Voy a tener que cambiar las calles de mi ciudad, Alicante, por el pasillo de mi casa para no encontrarme con más incoherencias como las que señalé aquí mismo hace un par de semanas.
En la trasera de la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, que yo vi erigir cuando era un zagal, después de meses de haber concluido las obras en la Plaza Nueva y adyacentes, junto a la rotulación de la calle de la periodista Pirula Arderius, aún permanece como un pegote una vallita recordándonos que se han gastado medio millón de euros en eliminar la pecera y el quiosco de prensa, construyendo elementos marmóreos y poco más; las obras y hemos de suponer los responsables de no haber eliminado la dichosa valla son CHM Obras e Infraestructuras.
En la avenida de Jijona, donde cabe tropezarse con una obra abandonada por la empresa Bertolín y que estará trayendo de cabeza a los técnicos y jurídicos del Ayuntamiento —al concejal seguro que no le quita el sueño—, se han dejado la cartela en la que se informa del proyecto, pues en eso parece haberse quedado, pese a estar financiada con fondos europeos. Está un poco descuajaringada la lona, como las aceras esperando que alguien termine lo que se empezó para mejorar —¡ay! — la movilidad de los peatones.
Otra obra inacabada —¿pero qué pasa con las adjudicaciones municipales?— es la de la plaza San Blas. Supongo que aquí también debió haberse instalado la propagandística valla informativa, pero de haberla hoy, está desaparecida. No obstante, para que recordemos qué empresa inició y no culminó la meta quedan pequeños vestigios: en este caso se trata de ECISA, cuyo fiasco en este caso debe estar removiendo los restos de aquel gran caballero que fue su creador. Por cierto, el cartel que indica “calle cortada por obras” es, además, sarcástico; desde hace meses están paradas.
Tus denuncias urbanitas tienen que seguir. No te quedes en casa haciendo pasillo. La calle es tuya sobre todo ahora que ya no hay Fraga que se quiera apropiar de ella en exclusiva. Si el Ayuntamiento no te hace caso, allá Barcala y sus concejales con su conciencia y sus votos. El servicio de prensa municipal debería leer todos los periódicos, digitales o no, y trasladar al alcalde y a los concejales las denuncias. Lo tienen fácil. Un saludo cordial, señor paseante en Corte.