Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

Rosalía y su roto corazón

Rosalía durante un concierto en Chile. Fotografía: Andrés Ibarra (Fuente: Wikimedia).

Nadie más que ella puede curar sus heridas de amor y encarar el futuro atendiendo a buenos consejeros entre los que no está Shakira, pero sí estamos Alaska y yo

Los grandes triunfadores no se hacen, nacen. Hablo de los más grandes. Hay otros que se hicieron grandes porque nacieron con ciertas cualidades que supieron explotar con esfuerzo y les dieron frutos extraordinarios. Cuando hablo de triunfadores absolutos hablo de genios de la música, de las letras o de la tecnología y de la Inteligencia Artificial, la IA, casi tan famosa como la CIA y hasta que la T.I.A. (Técnicos de Investigación Aeroterráquea) del mítico Francisco Ibáñez, con sus dos grandes agentes secretos, Mortadelo y Filemón, todos ellos inmortales.

Hablando de aspirantes a genios hay que nombrar a Rosalía, gran cantante, triunfadora internacional, que está teniendo mala suerte en asuntos de amor. Está en la cresta de la ola, en lo más alto, pero con el corazón herido, malherido. Tras la herida causada por la ruptura con C. Tangana, llega la separación, parece que nada amistosa, sino muy dolorosa, de Rauw Alejandro, al que mucha gente del corazón califica de infiel, lo que, en cuestiones amorosas, es sinónimo de traidor. Pero pueden estar equivocados.

No por ser frecuentes las escaramuzas amatorias en el mundo del famoseo sería aconsejable pasar de puntillas sobre ellas y menos cuando lo ocurrido con Rosalía alcanza especial relieve por la categoría de la cantante y su juventud. Es verdad, por otra parte, que lo que ocurre entre muchos reconocidos artistas es el pan nuestro de cada día en las relaciones generales de las parejas de nuestro tiempo. Emparejarse y desparejarse es algo frecuente. En el caso de Rosalía, la bomba ha estallado cuando terminaba su triunfal gira por el mundo mundial, lo que le llevó a llorar públicamente en París. Eso es lo que he leído. Lloró Rosalía, señal de que amaba. Pero sus padres y ahora todos los demás sabemos que estaba equivocada; que amaba a la persona que, según su familia y según casi todos, no merecía el amor de la diva.

Todos podemos engañar y ser engañados en el amor. Incluso dedicando mucho tiempo a bucear en los sentimientos del otro. No se ama de verdad más que aquello que se conoce a fondo. Si amas lo que no conoces bien, estás expuesto, expuesta, a que te den gato por liebre. Rauw pudiera ser gato, aunque se disfrazara de liebre. Y Rosalía no dio tiempo al tiempo para conocer a fondo a R. No la culpo; el culpable podría ser él. Pero sí hay que convenir en que no utilizó todos los recursos para no dejarse embaucar. Fue engañada; le mintió el traidor, aunque ahora diga que no mintió, sino que simplemente cambió de opinión para ‘irse’ con la modelo, antes de cambiar de nuevo de opinión y tiro porque me toca, como haría o hizo un presidente cualquiera. ¿Y si Rauw no es culpable de nada, como asegura él y su entorno? Pues retiro todo lo dicho contra él.

¿Critico yo que llorara Rosalía? Se puede y se debe llorar de amor y más aún de rabia. De las dos maneras. Y cuando ya uno ha llorado del todo y el alma se serena es cuando viene la reflexión y se abre uno a los consejos de su interior y de quienes, desde el exterior, te deben y te pueden ayudar. Incluso le pueden valer los consejos de Alaska y los míos. Y los de Raphael si le llegan, un cantante que ha llegado a los 80 años y nunca ha cambiado de pareja porque, con toda seguridad,  antes de emparejarse, él y su mujer se conocieron a fondo. Tienen 50 años de amor, tres hijos y siete nietos.

Ya me hice eco, hace unas semanas, de un estudio sobre el amor libre, sobre las parejas libres. Cada año sube el número de los y las imbéciles que quieren libertad para no sentirse cornudos y cornudas en aras del amor libre que es que es como hacer una paella mixta pero sin pollo ni mariscos. No tiene ni pies ni cabeza. No saben qué inventar para acabar con la dignidad de los seres humanos, en aras de esa progresía que el filósofo Savater llama estupidez.

La singular y famosísima Alaska también ha saltado a la palestra para apoyar a Rosalía y recomendarle que no reaccione como Shakira contra Piqué. Le parece que “lo mejor es lavar la ropa en casa” y no airear los trapos sucios. Hay una frase de Rosalía que invita a la reflexión: “Mi corazón es un archivo de todas las cosas que he amado”. La invitaría a tirar de archivo (no muy amplio porque es muy joven) para que profundice en el conocimiento de las cosas y de las personas antes de amarlas en profundidad y así archivarlas sin temor a llevarse más chascos.

No hay libertad sin verdad; no hay verdad sin conocimiento profundo de las cosas, conocimiento del otro en el amor. Nos venden libertad sexual y prostituyen (prostitución, ojo) la palabra libertad. Con la sexualidad no hay libertad de parejas, sino fidelidad, fidelidad que es amor y conocimiento del otro, de su verdad. Rosalía tiene que reflexionar, cuando se le pase el duelo (de dolor) por la muerte de unos amores jóvenes y así prepararse para abrirse a un futuro amor maduro, que no depende de los años, aunque hay que dar tiempo al tiempo. Pero hay que ser muy exigentes, tanto con nosotros mismos como con los demás.

A Rosalía hay que desearle seguir con todos los éxitos musicales y el encuentro con la verdadera libertad y el auténtico amor. Me permito una licencia, un consejo, un deseo: que se encuentre con Dios, del que casi nadie habla. Pero lo dijo san Juan: Dios es amor. Y Jesucristo sentenció: la verdad os hará libres. Verdad, libertad, amor, tres temas para una canción de Rosalía. Canción con Dios al fondo, un Dios que es padre misericordioso, que ama a todos, incluso a los traidores; un padre que espera siempre el regreso del hijo pródigo. Se llame Rauw Alejandro, se llame Pedro Sánchez, o se llame Ramón Gómez Carrión. O como tú que me lees. La paz y la misericordia del Señor estén con todos nosotros. Amén, que quiere decir así sea.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

5 Comments

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  • Querido Amigo Ramón
    Que artículo más profundo y más hermoso, sobre los amores pasajeros, el engaño , la tradición y como siempre se debe meditar a quien se entrega el corazón porque sino se puede salir traspillado!!
    Te felicito una vez más por tu forma de abordar temas actuales con tanta seriedad y acierto y siempre reconducir la vida hacia el verdadero Amor que es Jesucristo el único amigo que jamas traiciona y siempre perdona
    Un abrazo

  • Me inspiran tus palabras escritas que siento son experiencias vividas, sí amable y ecuánime Don Ramón Gómez Carrión, me afianzas en mi decisión, azuzada por tu alma en nuestro inolvidable reencuentro hace unos días en Alicante. Porque gracias a nuestra improvisada y sabrosa comida en la terraza de Lizarran en la Avenida de Maisonnave alicantina, a dos pasos de tu hogar, me lanzo a caminar con la firme voluntad de actuar pronto y en la primera ocasión convertir mi decisión en acción que es mi ruego del perdón por mis errores del pasado… Causar dolor: ¡a nadie! ¡Ni por nada! Sin excusas, pensar y reflexionar, sentir y actuar, y solicitar el perdón para generar más Amor por la Humanidad que prevalece sobre todo argumento… Gracias, Ramón, mil gracias por compartir experiencias y soluciones… -Vale… Pedro J. Bernabeu