Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Balones a la olla

Se llama Enrique, se apellida Ortiz y es mi amor de verano

Enrique Ortiz en una imagen de 2023. Fotografía de Álex Domínguez.

Hace años, ya más de veinte, que de una forma u otra cada verano me conquista. Después todo termina como termina, el idilio no llega mucho más allá de la Navidad y se rompe toda la magia, todo el encanto, y lo que parecían cantos de sirena se convierten en bramidos de ogro. Disgustos, desavenencias, últimamente ha habido hasta episodios violentos, incluso deja de venir a verme, ya no aparece ni por casa. Terminamos riñendo, nos dejamos de hablar y nos devolvemos las fotos y el rosario de mi madre.  Pero como esa amante entregada que no quiere ver la realidad, yo soy incapaz de eludir y evitar su flirteo. Verano tras verano me hace la corte, me conquista y, finalmente, antes de los estertores de agosto, termino entregándome, la carne es débil y no me puedo resistir. No sé si me lleva al catre o me pone mirando “pa’ Cuenca”. Lo cierto es que termino tragando, como esa mujer engañada cada vez más desgraciada a la que el marido promete y promete. Un año y otro año y todo con el deseo y la confianza estéril de que va a cambiar, de que alguna vez saldrá bien y lejos de eso, cada vez peor, cada vez más pobre, más arruinado y viviendo en peores condiciones.

Pero yo soy feliz engañándome a mí mismo. “Que esta vez sí”, “que ya verás”, “que todo va a cambiar”, “que voy a hacer las cosas bien”, “que confía en mí, cariño”.

Como en aquel anuncio de la famosa marca de bombones, una vez más me ha conquistado: ¡VAMOS, QUE ESTA SEMANA ME HE RENOVADO EL ABONO DEL HÉRCULES!

Sí. ¿Qué pasa? Es mi vida, soy mayor de edad. ¿Acaso le tengo que dar explicaciones a alguien? Le quiero y le quiero, no lo puedo evitar. Enrique me lo ha prometido y aunque sea por penúltima vez, yo le voy a hacer caso. Sí. ¿Qué pasa?

Ni mi familia lo entiende. “Te engañará una vez más”, me dicen, pero yo estoy dispuesto a darle otra oportunidad.

Ahora un poco más en serio, viene todo esto a cuento al inminente comienzo de la temporada futbolística para el Hércules en su correspondiente grupo de Segunda RFEF. Comenzó hace semanas la campaña de renovación de abonos y captación de nuevos socios de manera online, la cosa no despegaba, seguimos siendo clásicos y tradicionalistas, pero en el momento en que se abrió el antepalco con atención presencial al público, comenzaron las largas colas, incluso padeciendo las altas temperaturas por parte de los aficionados que acudían a realizar la gestión. Después de los primeros días, el flujo continuo y el goteo y goteo, de tal forma que ya somos más de cuatro mil y se espera llegar a cifras similares a las de la pasada temporada. Y eso con todo lo que llovió el pasado ejercicio, en todos los sentidos, desde cese de entrenador hasta peligro de descenso, hasta altercado de orden público el famoso día de autos y la no consecución del objetivo de ascenso, ni tan siquiera disputa del play-off.

Imagen de la campaña de abonos del Hércules (Fuente: Twitter @cfhercules).

El caso es que en la cuarta categoría del fútbol español, algo así como una Tercera División antigua, y con la ejecución de su brazo derecho en lo deportivo. Paco Peña, mi Enrique lo vuelve a intentar, rebasado ya el centenario de historia de la entidad y de la que él también forma parte desde hace más de veinte años.

Paco Peña, secretario técnico e histórico jugador herculano, ejecuta; Enrique aprueba; y yo, tonto de mí, un verano más me dejo embaucar y me engaño a mí mismo. Más de media plantilla a la calle y otras tantas caras nuevas, lo mismo de cada temporada a modo de antídoto ilusionante.  El Hércules trae al delantero Agustín Coscia y yo creo haber oído Robert Lewandoski, ficha a Marcos Mendes y yo creo haber entendido Dembélé. Ficha a un extranjero llamado Ryan Nolan y a mí me suena a Militão, el tal Carlos de la Nava se me antoja Luka Modrić, Alfonso Candelas podría ser Toni Kroos y si hago un esfuerzo y me confundo de negrito, el tal Kalvin Ketu podría ser Ansu Fati el del Barcelona. Y así un verano más me voy ilusionando e ilusionando y, aunque por allá por el mes de mayo prometí que ya no más, que era la última oportunidad, me desdigo a mí mismo y termino sucumbiendo a los encantos de mi amado Enrique. En definitiva, como la amante abnegada, le doy una nueva oportunidad y un verano más termino entregándome, como tantos y tantos otros.

No puedo vivir sin el Hércules de mis pasiones, es un sentimiento que desborda todo mi ser. Que llegue septiembre y comience ya la liga, que comience a rodar el balón y que sea lo que Dios quiera.

ENRIQUE, A TI NOS ENTREGAMOS EN CUERPO Y ALMA. HAZNOS TUYOS. POSEÉNOS. HAZ LO QUE QUIERAS DE NOSOTROS.

Diego Ferrándiz

Se puede ser de equipos muy grandes, muy famosos, ganadores de muchos títulos, pero nosotros somos del Hércules. Modestia y orgullo pueden ir de la mano. En nuestro corazón habita ese pálpito blanquiazul. Sentimos al Hércules, como sentimos la Explanada, el Postiguet o la Cara del Moro. Macho Hércules.

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