Los acontecimientos hablan muy claro: es preciso recentralizar las competencias en Sanidad, Educación y Seguridad
El ridículo espantoso que está haciendo España con la gestión de la pandemia del coronavirus no tiene más explicación que el desmadre autonómico alimentado por la dejación de responsabilidades del Gobierno central.
El excepcional, excelente y algo excéntrico (pero clarividente) cirujano Pedro Cavadas acertó plenamente cuando resumió sus críticas a la gestión de la pandemia con estas palabras: “una nave en la tormenta se gobierna mejor con un capitán, a ser posible uno de verdad, que con 17 capitanes cada uno pensando en sus intereses”. Pedo Sánchez no solo abandonó el timón sino que se fue de vacaciones y dejó luego que su lugarteniente pandémico, Fernando Simón, hiciera lo mismo. Y le consintió un pronunciamiento sobre las enfermeras que le retrata como machista (no sé si machista-leninista) y no dio la cara dimitiendo sino jugando a feminista como con el 8-M . Si el machismo se hubiera producido con un Gobierno de centro derecha estarían pidiendo dimisiones desde esta izquierda socio comunista que nunca entona el mea culpa, que casi nunca pide perdón y que jamás dimite.
Simón ni dimite ni dimitirá porque este Gobierno tiene como consigna inalterable no admitir el mínimo error aunque las actuaciones de alguno de sus miembros, ministros o no, sean a veces de juzgado de guardia. Y lo han sido en ocasiones, pero para que los jueces no actúen está la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, que bien podría denominarse ‘la bien pagá’, condecorada políticamente por Pedro Sánchez, a quien le estará eternamente agradecida. Y con orgullo incluso, porque ¿quién ignora que de bien nacidos es ser agradecidos? Pedro es agradecido y la democracia le importa un bledo empezando por su propio partido, del que uno de los socialistas históricos, Joaquín Leguina, dijo que “el PSOE ya no es democrático sino el partido de Sánchez”.
¿Y la moral? Los principios morales son nada en nuestra sociedad a todos los niveles, por más encíclicas que salgan del Vaticano y que solo sirvan para que los socialcomunistas elogien de ellas lo que les conviene y no hagan ni caso de lo que les critica y les exige. ¿O se creen que el Papa no sabe lo que hizo el Frente Popular sociocomunista en España durante los tres años de la Guerra Civil (1936-1939) con miles de asesinatos de sacerdotes, obispos, frailes, monjas y católicos laicos, además de quemar un sin fin de iglesias y conventos, sobre todo en la Cataluña que tenía a Companys de presidente? Esto sería remover por remover el pasado horroroso de este país si no fuera porque este Gobierno siniestro se empeña en hacer de la memoria histórica lo que le conviene y pretende perpetuar haciendo más bochornosa la legislación contra el entendimiento y la reconciliación que protagonizaron todos los grandes partidos que hicieron la Transición, incluído el PCE.
Ahora el PSOE sanchista y el Podemos comunista no cesan de maquinar contra la España de la Transición. Pedro y Pablo (los Sánchez e Iglesias, no los otros) forman un tándem, un dúo muy dinámico, para cargarse esta casa común habitable construida durante cuarenta años. No tienen tiempo para dedicarlo a combatir con todos los medios humanos y materiales la pandemia del coronavirus porque todo el tiempo lo emplean, directamente y con ayuda de los independentistas catalanes y vascos, más los amigos de etarras, en hundir a España en la miseria moral y económica, pero sobre todo la primera.
No hay un mínimo de dignidad. Al desmadre autonómico en torno a la pandemia coronavírica, provocado en buena parte por la dejación del legal, pero maléfico, Gobierno de coalición, se suman otras actuaciones de éste, una de las cuales es la reforma legal (legal no quiere decir justa) de la norma sobre las lenguas vehiculares en la enseñanza. Sánchez e Iglesias consuman (si los tribunales de justicia no lo pueden evitar) la felonía de que el castellano no sea lengua vehicular en los centros docentes de Cataluña. Y todo para contar con los votos de los independentistas a fin de seguir (des)gobernando.
La Sanidad sufre por culpa del dúo dinámico. La Educación sufrirá con la nueva ley de educación y el añadido de Cataluña. La Seguridad Nacional sufrió y sufrirá en Cataluña ante la pasividad de un ministro que se ríe de la palabra dimisión. Tantos españoles que quisiéramos que al menos Sanidad, Educación y Seguridad fueran competencia exclusiva del Estado podemos darnos por desahuciados. Los españoles que amamos el progreso que trajeron a España el centro izquierda, el centro derecha, la izquierda y la derecha moderadas no podemos rendirnos y tenemos que seguir trabajando, cada uno desde su familia, sus amigos, su calle, su barrio y su ciudad por una España sensata, como la que surgió con la Transición. ¿Nos estaremos volviendo locos con la pandemia?
Los mayores tenemos que hacer alarde de la sensatez que suelen dar los años y tratar de comunicarla a nuestros hijos y nuestros nietos. No seamos locos ni insensatos. No es cuestión de derechas ni de izquierdas, sino de un proyecto común de país en el que convivamos como hermanos. Leed, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, la ‘Fratelli tutti’ de Francisco, la ‘Rerum novarum’ de León XIII, y la ‘Populorum progressio’ de Pablo VI. Y que Dios os ilumine para hacer el bien, para ir por el buen camino, pues sinceramente creo que vais errados, aunque elogiéis al Papa Francisco. Menos elogios y más hacer lo él dice.
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Lo de la memoria histórica, estimado maestro, al final ha sido un desaguisado. Coincidimos plenamente en los artículos jjjjjj.
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