Ni se puede mentir todos los días, ni se puede cambiar de opinión una semana sí y otra también. Eso no se lo aguanta Puigddemont a Pedro Sánchez por muy presidente que sea y cualquier día (o cualquier semana) va el fugado y echa a Pedro de la Moncloa aliándose con el PP, cuyo jefe, Feijóo (un gallego casi tan molt honorable como el catalán) está deseando arrebatarle la silla presidencial al marido de Begoña Gómez, perteneciente ésta a la famosa dinastía de los Gómez, de la que acaso yo mismo formo parte. Puigdemont ya no aguanta más —dice— los engaños de Pedro y su diputada en Madrid, la deslenguada Nogueras, llama a Sánchez, en el Parlamento, “trilero, gandul, chantajista, prepotente, incumplidor y manipulador”. Y la presidenta de las Cortes (que también es de Sánchez), la señora Armengol, casi la aplaude con tal de que los de Junts no pasen de las amenazas a los hechos y le cueste a ella la presidencia.
Castigan a Pedro sus socios de Gobierno y de investidura en el Parlamento; no le aprueban, entre otros, el decreto para subir las pensiones a millones de jubilados y, en lugar de echar la culpa a los suyos, pretende echársela a la oposición. Esto es tan aberrante que no se lo tragan ni los militantes del PSOE. No puede salir a la calle porque le abuchean. No puede ir al Parlamento porque pierde las votaciones. Sólo hace que viajar al extranjero y hasta ese chollo se le va a acabar porque le están pillando con sus enormes mentiras, igual de grandes aunque las diga en inglés.
¡Cuidado, Pedro, con las pensiones, que hay millones y millones de votos tras ellas! Siendo cruel te diría que las pensiones y los pensionistas te importan una… iba a decir una…, pero diré un bledo. Lo que a ti te importa es la Moncloa. Y la cantidad de ministras que te rodean y te adoran. Y veneran a tu santa esposa, que es una santa y no sé cómo puede aguantar tantas efusiones amorosas hacia ti, sobre todo de la enloquecida vicepresidenta, la andalucísima Marisu Montero, la que definitivamente te empujó a salir de la depresión de cinco días encerrado en profundas reflexiones sobre tu futuro, ermitaño civil, aislado del mundo, emergiendo más grande y más hermoso que Venus, la diosa romana (Afrodita griega) del amor en el famoso cuadro de Sandro Botticelli, El nacimiento de Venus, obra cumbre del Renacimiento. ¿Habrá pintor (acaso Antonio López?) capaz de inmortalizar tu renacimiento político, rodeado de ninfas ministras y vientos huracanados ministros?

El nacimiento de Venus versión masculina según ChatGPT.
Aún no te ha llegado la hora de la inmortalidad, que siempre llega a los grandes de la historia. Es curioso que los inmortales vienen a serlo necesariamente después de morir. Y a muchos grandes de la historia les preocupaba cómo sería su muerte y cómo sería recordada su figura. Tú estás haciendo historia, pero no estaría de más que filosofaras y teologaras un poco sin necesidad de aislarte otros cinco días en Moncloa. ¿Merece la pena gobernar humillado por Puigdemont, Otegi, Yolanda Díaz…?
Has triunfado en el PSOE; llevas seis o siete años de presidente del Gobierno; puedes seguir otros tres o más, porque eres el ‘puto amo’ y no te tose ni Puigdemont con su consejo idiota de que te plantees una cuestión de confianza (este fugado es tonto). Feijóo no se atreve a plantearte una moción de censura porque haría el ridículo. No has ganado batallas electorales, pero has ganado las guerras, eso sí pagando a traidores, cosa que Roma no hizo cuando, conquistando tierras de Hispania, le entregaron la cabeza de Viriato.
Estás, Pedro, en todo lo alto. Me obligación es recordarte lo que le decían a los generales que volvían a Roma triunfantes para ser recibidos por el emperador, cargados de regalos para él, desfilando al frente de sus tropas: “Memento mori”, “Recuerda que vas a morir”. El gran César, Julio César, el conquistador de las Galias, con cuyo latín aprendimos la lengua del imperio los que peinamos canas, fue asesinado por traidores envidiosos, entre ellos su ahijado Bruto, que lo pagaría caro a su vez.
No te deseo malos augurios. Sólo que cese este tiempo, ya excesivamente largo, de contubernio con minorías tóxicas que te están llevando por derroteros equivocados. ‘Memento mori’. He leído uno de tus discursos en Davos, donde gritabas que querías dejar un mundo mejor para nuestros hijos y las generaciones futuras. Me lo creo, pero no te equivoques más con tus compañeros de viaje. Pon fin a la alianza con marxistas extremistas y con derechistas catalanes y vascos que no quieren el bien de España. Convoca elecciones y comprometeos centro izquierda y centro derecha a gobernar pactando en el futuro para la inmensa mayoría de españoles. Una gran España es posible frente a esta guerra miserable de PSOE y PP. Si convivís populares y socialdemócratas en el Gobierno de la Unión Europea, ¿por qué sois incapaces de pactar en España? No lo entiendo. Un día morirás. Deja en herencia a tus hijas, a nuestros hijos, nietos y las nuevas generaciones una España pacificada, no enfrentada. Vive larga vida, pero reflexiona con un ‘memento mori’ que te sirva para vivir en paz (te veo con un rostro tensionado casi siempre) para morir pacificado y pacificante. Te deseo lo mejor en este 2025 y para eso podrías hacer un esfuerzo genial: pactar con el PP los actos para festejar los 50 años de ‘España en libertad”. ¿Por qué no se os ocurrió antes? De sabios y de patriotas es rectificar. Ya está bien de las dos Españas.
Querido Ramon Gomez Carrion no puedo estar más conforme contigo y con tu luminoso y recordatorio articulo sobre la situación actual de la política de España. Andamos como montados en un avión rodeado de turbulencias. Y me aflige la situación de muchas cosas. Aprovecho para apoyar a mis compañeros de la Judicatura que en tremendo zarandeo siguen ejerciendo su función en la plena legalidad.
Un abrazo Ramon y felicidades.
Julio Calvet Botella
Gracias, Julio. Un abrazo.
Enhorabuena por tu excelente artículo, muy completo y oportuno. Sigue así.
Agradezco tus palabras.
Querido Ramón, enhorabuena por tu artículo. Sirva de reflexión para los políticos (especialmente y principalmente para Sánchez).
Un abrazo.