país más envejecido de toda Europa, con 15 millones de personas por encima de los 65 años. A la luz de estos datos, quizá sería el momento de poner el foco en este grupo de población y en el fenómeno de la soledad.

En los años 40 España acababa de vivir una guerra, había escasez y hambre y esas parecían ser las razones por las que los españoles no se atrevían a aumentar la familia. De hecho, en 1944 de cada 1000 habitantes 23 eran recién nacidos. Pero con el paso del tiempo, la situación cambió e hizo que las familias se animaran a tener muchos hijos. Esta tendencia cambió en la España de los 70, donde cada vez había menos nacimientos, entre otras razones, por la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y por los métodos anticonceptivos, además de la precariedad económica de las familias, que ha ido en aumento hasta nuestros días, en el que el 33 % de los españoles parece no llegar a fin de mes. En cuanto a la natalidad, en 1987 las mujeres tenían su primer hijo a los 26 años, mientras que hoy en día es a los 33 años. Cada vez llegamos a los 70 años, más personas y en mejores condiciones, sin embargo, la vejez sigue identificándose como esa etapa de la vida que asociamos a dispositivos de apoyo para la movilidad, como el andador, a la enfermedad y cronicidad o a lo que ya no sirve o funciona. Pero ¿es ese estereotipo real actualmente? Las cosas parecen haber cambiado de manera notable, los mayores del siglo XXI no se identifican con estos clichés y aunque las generaciones más adultas intentan integrarse en este nuevo sistema, la sociedad mira hacia otro lado, generando la gran epidemia que asola a nuestros mayores, la soledad.

La soledad es un problema que tenemos como sociedad actualmente, y me estoy refiriendo a esa soledad que no es buscada. Una de cada diez viviendas españolas está habitada por una persona mayor de 65 años que vive sola. Sobre todo, son mujeres mayores, que se han quedado viudas y sus hijos y nietos, en el caso de que los tengan, pueden hacer visitas o llamadas esporádicas, pero no parece ser suficiente para que desaparezca la sensación de soledad. El cerebro de la persona que se siente sola experimenta cambios que no ocurren cuando está acompañada, de tal forma que percibe el entorno como hostil y está en continuo estado de alerta. Esto impide que pueda descansar adecuadamente por la noche. Esta es una respuesta que le permite sobrevivir a corto plazo, pero tiene consecuencias demoledoras a largo plazo para la salud. De hecho, según un metaanálisis publicado en 2023 por la Revista Nature, la soledad eleva el riesgo de morir por cualquier tipo de causa en un 14 % y en el caso del aislamiento social dicho riesgo aumenta hasta el 32 %. Además, también aumenta el riesgo de sufrir cualquier tipo de demencia aproximadamente en un 31 %, según un estudio publicado en 2023 en la revista Journal of Alzheimer’s Disease.

Imagen realizada con ChatGPT.

La soledad por las pérdidas familiares, afectivas, de relaciones y por la decadencia y limitaciones de la edad empieza a ser y representar una alarma social. Identificar algunos rasgos de estas personas no es difícil. Son personas con limitaciones que suelen tener pocos lazos de relación con otras personas o lazos débiles, ya sea por pérdidas o porque a lo largo de su vida no han fomentado una densa red de relaciones sociales, viéndose privados de algo tan humano como mantener una conversación, al menos una vez al día. Diariamente vemos cómo se comparten planteamientos políticos, ideas, creencias, parece que no está de moda el compartir sentimientos, emociones, la vida real de las personas mayores, en este modelo de sociedad moderna. Los valores dominantes y un estilo de vida moderno caracterizado por la rapidez, energía, movimiento, vitalidad o la supremacía de la estética, contribuyen a que este tema sea ignorado o que no suscite mucha atención.

Hay personas mayores que dicen que la soledad es mucho peor que la enfermedad física, por ello podríamos plantearnos si la soledad también mata. Pues quizá por sí sola no, pero agrava determinadas sintomatologías y somatizaciones. Desde hace décadas se conoce que las relaciones sociales están vinculadas a la salud física y mental. La soledad influye decisivamente en el bienestar y la calidad de vida de los ancianos y una red social satisfactoria promueve comportamientos y hábitos saludables en nuestros mayores. Los servicios públicos, sociales, sanitarios y los jurídicos no siempre muestran la diligencia adecuada para hacer frente a este problema, plantearlo y buscar soluciones, alternativas o estrategias que aminoren o que eviten los efectos de una sociedad cada vez más individualista e insolidaria con los problemas de las personas mayores. El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 trabaja con las comunidades autónomas en una futura Estrategia Nacional frente a la Soledad no Deseada. A nivel de nuestra comunidad Autónoma, la Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, a través de la Dirección General de Personas Mayores se marcó como objetivo la realización de la Estrategia valenciana de envejecimiento activo y lucha contra la soledad no deseada, impulsando acciones de formación tecnológica básica dirigida a personas mayores, como configurar un teléfono inteligente e interactuar con aplicaciones móviles como la appSalut de la Generalitat, el geoportal y la appValència del Ayuntamiento de València. O implantado los conocidos como “radares de soledad” en diferentes localidades. Sin embargo, todo esto no parece suficiente. Vivimos en la sociedad más conectada de la historia, en España hay más líneas móviles que personas, se gasta de media 2 horas al día en las redes sociales; sin embargo, hay muchos mayores solos para los que nos cuesta sacar un solo minuto y que no están tan conectados como el resto de la sociedad.

La mayoría de las personas mayores prefieren vivir en sus casas, aunque sea solas, con sus recuerdos, su vida, sus hábitos, su entorno. Y para ello es fundamental potenciar las capacidades que mantienen y evitar infantilizarlos. El objetivo principal con el que tenemos que trabajar es que sus limitaciones no les aíslen, procurar que se sientan útiles, que tengan relaciones sociales y que perciban que se les escucha; porque ellos sí se esfuerzan en huir de la soledad, pero se encuentran con muchas limitaciones, por ejemplo, encerrados en sus propias casas, ya que se trata de pisos que adquirieron cuando eran jóvenes y ahora no se adaptan a su nueva situación de salud y vida. De hecho, hay personas mayores que mueren solas en casa y las encuentran al cabo de un tiempo. En los juzgados lo ven cada vez más y con más frecuencia. Ya son pocos los jueces de paz que no hayan acudido a un domicilio en el que hay un cadáver que lleva varios días abandonado. Considero que tenemos una responsabilidad como sociedad con el cuidado y protección de las personas mayores que están en riesgo de sufrir soledad y aquellas que se encuentran inmersas en esta situación. Por lo tanto, no solo tenemos que poner el foco de atención en las políticas de nuestro país, sino en la responsabilidad individual y ética que todos tenemos como sociedad. Desde estas líneas, me gustaría que todos reflexionemos sobre el problema de soledad que sufren las personas mayores, miremos a nuestro alrededor para comprobar que se trata de algo que cada vez es más habitual y nos preguntemos qué podemos hacer. Parece necesario quebrantar determinadas resistencias y valores contemporáneos en pro de alternativas al modelo dominante y que se dé paso a una sociedad empática, de respeto y cuidados a las personas mayores, porque después de toda una larga vida vivida y llena de experiencias que nos podrían ser muy útiles, la propia sociedad les estamos dando la espalda.

Dra. Sofía García Sanjuan

Asociación Gerontológica del Mediterráneo

Asociación Gerontológica del Mediterráneo

La Asociación Gerontológica del Mediterráneo (AGM) fue creada en 1989 y está formada por un equipo de profesionales de diferentes ámbitos con el objetivo común de impulsar iniciativas enfocadas a un envejecimiento positivo, activo y saludable.
La AGM trabaja por una sociedad inclusiva y amiga de las personas mayores y los valores que acompañan su andadura son el desarrollo, implicación, colaboración y apoyo en áreas estratégicas como: envejecimiento positivo, envejecimiento activo y saludable, calidad de vida y envejecimiento, nutrición y dieta mediterránea en el envejecimiento, factores protectores para un envejecimiento saludable, salud y envejecimiento, formación y aprendizaje a lo largo de todo el ciclo vital, estrategias ante el deterioro cognitivo y la patología neurodegenerativa y las nuevas tecnologías orientadas a un envejecimiento de calidad.
La página web de la AGM es: https://asogeromed.es/ y el correo para solicitar información: info@asogeromed.es.

2 Comments

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  • Doctora Sofía: hay mucha sabiduría en su artículo. Todos podemos hacer algo contra esta ‘enfermedad’ en auge de la soledad. Saludo cordial.

  • Gracias Ramón por tu reflexión. Creo que es necesario que empecemos a mirar a nuestro alrededor y hagamos lo que esté en nuestra mano para paliar la soledad que afecta a los mayores. A veces, nos perdemos en datos globales, que nos abruman y nos llevan a pensar que no podemos hacer nada. Y esto no es así, seguro que muy cerca tenemos algún adulto mayor con el que podemos pasar un rato y ofrecerle nuestro tiempo. Ellos solo quieren eso, un poco de tiempo.
    Un afectuoso abrazo