“¡Pedro, soy maricón, rojo y republicano!”

En su libertad respetada, o silencios inconscientes, me cerró la boca de un plumazo, ¡sí, tajante!, vehemente: “¡Pedro, soy maricón, rojo y republicano!”. Me desarmó y callé dos segundos. Pero intenté reanudar el debate. ¡Que sepas que yo lo intento siempre una vez más, desde niño! Hábito que luego adiestré desde los 9 años en el Instituto ‘Cardenal Belluga’ en Callosa de Segura, cuyas aulas conocí en 1969. Allí, sin miedo desde el primer día, ni titubeo, levanté una mano durante siete años, derecha o izquierda, me es igual, ante toda duda que surge en mi cabeza sobre el entendimiento de las cosas.

Desvelo ahora que algún profesor y profesora, cómplice de mi atrevimiento y mis ansias de comprensión, me animaba en la trastienda a levantar la mano y preguntarle en la clase. Para así enfrentar con atrevimiento toda duda nacida de sus explicaciones o por nuestro insuficiente entendimiento adolescente y luego juvenil. “Pregunta, Bernabéu, que tus compañeros callan cuando tienen dudas en clase. ¡Levanta la mano y pregúntame!”.

“Cada alumno, un método”

Sócrates

Años después, llegué a la conclusión de que aquellos ‘maestros’ más preocupados por la formación y el aprendizaje de todos sus alumnos en el Bachillerato y el COU (Curso de Orientación Universitaria) poseían una impagable vocación pedagógica. El maestro Sócrates nos legó pautas de acción. Yo prefiero ésta: “Cada alumno, un método”.

En el caso que nos ocupa ahora, y que estoy compartiendo contigo, tras dos o tres segundos en prudente silencio, decidí dejar de molestarle con más argumentos sobre el asunto del debate. Pensé que exponerle nuevos puntos de vista iba a resultar en vano. ¡Una pérdida de tiempo para ambos! ¿Me equivoqué? ¡No! ¡Respeté el solicitado silencio! Pues así entendí su rotundo, cortante y frío, tajante: “¡Pedro, soy maricón, rojo y republicano!”

Sin embargo, por sembrar con él la despedida de puertas abiertas, ante una persona a quien admiro por su valentía, demostrada hace años en la vanguardia personal y social, y de los hechos que evidencian sus acciones, nos despedimos amablemente, sin más palabra.

Pero te cuento, como bien supones ya, que tras despedirnos pensé algo. En algún rincón de mi mente nacieron dudas, preguntas, por mi anhelo de aprendizaje humano. ¿Atinadas preguntas o no, qué importa?: ¿Quién le discrimina u ofende, hoy en día, en su libertad homosexual o inclinación política? ¿Quiénes? ¿Él mismo en vehemencia? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Me deniega seguir el debate? ¿Por los recuerdos anclados que nos mutilan?

Sin buscar, me abordó una respuesta: tiene clara su postura vital y actos. Y el volcán estalló: ¿y su libertad rechaza dejarse influir por sesgos íntimos u opinión ajena?

Igualdad sin discriminaciones positivas ni negativas… El imperio de la Ley seas monárquico, republicano, heterosexual, homosexual o hemafrodita… rojo, amarillo, azul o blanco… sin discriminación, insisto, ni positiva ni negativa… Igualdad como defiende nuestra vigente Constitución Española de 1978… Y a votar en libertad…

¿O sólo votamos cuando interesa a los políticos de turno? Mercadeo político pestilente, egocéntrico y vanidoso, soberbio y deleznable, camuflado todo por máscaras de falsedades e intereses espurios, entre otras, son las descalificaciones que más se oyen hacia la clase política, casi casta desacreditada. Reproches que escuchamos en todas partes y a todas horas, y en todas las tertulias, menos en los medios de comunicación sin ética, teledirigidos por los gobiernos, seudoperiodistas infames para nuestro oficio por su imperdonable subjetividad falsaria y sectaria…

Quienes más saben desde el Periodismo, y han vivido en la política española asuntos ligados a intereses privados camuflados en la disciplina de voto, huérfana de ética por asegurarse la nómina, de estómagos agradecidos (metáfora crítica de José María García, periodista deportivo), me aseguran que el descrédito infame se ha generalizado en el Congreso de los Diputados y el Senado de España. Gallinero político de egoísmos y vanidad, en numerosas ocasiones cacareo rayano el alfabetismo verbal, histórico y cultural de la clase política, latente analfabetismo vanidoso desde hace tiempo, incubado en los laboratorios de Cataluña y del País Vasco, y contagiado en todas partes…

Deleznable clase política actual, salvo muy contadas excepciones, con nombres y apellidos que obvio por ser conocidos… ¡Haz tu lista! Pero hazla en silencio por evitar la envidia y la traición de quien impone, sin ética, la disciplina de voto.  
Recuerdo aquí unos pasajes de la vigente Constitución Española de 1978, a saber:

"Artículo 92. 1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los españoles.  
Artículo 1. 2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
Artículo 2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas."

Desde el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en su última encuesta estival, su presidente José Félix Tezanos, del PSOE, te dio como ganador a ti y al PSOE, Pedro, en el supuesto de nuevas elecciones, a pesar de tu derrota del pasado 23 de julio: 8.160.837 votos (PP) vs 7.821,718 votos (PSOE – PSC en Cataluña); 137 diputados y mayoría absoluta 120 Senado (PP) vs (PSOE – PSC) 121 diputados y 73 senadores. Desde hoy y hasta el 14 de enero, si crees en ti, puedes revertir la diferencia de 339.119 votos a favor del PP. ¿Crees en la remontada? ¿Tienes miedo a perder otra vez? ¿Esa distancia es nada para tu PSOE – PSC (en Cataluña)?

Renuncia a una investidura que te sitúa, sin remedio, en el centro de la marabunta caníbal avanzando hambrienta hacia ti en su mezquina soberbia de intereses políticos miserables y nada solidarios con toda España… ¡Renuncia a la investidura! ¡Deja a tu Rey convocar elecciones! ¡Duelo en las urnas! ¡Qué decida tu voto y el mío! Y los votos de millones de españolas y españoles… ¡Sin miedos! ¡Sin cobardía! ¡Con atrevimiento!

Y así, por Año Nuevo, el 14 de enero al abrir las urnas, y tras el escrutinio de los votos, disfruta de otro Regalo de Reyes.  
¿Tienes dudas de tu victoria? ¡Pedro, si crees en las encuestas del CIS, las próximas elecciones las gana el PSOE! Pierde el miedo, busca y apuesta por una mayoría absoluta necesaria y urgente. Es lo que necesita el Gobierno de España contra la marabunta insaciable de independentistas y nacionalistas egoístas e insaciables.  

Yo ya tengo, como Revilla, decidido el voto si vamos a nuevas elecciones. Pero confieso que nunca hipotequé mi voto, como ahora hizo Revilla, ni lo condiciono jamás. Ni soy mutilado de guerras pasadas, olvidadas…  

Mi voto lo ejerzo siempre desde la libertad. Yo miro de frente a la urna, con el sobre en la mano y la papeleta dentro, en mi defensa de la libertad y de la Democracia (con mayúscula), sólo me guía lo que considero es mejor en cada momento para el bienestar de todas y todos los españoles, valencianos, catalanes, vascos…  

Don Pedro Sánchez:
Busca quienes te asesoren hacia el bienestar y la estabilidad de tu país, España. Selecciona acciones por la esperanza de una juventud ilusionada que lucha cada día con denuedo por su futuro… Jamás me avergoncé del nombre del país donde nací ni de su historia.

Siempre, prefiero apoyarme en el dato (real y objetivo) antes que escuchar y dejarme influir por el relato (subjetivo o interesado). Y lo peor de todo, millones de votantes reprueban el relato que manipula y tergiversa con medias verdades que son mentiras… Yo, y creo que a los 10 millones de españolas y españoles en la abstención, queremos ejercer nuestro derecho a votar…

¡Advertido quedas! ¡Pedro El Valiente, atrévete! ¡Otro duelo con Feijoó! ¡Perdiste el primero! Nuestro bienestar requiere con urgencia de una ‘mayoría absoluta’ estable y comprometida… 
¡A votar! ¡Qué yo quiero votar! ¡Y mi vecina María, también! ¡Y Pepe, el carnicero de la esquina! ¿Te atreves Pedro? ¿Otro reto electoral? El tiempo es aliado fiel, juez inapelable. Vale (cervantino).

PD: ‘Inconsciente’ 4. m. Psicol. Conjunto de caracteres y procesos psíquicos que, aunque condicionan la conducta, no afloran en la conciencia.  / Conjunto de procesos mentales, no percibidos conscientemente por el individuo, pero que pueden aflorar en determinadas situaciones o influir en su manera de actuar o en su carácter. // ‘Inconsciente colectivo’ 1. m. Psicol. Parte del inconsciente que no depende de la experiencia personal y que está compuesto por arquetipos o representaciones comunes al género humano. (Dicc. RAE).