Sánchez tiene que abandonar el marxismo y pactar con el PP

Es innegable el giro marxista comunista del presidente Pedro Sánchez, posiblemente pergeñado para quitar votantes a Sumar y Podemos ahora enfrascados en una lucha barriobajera muy propia de las izquierdas extremas como quedó patente durante la Segunda República y muy especialmente durante el  gobierno del Frente Popular. El viaje a Vietnam y China, con ofrenda floral en honor del genocida Ho Chi Ming, con la bandera de España formando parte del homenaje, es algo que sobrepasa los límites mínimos de moralidad y respeto a nuestra nación. Esto, junto a la rendición ante el régimen comunista de China, asentado sobre los cincuenta millones de asesinatos de Mao, con gobierno de Xi Jimping que ignora los derechos fundamentales de los ciudadanos chinos y cualquier atisbo de libertad política y sindical, es un panorama desolador que Sánchez y sus palmeros de Moncloa quieren vendernos como ejercicio de liderazgo mundial de un presidente que, según los expertos, no ha conseguido mejorar para nuestro país el balance comercial hispano-chino. Además, desentona del resto de la Unión Europea y posiblemente busca poner sordina a los supuestos escándalos de Ábalos (su hombre de confianza en el Gobierno y en el PSOE otrora), de Begoña Gómez, su esposa; y de su hermanísimo David Sánchez y Pérez Castejón, de nombre artístico David Azagra, el predilecto melómano del Partido Socialista gobernante en Extremadura.

En varios países de la Unión Europea y del Occidente democrático se han producido dimisiones inmediatas por cuestiones mucho menos graves. Aquí, no. Aquí la consigna de Pedro y sus mariachis es “No hay caso”. Y, de paso, tildan a la oposición, a los medios de comunicación críticos y a los jueces de fachas o de estar vendidos al fascismo. Amigo del poder más que de servir a su patria y a sus ciudadanos; amigo de separatistas, como Puigdemont, ese fugado de la Justicia que lleva años riéndose de él y escupiéndole a la cara día tras día. Y lo ven y lo sufren los dirigentes y los militantes de un  partido con más de cien años de historia, cuyos principios más nobles, como los de igualdad y solidaridad interregional, son traicionados por este sanchismo ciego de poder y sin dignidad.

Le pregunto a Pedro Sánchez, una  vez más, por qué si en Europa es aliado incondicional del Partido Popular Europeo, el de Úrsula von der Leyen, no se alía con el Partido Popular español para gobernar ambos en España con una mayoría aplastante y unas posibilidades de hacer pactos que lleven al país por caminos de prosperidad, sin ataduras ni artimañas de separatistas, filoterroristas y comunistas de variados pelajes pero todos enemigos de las libertades. 

Pedro, tú sabes que perdiste las elecciones generales del 23-J. No digas más que volverás a ganar las próximas elecciones. No las ganaste y no puedes decir que volverás a ganar. Convoca elecciones y, si las ganas, alíate, pacta, con el Partido Popular y a triunfar todos, sobre todo España. Pacta con la derecha y no mientas más llamando a los de Feijóo ‘ultraderecha’. ¿Llamas acaso ultraderechista a tu queridísima Úrsula, a la que tanto amas y de la que tanto cariño recibes? Y si pierdes y quedas segundo, sé hombre de Estado y pacta con Feijóo un Gobierno encabezado por quien tiene más escaños y pelea por los ministerios que creas son los que  vas a gestionar con garantías para el bienestar social de la nación.

Creo que la política está hecha para servir y que los que no valen para servir no sirven para mandar. El poder tiene que estar al servicio de todos los ciudadanos y nunca el gobierno justo de una nación puede estar supeditado a los siete votos de un golpista soberbio y fanfarrón. Un pacto entre PP y PSOE es absolutamente necesario y, si hubiera alternancia en la presidencia en función de los votos (expresión de la voluntad mayoritaria del pueblo), habrá que aceptarla y valorarla como democráticamente deseable. Derribemos los muros y construyamos la paz y la justicia. Tenemos una Constitución de concordia. Mejorémosla con los votos de los dos grandes partidos que representan a la inmensa mayoría de los españoles, pero no dejemos que la rompan los enemigos, los lobos con piel de cordero.

Convoca elecciones y gánalas, pero luego pacta con el PP. Regresa al centro izquierda. Abandona a los extremistas. Sé hombre de Estado. Haz en España, en definitiva, lo que haces en Europa. Nunca es tarde para salvarte y salvar al PSOE.

Posdata: Un inútil, apellidado Trump, y un caradura Tezanos en el CIS

El presidente de Estados Unidos miente tanto, o más, como nuestro ‘puto amo’, pero, para más inri, Trump asegura que no cambia de opinión de un día a otro. Esta es la ‘genial’ frase del inútil: “No cambio de opinión, es que soy muy flexible”. ¿Qué democracias tenemos para que haya que soportar a presidentes tan negados mentalmente y tan tiranos como mandatarios? ¿Cuántas firmas habría que recoger para someter a presidentes tan inmorales a un impeachment promovido por el pueblo? En nuestra Constitución y en todas las del mundo democrático, tendría que establecerse la posibilidad del impeachment contra presidentes considerados especialmente indignos del cargo que ostentan.

¿Defiendo la posibilidad de un impeachment contra Sánchez? Me da la risa tras conocer el resultado de la última encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) que preside el socialista forofo de Pedro Sánchez, el inefable José Félix Tezanos. Un caradura que, en contra de lo que dicen todos los sondeos de empresa profesionales del sector, vuelve a entrevistar a forofos de Sánchez para concluir que los españoles le harían vencedor frente a Feijóo, si ahora se celebraran elecciones generales. A la vez, leo en el digital El Español: “Sánchez premia a Tezanos por su labor en el CIS, le asciende… y cobrará más de cien mil euros al año”. ¡Viva Tezanos! ¡Viva Sánchez! Y…¡apaga y vámonos!