Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Debatiendo

Paz y concordia

Los siete ponentes que se encargaron de la redacción de la Constitución española de 1978: (De izda. a dcha. y de arriba a abajo): Por Unión de Centro Democrático (UCD): Gabriel Cisneros Laborda, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, José Pedro Pérez-Llorca Rodrigo; por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE): Gregorio Peces-Barba Martínez; por el Partido Comunista de España (PCE): Jordi Solé Tura; por Alianza Popular (AP): Manuel Fraga Iribarne; por Minorías Catalana y Vasca (CDC, UDC, PSC-R, EDC y ERC): Miquel Roca i Junyent (Fuente: Wikimedia).

Seguramente por los años, pues he superado ya los ochenta, soy un gran amante de la paz. Ante tanto tumulto callejero, he acudido una vez más al Diccionario de la Lengua Española, editado por la Real Academia, a fin de dar brillo o, al menos, quitar el polvo que el transcurso del tiempo haya depositado sobre mi idea de la paz. Y, entre otras acepciones del término, me he encontrado éstas:

“Pública tranquilidad y quietud en los Estados en contraposición a la guerra o a la turbulencia; sosiego y buena correspondencia de unas personas con otras, especialmente en las familias, en contraposición a las discusiones, riñas y pleitos; reconciliación, vuelta a la amistad o a la concordia; virtud que pone en el ánimo tranquilidad y sosiego, opuestos a la turbación o a las pasiones; en la celebración de la Eucaristía, según la liturgia romana, rito que precede a la comunión, en el que toda la asamblea se ofrecen mutuamente sus gestos de paz como signo de reconciliación”.

Más breve es la Academia de la Lengua en relación con el término ‘concordia’, que define como “conformidad y unión” y, de modo más concreto y explícito,

“instrumento jurídico, autorizado en debida forma, en el cual se contiene lo tratado y convenido entre las partes”.

En España, un magnífico ejemplo de concordia entre todos (izquierdas, derechas y centro) fue nuestra vigente Constitución de 1978, elaborada por una comisión presidida por el excelente jurista Emilio Atard Alonso, militante de UCD, y de la que formaron parte políticos del PSOE de Felipe González, los comunistas de Santiago Carrillo, representantes de la Alianza Popular de Fraga Iribarne.

Para poder tener una visión completa de la realidad de nuestro entorno vital físico necesitamos tanto del ojo derecho como del izquierdo. Para poder caminar adecuadamente e incluso correr necesitamos las dos piernas, izquierda y derecha. Para los trabajos manuales más complejos necesitamos los dos brazos. Izquierda y derecha, en casi todo. Y son necesarias en política las izquierdas y las derechas. Pero para que las cosas funcionen bien, izquierda y derecha tienen que colaborar, aunque sea con una gobernando y la otra en la oposición. Pero, eso sí, con una condición ineludible; que se traten como adversarios políticos y no como enemigos a destruirse, pensando en el bien común. Así se debe exigir gobernar para todos y hacer oposición pensando en el bienestar de todos.

Alguien ha dicho muy acertadamente que la Transición hizo posible que el clamor popular de reconciliación obligara a los dirigentes políticos a materializar la Constitución del consenso. Y ahora son los los partidos políticos los que se atacan por intereses ruines e inconfesables llevando su necio odio e injustificable animadversión a los españolitos de a pie, deseosos de no perder la convivencia. Reflexionad, políticos. No podéis, no debéis, traicionar a una inmensa mayoría de españoles y menos para contentar a una escasa minoría que, además, no quieren ser españoles.

¡Que la paz y la concordia sean la meta común a conseguir siempre y en todas las cuestiones!

José Ochoa Gil

José Ochoa Gil es abogado y colaborador de “La Verdad” y el seminario “Valle de Elda”, y en Alicante con la revista trimestral “Punto de Encuentro”, editada por CEAM Parque Galicia.

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