Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Reportajes

Quinientos años del Niño de Cebú en Filipinas

El Santo Niño de Cebú tras la II Guerra Mundial. Fotografía: U. S. Army Signal Corps (Fuente: Wikimedia).

Antecedentes

Uno de los mayores errores educativos de España consiste en obviar las grandezas del Imperio español, en declive, en beneficio de todo lo autonómico. Por ello, hoy quiero recordar que hace quinientos años, en 1521, llegó la expedición de Magallanes-Elcano a las costas de Filipinas (Asia Pacífico, a 11.875 kilómetros en línea recta), donde se celebró la primera misa y el solemne bautismo cristiano del rajá Humabon, rey de Cebú (isla de Filipinas), de su esposa y de 800 súbditos más.

El archipiélago de Filipinas consta de 7.641 islas, que se clasifican geográficamente en tres grupos: la isla de Lizón, el grupo de las Bisanayas y la isla de Mondanao; se sitúan en el sudeste Asiático, en el océano Pacífico o antiguamente llamado los Mares del Sur. Actualmente tiene una población 105.244.475 habitantes, hablan 170 idiomas, aunque solo dos son oficiales: el tagalo y el inglés. Filipinas está dividida en 17 regiones y 80 provincias.

En el siglo XVI, en plena época de los descubridores y conquistadores de América, llegó hasta lo que hoy conocemos como las islas Filipinas el explorador de origen portugués Fernando de Magallanes en la expedición de dar la vuelta al mundo, al servicio de la Corona de España, quien viajaba por la zona en misión encomendada y financiada por el rey español Carlos I. En busca de las Molucas, Magallanes y los suyos llegaron a la isla de Cebú, perteneciente al archipiélago islas Ponientes, cumpliendo el proyecto de Cristóbal Colón de la circunvalación de la Tierra. Magallanes pereció en 1521, en la batalla de Mactán, luchando contra una tribu cebuana encabezada por el jefe tribal Lapulau. El viaje de retorno a España lo continuó el navegante vasco Juan Sebastián Elcano por el cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica.

Isla de Cebú en Filipinas.

Los avances tecnológicos de los árabes como el astrolabio (el sextante es posterior, de 1739) y la creación de las cartas marinas en el Renacimiento o la brújula para orientarse en alta mar, propiciaron que tanto Portugal como Castilla pudieran hacer largos viajes marítimos en busca de oro y plata para acuñar monedas. Por ello, decidieron circunvalar la Tierra, en parte fueron los pioneros de la globalización entre 1519 y 1522.

Anteriormente, en 1474, el sabio Florentino Pablo del Pozzo Toscanelli escribió al canónigo Fernando Martins de Lisboa una extensa epístola, a la que acompañaba una carta de navegar, exponiendo la posibilidad de, navegando directamente al oeste del norte de África, arribar a la gran isla de Cipango y al extremo oriente del continente asiático, en el que se hallaba la India y los estados del Gran Khan. Carta a la que tuvo acceso Cristóbal Colón.

Pocos años después se estableció en Portugal Martín de Behaim, cosmógrafo, discípulo del famoso Monte Regio, y allí permaneció durante muchos años, formando con otros sabios lo que podemos llamar un centro de estudios superiores de Astronomía y Navegación; Behaim fue con los portugueses a Guinea y conoció sus secretos científicos, entre ellos el proyecto de Toscanelli.

Magallanes en Filipinas

Tal como se recoge en la página web de la Orden Agustiniana: «Hace quinientos años, la segunda semana del mes de abril de 1521, Magallanes regala a la reina Juana de Cebú la imagen del Santo Niño. Este es uno de los acontecimientos históricos más relevantes del viaje de la primera Vuelta al Mundo (1519-1522), que daría paso a la evangelización del archipiélago filipino y que sería la puerta para la difusión de la fe cristiana en el Extremo Oriente a través de China, en la que los misioneros agustinos se involucraron a partir de 1565».

Que el milagroso Niño Jesús de Cebú llegara a Filipinas es el resultado de la gran colonización e impulsión religiosa de España en el Pacífico a través de los agustinos. En el artículo citado más arriba también se recoge que: «Para conmemorar este acontecimiento 500 años después, se celebró en la ciudad de Valladolid, el día 17 de abril, una Eucaristía en la parroquia de San Agustín del Real Colegio Seminario de los PP. Agustinos. La ceremonia estuvo presidida por el Nuncio de Su Santidad el Papa en España, D. Bernardito Cleopas Auza, de nacionalidad filipina y estuvo acompañado por D. Ricardo Blázquez, cardenal arzobispo de Valladolid y D. Luis Argüello, obispo auxiliar de la misma archidiócesis de Valladolid. Antes de la misa, el Nuncio visitó el Museo Oriental que se encuentra en el mismo Real Colegio Seminario. Allí se exponen obras de arte de China, Filipinas, Japón, Iquitos (Perú) e India. Dichas obras han sido traídas a lo largo de los siglos por los misioneros agustinos en los países citados o han sido adquiridas en los últimos cuarenta años».

Magallanes entrega la imagen del Sto. Niño a la reina Juana en 1521. Pintura al óleo de R. Makutay, 2015 (Fuente: Museo Oriental, Valladolid).

Esta publicación, titulada «500 años del comienzo de la evangelización del Archipiélago Filipino» también recoge que «Cabe resaltar que desde el Real Colegio Seminario de Valladolid y del Monasterio de Santa María de la Vid (Burgos), donde encontramos también dicha imagen, han salido, a lo largo de los siglos, unos 2.500 religiosos agustinos como misioneros hacia Filipinas, China y Japón, y posteriormente a Latinoamérica, India y África». Así como que «Desde el año 1565, con la llegada a la isla de Cebú de la expedición de Legazpi-Urdaneta en la que, además del agustino Urdaneta (descubridor de la ruta del tornaviaje de Filipinas a México), iban otros cuatros religiosos agustinos, la imagen del Santo Niño ha estado ligada a los agustinos, convirtiéndose en el patrono de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas desde el año 1575, en que dicha Provincia fue confirmada y agregada a la Orden de San Agustín».

Para terminar, en este documento, los seguidores de la doctrina de San Agustín relatan que: «A lo largo de los siglos el pueblo filipino se ha encomendado al Santo Niño de Cebú. Le ha rezado, ha ido en peregrinación al lugar donde se encontraba, ha hecho sacrificios y solicitado su actuación milagrosa. En 1965, el papa Pablo VI le concedió a la iglesia el título de ‘Basílica Menor’ y fue declarada también ese año ‘Monumento Nacional’. El tercer domingo del mes de enero de cada año se celebra su fiesta con actos multitudinarios en la ciudad de Cebú y en otros lugares de las islas Filipinas, así como del resto de los países del mundo donde se encuentra viviendo y trabajando el pueblo filipino».

Galeón de Manila o Nao China

Recordemos el comercio entre Filipinas y España. Ver mi artículo Galeón de Manila en Hoja de lunes del 1de febrero de 2021 y la Guardia Civil en Filipinas.

Sello del Galeón de Manila.

Y el comercio de casi 300 años es lo que mantiene viva la relación de Filipinas con España, que pagaba las mercancías a los asiáticos con monedas de plata extraídas de las minas que tenía en México y Perú (Potosí), y las acuñaba en la ceca (fábrica de monedas) en la ciudad de México, es decir, el negocio era redondo. Del puerto de Acapulco salían galeones cargados de cacao, vainilla, tintes, alumbre, zarzaparrilla, cueros y, sobre todo, frailes y plata acuñada en monedas de 8 reales para pagar las compras de los artículos de lujo como marfiles, piedras preciosas hindúes, sedas, telas y porcelanas chinas, sándalo de Timor, clavo de las Molucas, canela de Ceilán, alcanfor de Borneo, jengibre de Malabar, damascos, lacas, tibores, tapices, perfumes… En 1732 la Corona retomó la administración directa de la Casa de Moneda. En adelante, la institución compraría la plata a los introductores y las monedas acuñadas pertenecerían a la Real Hacienda.

Historia del Santo Niño de Cebú

Es una imagen del Niño Jesús en la ciudad de Cebú en Filipinas y se halla en la Basílica del Santo Niño. Omnipresente en todas partes, es como un icono de la ciudad. Como ya he comentado, fue un regalo de Fernando de Mallaganes al ajá de Cebú, Humabón (Carlos), y a su consorte, Humamay (Juana), entregado el día 14 de abril de 1521. Los Agustinos llegaron a Filipinas en la expedición de Legazpi. Un agustino llevó la religión católica a China y Japón.

Santo Niño de Cebú. Fotografía: Puerto Palomar (Fuente: Wikimedia).

El Niño Jesús de Cebú viste un manto de diferentes colores y se preserva en una vitrina de cristal reforzado desde 1835. Muchos filipinos creen que el Santo Niño de Cebú es el mismísimo Jesucristo, de aquí su devoción. En el siglo XVII, los españoles declararon que el Niño era milagroso y lo utilizaron para convertir a la nación, es la semilla de donde germinó el catolicismo filipino.

Historia de la llegada de la imagen a Filipinas

El Santo Niño de Cebú es la primera imagen cristiana llegada a Filipinas, con la misma llegada de los españoles. Magallanes, al servicio de la corona de España en 1521, se la dará a la “Reina Juana” de la isla de Cebú después de que se bautizase. El cronista de la expedición Antonio Pigafetta, narra así el hecho:

“ …después, el sacerdote y algunos otros nos fuimos a tierra para bautizar a la reina, que se presentó con 40 damas. La condujeron encima del estrado haciéndola sentarse sobre una almohada… El sacerdote le mostró la imagen de Nuestra Señora y un Niño de madera bellísimo y una cruz, lo que la emocionó mucho… Llorando pidió el bautismo. Se le impuso el nombre de Juana, como la madre del emperador (Carlos V)… Se bautizaron 800 almas entre hombres, mujeres y niños… La reina pidió al Niño para colocarlo en sustitución de sus ídolos. Sabiendo el capitán (Magallanes) que el Niño le gustaba mucho a la reina, se lo regaló y le dijo que lo colocase en sustitución de sus ídolos, porque eran en memoria del Hijo de Dios. Dándole las gracias lo aceptó de muy buena gana”.

Durante 44 años el “Dios extranjero” permaneció sin más apoyo que Él mismo. Permaneció y sobrevivió. Magallanes fue asesinado. Los españoles huyeron. Sólo Él se quedó. Este niño Dios, pequeño e indefenso a los ojos de los filipinos, había sido impotente para defender al hombre blanco en la batalla.

La leyenda cuenta que hubo intentos de destruir el Santo Niño, quemarlo y reducirlo a cenizas. Y el Santo Niño sobrevivió a todos los intentos de destrucción. Este acontecimiento marcará para siempre la historia de Filipinas.

Hallazgo de la imagen en 1565

44 años después de Magallanes llegó la expedición de Legazpi-Urdaneta en 1565 y encontraron la imagen en una de las casas más pobres de la isla. La historia del hallazgo viene así descrita por el cronista:

“En la isla de Cebú de Filipinas, del poder de su majestad [Felipe II], a 16 del mes de mayo de 1565, el muy ilustre señor Miguel López de Legazpi…, dijo que el día que los españoles entraron en esta dicha isla y pueblo de Cebú, el 28 de abril de este presente año, …en una de las casas de las más pobres moradas donde entró Juan de Camúz, halló una imagen del Niño Jesús…, y luego que la hubo hallado, llevándola en las manos con su capa para enseñarla, topó con Mateo Saz que se la quitó y llevó a mostrar a dicho señor general, el cual con gran veneración y solemne procesión la mandó traer y meter en la iglesia que ahora se tiene en prestado, e hicieron voto y promesa él, los religiosos de la Orden del Señor San Agustín y los capitanes y otros oficiales de campo, que todos los años, tal día como fue hallada la dicha imagen, se hiciese y celebrase una fiesta e invocación del nombre de Jesús…, y para que perpetuamente quede memoria de lo dicho y cómo dicha imagen fue hallada en esta tierra de infieles, el señor gobernador mandó hacer la información de testigos siguiente… Lo firmó de su nombre… Miguel López, ante mi escribano de Gobernación, Fernando Riquel”.

La fiesta

Aunque originalmente la fiesta del Santo Niño de Cebú y a la vez Santo Patrón se celebraba el 28 de abril, el papa Inocencio XIII, para evitar que cayera en Semana Santa, la traslada a su actual emplazamiento en el tercer domingo del mes de enero. En ella, los fieles portan su imagen, así como la de la Virgen de Guadalupe de Cebú, en procesión. La fiesta es seguida por el llamado Festival Sinulog al siguiente domingo.

Basílica del Santo Niño de Cebú durante la festividad. Fotografía: Francisco M. Pajares (Fuente: Wikimedia).

La imagen

Se trata de un Niño Jesús, de unos 30 centímetros de altura, realizado en madera polícroma y, según se cree, en Flandes. El Niño porta en la mano izquierda una esfera de oro representando al mundo, buena prueba de que los marinos españoles circunvalaron, sabían bien que el mundo era redondo, y valiosa premonición de que alcanzarían su propósito, así como una corona de oro y varios ornamentos donados por los fieles. La imagen será bendecida por el papa Pablo VI, con ocasión de su visita a Filipinas el 28 de abril de 1965, y posteriormente por Juan Pablo II en 1981.

Conclusiones

El Niño de Cebú fue la primera imagen cristina llevada a Asia-Pacífico por los españoles, quienes consideraban que Dios les protegía en sus conquistas por el Nuevo Mundo.


Fuentes consultadas:

Ramón Palmeral

Soy escritor con más de 40 libros publicados sobre temas diversos. Socio de Honor de Espejo de Alicante, socio del Ateneo Blasco Ibáñez de Valencia, colaborador de la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela. Publico crónicas culturales y políticas con un sentido satírico desde hace más de veinte años, puesto que considero que la labor del ciudadano y de la prensa es la de fiscalizar al poder. Dirijo el portal Nuevo Impulso.net de arte, cultura y opinión. Mi correo: ramon.palmeral@gmail.com

2 Comments

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  • Que historia más hermosa la del Niño de Cebú.
    Es muy importante recordar lo importante que ha sido la grandeza del Imperio Español.
    Como Magallanes llegó a Filipinas en misión encomendada por el rey Carlos I, y regala a la reina Juana la imagen del Niño de Cebú, que sería el comienzo de la evangelización de Filipinas que sería la puerta por donde se difundiría la fe cristiana en oriente.

    Magnífico artículo de Ramon Palmeral!!!