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Reportajes

Redescubriendo a Azorín

Portada de la primera edición de "La ruta de Don Quijote", de Azorín. Foto: Casa Museo Azorín
Portada de la primera edición de "La ruta de Don Quijote", de Azorín. Foto: Casa Museo Azorín
“No debe el periodista ser prolijo ni confuso; debe escribir breve. Complemento de la concisión es la claridad. En vano ser breve si no se fuera también claro, es decir, comprensible para todo el mundo». AZORÍN. Con estas palabras el periodista y escritor José Martínez Ruíz, Azorín, estableció los pilares del estilo periodístico moderno y […]

“No debe el periodista ser prolijo ni confuso; debe escribir breve. Complemento de la concisión es la claridad. En vano ser breve si no se fuera también claro, es decir, comprensible para todo el mundo». AZORÍN.

Con estas palabras el periodista y escritor José Martínez Ruíz, Azorín, estableció los pilares del estilo periodístico moderno y depuró el lenguaje retórico predominante en las redacciones hasta principios del siglo XX. 

Azorín, nacido en Monòver en 1873, destaca por ser uno de los escritores y periodistas más modernos, innovadores y vanguardistas que ha dado la literatura y el periodismo español.

En 1905 el director del diario “El Imparcial”, José Ortega Munilla, padre de Ortega y Gasset, le envía a recorrer en carro la Mancha, y le da una pistola “por lo que pudiera pasar”.  Tiene que seguir y describir la ruta que realizara el personaje cervantino con ocasión del tercer centenario de la publicación del Quijote. Y Azorín compone , según el escritor y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa,  uno de los más hechiceros libros que ha leído, una obra de consumada orfebrería artística, “La ruta de Don Quijote”. De hecho, el discurso de entrada en la RAE lo dedicó a versar la figura del intelectual “monover”.

Como periodista utilizó un lenguaje renovador e innovador y escribió más de 5.000 artículos en diarios como El País, El Imparcial, La Vanguardia o ABC.

Precisamente para «El Imparcial» escribió una serie de crónicas donde denunciaba las condiciones de explotación y pobreza en las que vivía el campesinado andaluz. Algunas de ellas fueron censuradas por su carácter de denuncia social, que le llevaron a su expulsión del diario. El conjunto de crónicas se editó como su libro “La Andalucía trágica” (1905), un claro precedente de lo que se llamó 60 años después el “Nuevo Periodismo” norteamericano con Tom Wolf a la cabeza. Periodismo contado desde el lugar de los hechos como si fuese literatura. En su caso es literatura.

Su carácter vanguardista le llevó a ser el primero en enviar la primera crónica vía telegráfica publicada por un diario español, en junio de 1906, desde París sobre un viaje de Alfonso XIII en el que sufrió un atentado.

También fue de los primeros escritores españoles en utilizar una máquina de escribir para sus escritos.

Aspectos políticos

Su ideología anarquista de juventud, que le llevó a ser expulsado de «El País» por un artículo sobre el amor libre donde defendía el divorcio, se transmutó en un conservadurismo político. Fue diputado 5 veces entre 1907 y 1919 y subsecretario de Instrucción Pública en dos ocasiones.

Azorín en 1915. Foto: Casa Museo Azorín

Como cronista parlamentario está considerado también un renovador, ya que no solamente se centraba en contar lo que ocurría en el hemiciclo sino que recorría, como si llevase una cámara de televisión al hombro, los pasillos y aledaños del Congreso de los Diputados para contar lo que allí veía y escuchaba.

Azorín reivindicó las obras de los clásicos de la literatura castellana y la necesaria divulgación entre el gran público, sobre todo de Cervantes. 

También fue quien reivindicó la figura de la gallega Rosalía de Castro en el momento en que ésta se encontraba denostada.

Y fue, junto con otros autores del 98, quien puso en valor la obra del Greco, solicitando al Museo del Prado en 1902 una sala exclusiva para el gran pintor cretense afincado en Toledo.

Gran defensor de Cataluña y de la lengua catalana, sobre todo cuando fue perseguida bajo la dictadura de Primo de Rivera, Azorín considera que Cataluña representa la mejor imagen de España en Europa. Cultivó la amistad con Joan Maragall y Jacint Verdaguer junto a otros representantes del modernismo catalan.

Azorín paisajista

Azorín es el más eminente paisajista de nuestra literatura. Fue el primer escritor español que, con una linterna en el bolsillo para alumbrarse, quiso observar todos los matices y cambios de color en un paisaje durante la madrugada, desde la noche hasta el amanecer, como hizo con Yecla en “La Voluntad” (1902). 

Como un pintor de la palabra, visita y describe los paisajes de La Mancha, Castilla, Andalucía, Madrid, Valencia, Galicia y su Monòver natal junto a la Yecla donde estudió durante 8 años. Es más, su libro “París” (1945) se sigue utilizando actualmente como perfecta guía de viaje donde descubrir aquellos rincones con encanto.

Unamuno, Azorín y Pío Baroja, miembros de la Generación del 98. Grabado: Casa Museo AzorínTras utilizar diversos seudónimos como Cándido o Arihman, José Martínez Ruíz opta finalmente en 1904 por el apellido de uno de sus personajes,  Antonio Azorín. Él fue quien dió nombre en 1913 a la “Generación del 98”, de la que formó parte junto a Unamuno y Baroja principalmente, e ingresó en la Real Academia de la Lengua en 1924.

Azorín en las últimas décadas de su vida. Foto: Casa Museo Azorín

Es el gran renovador del castellano, con una prosa donde utiliza la frase directa, clara y precisa. Y un vanguardista en su obra novelística, justo lo contrario de la imagen anquilosada divulgada hasta hace poco, que considera su obra conservadora y tradicional.

Durante la República se posicionó a favor del nuevo régimen, e incluso llegó a decir que la República la habían traído a España los intelectuales, entre los que se encontraba él.

Cuando estalló la Guerra Civil salió hacia el exilio en París junto a su mujer, Julia Guinda, porque creyó que podría tener problemas tanto con un bando como con el contrario. 

En el aspecto humanitario, durante su exilio hizo esfuerzos tendentes a  salvar vidas humanas de un bando y de otro, actuando como agente de canje de prisioneros. Este es uno de los espisodios de su vida que merecen una investigacion más profunda. Intentó además ante Franco, sin éxito, la vuelta de los intelectuales exiliados en condiciones decorosas una vez acabada la guerra.

El escritor cinematográfico

Azorín fue el primer escritor español en considerar al cine como un arte. Utilizó determinadas técnicas propias y características del cine en algunas de sus novelas y ensayos, como “La voluntad” (1902), “La ruta de Don Quijote”(1905) o “Doña Inés” (1925). 

Además escribió dos guiones cinematográficos, dos libros y diversos artículos sobre el séptimo arte. En sus últimos años era un asiduo visitante a las salas de cine con sesión doble, llegando a ver en un solo año más de 600 películas.

En cuanto al cuento, utiliza la pintura y la fotografía como fuente de inspiración. Algo que más tarde realizarían también otros escritores. También realizó un ensanchamiento de los límites del cuento al mezclarlo con otros géneros, como el teatro y el ensayo. 

Y respecto al teatro, Azorín realizó un esfuerzo continuado de renovación del teatro español de la época, ansiando incorporarlo a las importantes y continuas transformaciones del teatro europeo desde el Naturalismo primero al Surrealismo después.

Su posicionamiento favorable y “acomodación” durante los largos años del franquismo le han restado la popularidad y el reconocimiento generalizado por parte de la “intelectualidad” durante y después de la Transición. 

Autor de una ingente obra que incluye ensayo, novela, teatro, cuento y artículos periodísticos, Azorín es uno de los escritores más longevos y fecundos de toda la literatura española. Murió en Madrid el 2 de marzo de 1967 a los 93 años de edad.

 Momento de la presentación del documental "Azorín. La imagen y la palabra", en el auditorio ADDA de Alicante. Foto: REDACCION“Azorín. La imagen y la palabra.”

Coincidiendo con el 50 aniversario de su muerte, se estrena el documental “Azorín. La imagen y la palabra”, producido por el Departamento de Imagen y Promoción de la Diputación de Alicante y coproducido por Televisión Española. Este documental de 58 minutos de duración está dirigido por Domingo Rodes y tiene como productor ejecutivo a Joan Vicent Hernàndez. Narrado en primera persona, realiza un recorrido por los aspectos más destacados de la vida y la  obra con los propios textos del escritor alicantino.

Rodado en diversos escenarios de Monòver, Yecla, Valencia, Madrid, Toledo, Segovia, la Mancha, Galicia, Barcelona o París, cuenta con la colaboración del propio Mario Vargas Llosa, del director de la RAE, Darío Villanueva, los escritores Manuel Vicent y Julio Llamazares, del geógrafo Eduardo Martínez de Pisón, del director de documentación de ABC Federico Ayala, del catedrático de literatura Miguel Ángel Lozano, del escritor y nieto de Valle-Inclán, Joaquín del Valle-Inclán, del profesor Ramón Llorens, del director del Instituto Gil-Albert, José Ferrándiz Lozano y del director de la Casa-Museo Azorín, José Payá.

Este documental se difundirá a través de la 2 de TVE y del Canal Internacional de TVE.

“Azorín. La imagen y la palabra” trata de contar a las nuevas generaciones los aspectos más destacados de la vida y la obra de uno de los mayores literatos que ha dado la cultura española, un “imprescindible” para redescubrir.

Ramón E. Cánovas es periodista y guionista del documental “Azorín. La imagen y la palabra”.

Ramón E. Cánovas

Periodista.

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