LUIS BERENGUER, jefe de comunicación de EUIPO
Luis Berenguer es la cara española de EUIPO, antes OAMI, la agencia europea encargada del registro de marcas, modelos y dibujos con sede en Alicante donde trabajan más de 800 funcionarios de los 28 estados de la UE. El edificio que la alberga se levanta majestuoso frente al mar de camino al aeropuerto al sur de la ciudad, una mole de hormigón y cristal que ha ido renovándose y creciendo, al igual que los edificios satélites que han proliferado al amparo de la actividad económica que despliega la euroagencia: hoteles, apartamentos y un colegio británico privado. Como contrapunto, la vacía Ciudad de la Luz queda a espaldas del edificio de EUIPO, cuyas desoladas instalaciones aguardan su futuro incierto. Tras visitar las nuevas estancias, como la sala de juntas con traductores, el auditorio y el restaurante OAMI –último vestigio del nombre que aún anida en la conciencia colectiva-, Luis nos recibe en el amplio, moderno y silencioso hall de la euroagencia y nos acompaña hasta Helsinki, el nombre de la sala donde hablamos la siguiente media hora sobre el presente y futuro de EUIPO, sus relaciones con la ciudad y la salud de la marca como intangible.
—Tras dos décadas de OAMI, llega EUIPO, nuevo nombre… ¿también nuevos objetivos de la institución?
—Después de 22 año cambiar de nombre a la oficina era un reto, pero creo que en un breve espacio de tiempo la gente se acostumbrará al nuevo nombre, más de lo que le costó asumir el anterior. A nivel local el cambio de nombre será más difícil ya que lo teníamos más asumido, pero en España y Europa será más fácil, es más, se adapta mejor al perfil que se pretende para su futuro. Tras más de 20 años funcionando, hemos pasado a desarrollar otras actividades que van mucho más allá del registro de productos, como el de las indicaciones geográficas, el de las no alimentarias –veremos si en un futuro lo podemos extender a las alimentarias-, y también las llamadas “obras huérfanas”, aquellas de autores desconocidos que pueden ser útiles para el desarrollo artístico de otras personas o para la edición de publicaciones, sin peligro de que aparezcan los herederos de los derechos de autor y puedan demandar su uso.
Porque en realidad tenemos tres oficinas dentro de una: por una parte, el registro propiamente dicho; desde 2012 el observatorio, que hace estudios y análisis en materia de infracción de los derechos de la propiedad intelectual; y la rama de cooperación internacional, que pretende armonizar y promover la gestión de la propiedad industrial entre las oficinas de los distintos países, tanto europeos como no, acorde con nuestra visión.
—¿Qué tipo de colaboraciones realizan en este ámbito?
—Nuestro trabajo consiste en armonizar el registro de marcas en otros lugares del mundo donde la comisión europea implanta proyectos de cooperación, con el fin de que al empresario español o europeo le resulte fácil registrar sus productos o marcas allí. Transmitimos nuestra experiencia a las oficinas de marcas en otras regiones del mundo para que puedan reproducir nuestro modelo de gestión. El empresario europeo conoce nuestra forma de actuar, y si encuentra la misma en otras regiones, será mucho más fácil para él. Uno de los principales objetivos de EUIPO, antes OAMI, era que los criterios de legislación del registro de marcas fueran uniformes en todo el territorio europeo, de ahí la antigua denominación de “oficina de armonización”. Nos gusta decirlo y es cierto, posiblemente uno de los hijos más orgullosos del mercado europeo sea EUIPO, antes OAMI. Es una buena muestra de las cosas que Europa puede y sabe hacer bien.
—Tras la futura implantación del carril bici -por cierto, ¡enhorabuena!-, ¿cómo marchan las relaciones con el actual consistorio?
—Las relaciones con todos los equipos de gobierno de la ciudad siempre han sido buenas y con el actual Ayuntamiento son inmejorables, tanto a nivel institucional como personal. Hemos mantenido varias reuniones con el alcalde y con el resto de la corporación, con visitas incluidas a nuestra sede, y prueba de ello es la aprobación por unanimidad en el último pleno municipal de la reforma del Plan Parcial para la construcción de nuestra tercera fase que contempla distintas actuaciones, como la adquisición de una parte de vía pública y una reforma de los jardines de alrededor que serán de disfrute público.
—En algún momento el actual alcalde pidió mayor simbiosis entre la oficina y los barrios de la ciudad…
—Siempre que podamos daremos muestro apoyo a iniciativas que partan del consistorio, como el que hemos dado recientemente a un proyecto europeo de desarrollo urbano y sostenible. Somos conscientes de que no se puede vivir a espaldas de Alicante y si en algún momento lo hemos hecho, ha sido un error por nuestra parte. Creo que en los últimos años estamos demostrando lo contrario, porque aquí somos 1.000 y pico alicantinos. Todos los que trabajamos aquí, vivimos aquí, da igual si venimos de Riga o Helsinki. Nosotros somos un elemento más de la ciudad, de esta franja sur que en algún momento ha estado olvidada y que actualmente está poniéndose de moda; por ello el Ayuntamiento señaló la necesidad de establecer una conexión con el futuro carril bici que conectará Urbanova con la ciudad, un enlace necesario.
—¿Y de vuestro vecino, la Ciudad de la Luz, os preocupa su futuro?
—Poco podemos decir de su destino, a día de hoy es la Generalitat Valenciana la que debe decidir. Nuestro interés es que se le de la mejor solución, ya que lo mejor para Alicante y su provincia será lo mejor para la oficina.
LA MARCA, UN VALOR EN ALZA
—En estos años de crisis, ¿el registro de patentes y marcas se ha visto afectado o se ha reactivado como valor añadido?
—A pesar de la fuerte crisis que han padecido algunos países de Europa desde 2008, si miramos los datos de registro, tanto de marcas como de diseños, hemos seguido creciendo en número de solicitudes en torno al 5% anual, y este año la previsión apunta un crecimiento superior. Hay diferentes lecturas sobre este impacto positivo: una apunta a que la creatividad se refuerza en momentos de crisis, otra señala que nuestros solicitantes vienen de todos los estados del mundo y mientras algunos países han descendido en su número de solicitudes, otros, especialmente China, ha aumentado el número de solicitudes de marcas comunitarias. Es difícil saberlo, pero lo que sí es cierto es que, en general, la existencia de la crisis no se ha reflejado directamente en un descenso del número de solicitudes.
—Entonces, ¿hay conciencia en el empresariado de la importancia del intangible marca, de su defensa?
—Entiendo que sí, y lo podemos ver de forma clara con el empresariado local, con el que mantenemos muy buena relación y realizamos visitas a las empresas de la provincia. Desde la oficina tenemos muy clara esta labor de concienciación a la hora de hablar de los derechos de propiedad industrial, pero no sólo para los empresarios sino también para el propio ciudadano, que debe conocer el esfuerzo en innovación que se realiza y queda reflejado en una marca o diseño que luego se registra con una patente.
—Hablando del ciudadano, ¿qué coste supone al pequeño emprendedor en dinero y en tiempo defender su idea, su creatividad?
—El registro de la propiedad industrial es relativamente sencillo, con un coste bastante competitivo dada la protección que ofrecemos a las marcas en un mercado de 500 millones de consumidores de 28 países distintos. A través de la web de EUIPO hay aplicaciones que lo facilitan mucho, bien en cinco pasos o a través de la vía rápida, donde en menos de 19 semanas se puede registrar una marca, siempre que no genere mucha oposición. En cuanto a dinero, desde la reforma del 23 de marzo, las tasas de solicitud se han modificado a la baja, con 850€ de coste si se hace on line . Y ha habido un descenso importante en cuanto a la renovación de 10 años, pasando de 1.350€ a 850€, una rebaja de casi un 59%.
—Según el último informe de EUIPO, las falsificaciones alcanzan un impacto económico de 338.000 millones de euros. ¿Sabemos cuáles son los sectores o productos estrella de la falsificación? ¿Las marcas alicantinas, sobre todo del calzado o el juguete, se ven muy afectadas?
Por sectores, el más falsificado es el calzado, seguido del de ropa. Luego le siguen artículos de piel, maquinaria eléctrica, relojes…a nivel local, por tanto, el empresariado alicantino se ve muy afectado y por ello ha hecho una serie de cambios de cara a potenciar la marca y el diseño. Las firmas alicantinas son de las que más diseños y marcas tienen registrados, lo que demuestra su exposición permanente a la falsificación. Por ello, estamos en contacto con ellos, nos han explicado sus políticas en la materia, ya de actuación judicial y policial, y estamos al tanto de sus temores, sus actuaciones, y sus inquietudes en esta materia.
—¿El juguete no tanto?
—El juguete es un mercado menor, ropa y calzado lo consume todo el mundo. Hablamos de cifras absolutas, pero sí es cierto que el estudio que hicimos del sector el pasado diciembre arrojaba cifras impactantes: el volumen total de falsificaciones de juguetes en Europa equivalía a la producción española anual, era como un estado miembro más.
—En cuanto a los productos, ¿cuáles son los que más se registran?
Según nuestro estudio histórico, los productos que más se registran son, en primer lugar, los científicos, fotográficos y ópticos. En segundo lugar, los relativos a la publicidad, la prestación de servicios comerciales, gestión de negocios y distribución en general. Y en tercer lugar, los servicios tecnológicos relacionados con el mundo on line, de gran crecimiento en los últimos años.
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