Si escuchamos la palabra Bardín, ¿qué nos viene a la mente? A unos les recuerda el nombre de una calle y un barrio de Alicante, a otros un campo de fútbol donde jugaban el Hércules y el Alicante, y a otros, acaso más interesados en el aspecto artístico y monumental, la llamada Casa Bardín, que hoy en día es la sede del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, en la calle San Fernando.
Y todo eso es cierto. Pero el nombre que engarza esos lugares corresponde a una figura a la que podemos sin duda considerar como un hijo adoptivo de Alicante pese a nacer en Francia: Renato Bardín. ¿Quién era Renato Bardín?, ¿qué aportaciones o contribuciones beneficiosas hizo a Alicante? Fue un prócer que hizo mucho por nuestra ciudad, incluso por nuestra provincia, y cuyo amor a Alicante se refleja en numerosas aportaciones.
Renato Bardín
Théophile René Bardin Delille (1858-1940) nace en la localidad francesa de Douai, al N. del país, y fue empresario y diplomático. Procedente de familia adinerada, heredó de la misma una empresa vinícola localizada en el Valle del Loira, que tenía ya posesiones en España. Vino a nuestro país huyendo en cierto modo de la plaga de filoxera que devastaba las viñas del Loira y amplió sus negocios con viñedos en la Rioja, pero pronto, considerando el clima y las características de Alicante, estableció aquí su notorio “imperio vinícola”. Su primera mujer fue María del Rosario Mas y al fallecer esta –en 1913–, se casó en segundas nupcias con la alicantina Dolores Alberola Gomis, de quien tuvo un hijo que asimismo fue un impulsor de la prosperidad lucentina: Teófilo Bardín Alberola.
Siempre enamorado de Alicante, este gran personaje al que los alicantinos denominaron con su “adaptación” castellana, Teófilo Bardín (el mismo nombre, Teófilo, que su hijo), hizo mucho por la terreta.
Estas son en síntesis algunas de las contribuciones de Bardín (padre):
- Traslada a Alicante su importante empresa vinícola.
- Fue Cónsul Honorario de Francia en la ciudad (al que “sucedería” su hijo). Por su prestigio, se le nombró Cónsul Honorario de Francia en la ciudad de Alicante, cargo en el que le sucederá Bardín hijo. En ese sentido, su labor fue fecunda y destacada, contribuyendo a ese hermanamiento entre su país de origen y su país de “acogida”.
- A él se debe la puesta en marcha del “Estadio Bardín” (inaugurado en el año 1932), el nuevo estadio del Hércules de Alicante.
- Invirtió una gran cantidad de dinero para consolidar al Hércules como un gran club. De ahí que algunos lo consideren una figura esencial del club, al igual que el fundador del mismo, el legendario “El Chepa”. En su etapa, continuada por su hijo, el Hércules escribiría una de las páginas deportivas más brillantes de su historia.
- Fue socio e inversor del Club de Regatas.
- Fundó en la calle Bailén, el “Colegio Francés”, preludio de lo que con el correr del tiempo sería el “Liceo Francés”.
- Hizo construir en el año 1901 (tras una primera estancia al llegar a España en la avenida de Maisonnave) su residencia alicantina en la calle San Fernando (hoy se conoce como “Casa Bardín” y es sede del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert). Asimismo, hizo construir diversas viviendas de alquiler en la calle San Fernando (a estas algunos las denominan “segunda Casa Bardín” y constituyen un edificio contiguo al antes citado).
- Se hizo edificar en 1899 la llamada “Villa Marco” en El Campello, como segunda residencia y su lugar de veraneo. Este palacete es un conjunto artístico y monumental que hoy en día se considera uno de los elementos patrimoniales más importantes de la villa de El Campello.
A continuación, relato otras interesantes contribuciones que demuestran su amor por la terreta, siendo una de las personas más influyentes en la vida alicantina de la época.
Estadio Bardín
El Hércules necesitaba un buen campo, un estadio de fútbol donde desarrollara su actividad deportiva y en el que los aficionados, en número creciente, tuvieran un centro deportivo acorde con la categoría del club. Así nació el llamado Estadio Bardín: idea, iniciativa y financiación de nuestro vinicultor, con un gran aforo para la época y localizado en el barrio de Benalúa, junto al Cuartel de Infantería. El Alicante y el Hércules jugaron allí importantes partidos y existió toda una rivalidad “sana” entre ambos clubes deportivos. Nombró Bardín padre a su hijo tesorero del club, quien llevó a cabo una saneada administración de la entidad deportiva. Actualmente, esa zona –y sus aledaños– se denominan Barrio de Bardín, situado entre Princesa Mercedes y la Urbanización Alipark.
Cedió Bardín unos terrenos que tenía como herencia de la inmigración francesa a la ciudad (inmigración que se produciría con fuerza, ya a partir del siglo XVIII) situados junto al Barranco de Benalúa para la construcción del estadio, esa gran ilusión de nuestro personaje. El arquitecto fue Juan Vidal.
A las 16 horas del día 18 de septiembre del año 1932, se abre oficialmente al público el Estadio de Bardín (denominado “la Bombonera”, por su original forma) y Lolita Bardín, nieta del prócer, hace –con la camiseta del Hércules– el saque de honor. Poco antes, el alcalde Lorenzo Carbonell había cortado oficialmente la cinta de acceso. El partido inaugural fue un Hércules-Real Madrid, perdiendo los locales por dos goles a cero, obra de Páez –en propia meta– y Bestit. El presidente del Hércules, a la sazón, era don Antonio Larrinaga Gorostiza. La inauguración fue un acto de gran pompa. El vicesecretario de la Junta Directiva del Hércules dijo unas palabras de agradecimiento a través de la megafonía. Entre otras cosas dijo refiriéndose al “alma mater” (a nuestro Bardín): “El magnífico campo con el que desde ahora cuenta Alicante se debe a la esplendidez y el desprendimiento de don Renato Bardín Delille, que ha querido demostrar con hechos su amor a nuestra ciudad y al deporte”.
El coste de la obra fue de doscientas mil pesetas y el aforo inicial era de ocho mil espectadores que, con una posterior ampliación llegaría a doce mil. El primer himno del Hércules tenía música del “Pasodoble de los Nardos”. El Hércules jugó en este estadio, militando en primera división, durante cinco temporadas, desde el año 1935, con el paréntesis de la Guerra Civil. Contaba con un concurrido “Bar Repostería Stadium Bardín”.
Las competiciones en este estadio se desarrollaron desde 1932 hasta 1963, año en el que sería derribado el campo de fútbol y el espacio se destinaría a viviendas (el Barrio de Bardín). De 1932 a 1954 jugó en Bardín el Hércules, pues era su campo de fútbol. En la temporada 1954-55 el Hércules se mudaría al Estadio de La Viña. En el período 1954-1963, pasaría a ser el campo de fútbol del Alicante.
Yo recuerdo que, con mi padre, José Moratinos Pérez, gran aficionado al fútbol, iba a ver al Bardín los partidos que allí se celebraban. Eran los años 1957 y 1958 (yo estudiaba Bachillerato Superior en el Instituto Jorge Juan) y caminábamos desde la calle Pintor Aparicio, donde vivíamos, hasta el barrio de Benalúa. Eran sobre todo partidos del Alicante Club de Fútbol, que lucía su clásica camiseta de color azul.
Club de Regatas
El Club de Regatas figura entre las entidades más sobresalientes de Alicante, con larga y fecunda historia. Bardín padre invirtió importantes sumas en su potenciación y fue socio del mismo. Quería lo mejor para Alicante y pronto comprendió que una ciudad abierta al mar requería de un club deportivo náutico de entidad y prestigio. No aceptó los máximos honores, pero no fue un simple socio, llegó a ocupar la vicepresidencia de la entidad. Siempre fue querido, admirado y respetado.
En el año 1911, siendo nuestro prócer vicepresidente, visitó Alfonso XIII Alicante y el Club de Regatas. La sede del Club estaba situada en el Paseo de los Mártires. En honor al monarca hubo en el salón principal un Baile de la Fiesta Nocturna. Lo abrió Alfonso XIII con Charo Mas, la primera esposa de Bardín.
Colegio Francés
Una idea que albergaba nuestro prócer era difundir la cultura y la lengua francesa en su querida Alicante. Así se unirían sus dos amores, Francia y Alicante. En la calle Bailén número 25, se inauguraría con gran pompa el Colegio Francés, iniciativa de Bardín. Después pasaría a ubicarse en el Paseo de Soto, cerca de la Muntanyeta. Allí cursó estudios René Albert Bardín García, nieto del fundador. Alicante experimentó, ya desde el siglo XVIII, una fuerte inmigración de familias francesas; lo que está patente en apellidos de raigambre en nuestra ciudad (Lamaignère, Marboeuf, Dupuy, Maisonnave, Fourcade, Fresneau…).
Quería Renato Bardín que las familias de origen francés establecidas en Alicante (muchas de ellas con empresas de renombre) tuvieran un centro adecuado donde se recibiera enseñanza bilingüe, con las dos lenguas, español y francés, como vehículo de comunicación y enseñanza. Pretendía ese hermanamiento entre esas dos culturas que él amaba, la española y la francesa. Pero era una enseñanza abierta a todos, franceses de origen y españoles, y muchos alicantinos disfrutaron allí de esta enseñanza bilingüe de alta calidad. Con el tiempo, ese germen del Colegio Francés fructificaría en el Liceo Francés de Alicante, inaugurado en el año 1962 en la Calle San Vicente y que tendría otras ubicaciones posteriores en la Avenida de la Albufereta (desde 1970) y ya, prácticamente en la actualidad, en El Campello, junto a Villa Marco (desde el año 2005).
Curiosamente, el actual edificio y unas instalaciones modernas del Liceo Francés se encuentran, como decimos, limítrofes a la finca Villa Marco; nada mejor simbólicamente que este hecho.
Casa Bardín
En la calle San Fernando número 44, aprovechando la ampliación y apertura de varias calles dentro del Plan de Ensanche, establecería finalmente nuestro prócer su residencia alicantina, tras una corta estancia en la vivienda de la calle Maisonnave. Fueron dos los importantes edificios que mandó construir Bardín padre: Casa Bardín (el arriba mencionado) y un edificio de viviendas adjunto, para alquiler (conocido como “segunda Casa Bardín”). Dos notables construcciones que forman parte del patrimonio más singular de la ciudad de Alicante.
El arquitecto autor del proyecto inicial fue el alicantino Enrique Sánchez Sedeño. Hay tres fachadas en la Casa Bardín, que se organizan por simetría a partir de un eje central. Se utilizan elementos del lenguaje de la arquitectura clásica y del Modernismo de fines del siglo XIX. En la parte alta o principal estaba la residencia propiamente dicha del propietario. La Casa Bardín se construyó en 1901. En 1926 encargó nuestro hombre al arquitecto Juan Vidal Ramos otro edificio, justo al lado –esa “segunda Casa Bardín”–, que (como decíamos anteriormente) lo destinaría para viviendas en alquiler, procurando el arquitecto que armonizara su estilo con el edificio anterior.
El carácter ilustrado y humanista de Bardín y su afán por difundir la cultura, al arte y el saber, contribuyeron grandemente a su integración en la vida y en el ambiente cultural y social de la ciudad de Alicante. Su casa fue un lugar de encuentro de importantes personajes. Así, entre los escritores, tenemos a Antoine de Saint-Exupéry, –el autor de “El Principito”, que disfrutó de una breve estancia en Alicante– y entre los pianistas, a Gonzalo Soriano. En no pocas ocasiones, este pianista alicantino interpretó sus piezas en la casa de los Bardín.
Villa Marco
Construida en 1899, con proyecto del arquitecto alicantino Manuel Chápuli, en la Partida de Fabraquer, pensó Bardín que podía ser un lugar ideal como segunda residencia, para las vacaciones de verano, aunque también pasaría allí largas temporadas. Adquirió los terrenos de la finca rústica “Canónigo Marco” y de ahí el nombre de esta residencia. Junto a su segunda mujer y su hijo disfrutaron de esta estancia y de sus jardines (hoy, un jardín botánico de indudable valor patrimonial). Inicialmente, en el lugar existía una torre vigía (del siglo XVI) de defensa en la huerta alicantina para hacer frente a las correrías de los piratas berberiscos que asolaban la costa de esta zona. Introdujo el arquitecto dos plantas en esa casa-palacete y en lo alto puso un torreón desde el que se podía divisar el conjunto de campos de cultivo de la viña.
Estamos ante una planta rectangular de tres alturas, de estilo colonial francés con rasgos modernistas. El porche frontal es una pieza muy singular del palacete. Todo lo dicho marca una diferencia clara respecto al resto de las fincas que aún se conservan en la comarca. Sus rasgos modernistas son una influencia de Gaudí, por el hecho de que Bardín padre mandara a su hijo a perfeccionar estudios en Barcelona y es una suerte de homenaje al gran arquitecto catalán.
Padre e hijo hicieron una serie de reformas y mejoras paulatinas (especialmente el hijo). Bajo la idea inicial del padre, los jardines de inspiración versallesca fueron creados al tiempo que se desarrollaban las obras del palacete. El jardín (hoy un jardín botánico) se divide en cinco zonas: jardín árabe, jardín botánico –propiamente dicho–, jardín de acceso (entrada de carruajes), jardín y bosque mediterráneos. También se albergan en sus jardines cuatro esculturas del escultor alicantino Vicente Bañuls (1866-1935): “La Marsellesa”, “La noche”, la “Escultura del Pedestal” y “Pedestal-2”.
Es interesante comentar aspectos de las dos esculturas fundamentales: “La noche” es una escultura situada a la entrada, de influencia griega, destinada a proteger la finca, dotarla de prosperidad y alejarla de las malas energías y de los malos espíritus. Aparece una fiera, un león, y junto a ella un efebo griego que tiene reposando en su cuerpo el vellocino de oro y una especie de cuerno de la abundancia. Es una representación, además, de la fuerza del león y la fertilidad femenina. Estatua cargada de simbolismos. La segunda es “La Marsellesa”, cuya realización parece ser del año 1909; representa a una mujer erguida, con túnica, que sujeta a un gran león con la mano derecha y una espada con la izquierda. Es una alegoría de la Revolución Francesa. En la base puede leerse el lema “Le jour de gloire est arrivé”. Es una impresionante escultura de 2 metros y 40 centímetros, sobre un pedestal de 1,20 metros.
En estos jardines se situó el centro de operaciones de sus viñedos, estando sus viñas entre las más renombradas de la partida de Fabraquer. Como vinicultor, procuró una fusión de las uvas de Fabraquer (donde tenía viñedos, junto al palacete) con las del Valle del Loira para dar una nota original de calidad a sus vinos. Este coupage, lo hizo de acuerdo con Monsieur Leleu, su socio francés, y se extendería la experiencia, por el éxito obtenido, a un coupage con otros vinos del resto de Europa.
Aún podrían completarse más datos biográficos acerca de don Renato y su familia, como por ejemplo la interesante y útil historia en torno a la Casa de Muñecas, la infancia y juventud de Bardín en Francia, su familia francesa, su estancia en la Rioja, sus relaciones comerciales con otros empresarios, detalles de las tertulias y actos culturales en la Casa Bardín, sus posesiones –detalladas– en Alicante, Murcia y León…, pero baste lo aquí expuesto en una primera aproximación, para comprender la grandeza de nuestro personaje.
No se tiene conocimiento de una biografía completa de Renato Bardín, pero sí existen importantes estudios, artículos y trabajos que contemplan una o varias de las múltiples facetas de nuestro hombre. Entre los que hacen aportaciones para un mejor conocimiento de la figura del eminente viticultor y empresario, podemos citar a Ramos, Sol Gomis, Sánchez Sedeño, Pérez Jiménez, Ripoll, Cabot, Rubio, Martín Martínez, Bardín García, Marhuenda, Cernuda, Martínez Medina y Elvira Rodríguez.
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Artículo de actualidad, ahora que el Heércules ascendió.