Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

Pedro Sánchez, peor que Nerón, desprecia a los barones del PSOE

El actor Peter Ustinov, como Nerón, en la película de "Qvo Vadis?" (1951) Fotografía del rodaje (Fuente: Wikimedia).
Se carga a todos los que intentan confabularse contra él, incluida la madre patria y sólo le falta un Petronio que le escriba una carta.

Mi amigo Cándido, que tiene los mismos años que yo y un mes menos, está indignado con Pedro Sánchez, ahora más que nunca por lo que se está cociendo con la ley de amnistía, ese engendro que con tanta valentía critican los grandes del socialismo histórico como son Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Almunia, Juan Alberto Belloch, Javier Lambán, Jordi Sevilla y otros menos conocidos, pero prestigiosos militantes del PSOE histórico, entre ellos Nicolás Redondo Terreros (hijo del famosísimo secretario general de la UGT del posfranquismo, de 1976 a 1994), que se va del partido ‘por dignidad’ tras cuarenta años militando en él.

Dice mi amigo Cándido que Pedro I el Mentiroso, además de El Tragaldabas y El Traidor, es peor que Nerón y que su padrastro, el también emperador Claudio. Exagera, sin duda, mi compañero de fatigas y de tertulia callejera. Nerón es todo un símbolo de crueldad y maldad. Ordenó incluso la muerte de su madre, Agripina. Así le agradecía que fuera ella, tras casarse en segundas nupcias con Claudio, la que mediara para que éste nombrara sucesor al hijastro Nerón en perjuicio de su primer hijo natural, Germánico. Tuvo entre sus preceptores a Séneca, el famoso filósofo hispano que, aburrido de que su alumno hiciera tantos estropicios, se implicó en una conjura contra Nerón y éste le invitó a suicidarse, lo mismo que hizo el emperador con su amigo de fiestas literarias y musicales Petronio, al que los historiadores de la época calificaron como arbiter elegantiarum (árbitro de las elegancias) en la corte imperial.

Nerón presumía de poeta, músico y deportista, tres mundos en los que también destaca Pedro Sánchez, ex jugador de baloncesto, lector de algunos poetas y aficionado a los conciertos, para asistir a alguno de los cuales, como el de Benicassim, utilizó el Falcon, como utilizaría un helicóptero para acudir a la boda de una cuñada en La Rioja. Pero fuentes de Moncloa contestaron a la oposición que todo ello era absolutamente legal. Agripina, la madre de Nerón, es comparable a la madre patria a la que, según los barones del PSOE socialdemócrata, Sánchez traiciona con la ley de amnistía en marcha para acabar con ella y con la Transición que la salvó para todos.

Felipe González ha sido tajante: “Aquí, en el marco de la Constitución, no cabe la amnistía ni la autodeterminación”.

Alfonso Guerra: “No me resigno; me rebelo porque esta amnistía es la condena de la Transición… Se pretende ahora borrar 45 años de democracia y pasar de un sistema democrático a uno no democrático… Ahora se quiere ver a los golpistas como los demócratas, como los libertadores. Eso es insoportable”.

Nicolás Redondo: “Ni me deben, ni les debo. Y con la libertad de tener la cuenta saldada puedo decir, sin que me tiemble la voz, que la formación de ningún gobierno y menos las pretensiones de ninguna persona merecen el sacrificio de lo más apreciable que tenemos cada uno de nosotros: la dignidad”.

Juan Alberto Belloch: “Sánchez es el peor presidente socialista de un Gobierno de España”.

Puigdemont e Iceta. Fotografía de Prensa de la Generalitat Catalana (Fuente: Wikimedia).

Estas opiniones son demoledoras y llevarían a cualquier persona (‘con dignidad’, como dice Nicolás Redondo) a convocar elecciones antes de denigrarse con la humillación de someterse a los dictados de un prófugo perseguido por la Justicia por golpista, sedicioso y malversador. No es posible amnistiarlo junto con sus fugados golpistas. No lo dicen sólo los barones del PSOE. Lo dijeron los mismos que ahora se arrastran a los pies de Puigdemont. Lean ustedes.

Pedro Sánchez: “Me comprometo a traer a Puigdemont a España y que rinda cuentas ante la Justicia” (4 de noviembre de 2018). En otra ocasión: “Este Gobierno no va a aceptar la amnistía”.

Grande Marlaska: “La amnistía no está reconocido en nuestro ordenamiento jurídico”.

María Jesús Montero, ministra de Hacienda: “Los indultos son constitucionales, el referéndum no, ni tampoco la amnistía”.

Miquel Iceta: “Con nosotros, siempre la ley en todo el territorio… España no corre peligro… No va a haber amnistía”.

Y ahora se ponen de rodillas ante Puigdemont, un golpista rebajado a secesionista y luego a malversador. Y al que ahora veneran y le ruegan que les deje gobernar. Venden a España, la madre patria, por un plato de lentejas.

Esto es una conjura y Sánchez quiere acabar, como Nerón, con todo y con todos. ¿Terminará como Nerón, que fue depuesto por el Senado de Roma, condenado a muerte y que tuvo que suicidarse (con suicidio asistido, con eutanasia) ordenando a su secretario que lo apuñalase, aunque previamente recitó un poema de Homero y pronunció sus últimas palabras: “¡Qué artista muere conmigo!”

Posdata

¿Qué dirá Pedro Sánchez antes de su muerte política, lo que ocurrirá antes o después, más bien después, pues tiene más vidas que las siete del gato? Antes dará muerte a muchos con tal de salvar su pellejo. Decía Gabriel García Márquez que El coronel no tiene quien le escriba. Nerón (aunque sólo sea fantasía literaria) recibió una carta de Petronio, su amigo de versos y músicas, antes de suicidarse. Es una carta que recoge la novela Quo vadis del Nobel de Literatura polaco de 1905, Henryk Sienkiewicz. No tiene desperdicio. Léanla en internet. Yo, por razones de espacio sobre todo, sólo traigo algunas líneas:

 “La muerte es el fin  natural de todos y no era dable esperar de ti otras proezas. Pero tener que soportar por largos años tu canto que destroza los oídos; ver tu barriga digna de Domicio (un noble al que asesinó y cuyas posesiones heredó) y tus flacas piernas dando volteretas en la pírrica danza; escuchar tu música; oírte declamar versos que no son tuyos, desdichado poeta de suburbio, son cosas verdaderamente superiores a mis fuerzas y a mi paciencia y han acabado por inspirarme el irresistible deseo de morir.

“Roma se tapa los oídos por no oírte y el mundo se ríe de ti y te desprecia. En cuanto a mí, no puedo continuar avergonzándome de tu insignificancia, ni, aunque pudiera, lo querría. ¡No puedo más! 

“Salud, augusto, y no cantes; asesina, pero no hagas versos; envenena, pero no bailes; incendia, pero no toques la cítara”.
El actor Leo Genn como Petronio en la película «Qvo Vadis?», 1951 (Fuente: Wikimedia).

¿Se imaginan ustedes a Pedro Sánchez cantando y bailando con Yolanda Díaz un chotis en la Moncloa mientras está ardiendo España y Puigdemont contempla la escena con una copa de champán y fumando un puro y diciendo a Sánchez: “Esto puede ser el principio de una gran amistad?”

Yo le digo a mi amigo Cándido que Sánchez no es peor que Nerón, pero él, erre que erre. Yo le diría a Pedro: desprecia a ‘tus’ barones, pero respeta al PSOE; ataca a Feijóo, pero no a la Constitución; sube al Falcon las veces que quieras, pero no vendas a España y menos a ese sujeto despreciable, al que Guerra califica de “golpista atrabiliario”.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

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