No tengo la culpa de ser simpática, ni de mi alegre facilidad de palabra. No tengo la culpa de hablar con apasionada sinceridad, ni de mi habilidad para poner emoción e intimidad a una conversación. Tampoco soy culpable de mi presencia, esa forma natural de ser y estar. No lo soy de mi feminidad, ni de mi seguridad, de la certeza que se desprende de mi ejercicio de la libertad. No lo soy tampoco de mi independencia, de ese no te necesito que tú has decidido leer en ella. No soy culpable de disfrutar de la amistad con sincero deleite. Ni lo soy cuando me muestro cercana e interesada en tus cosas. No soy culpable porque me interesa tu tú. Eso no me hace culpable de nada. No, no soy culpable de quererte bien. Y no lo soy en absoluto de que me quieras mal. No soy culpable de que me creas culpable de llevar el traje de novia en el bolso. No soy culpable de que no sepas ver las señales, no lo soy cuando no ves que me molesta, que me molestas, que me siento incómoda. Y no, en ningún caso soy culpable por sonreír y dejarlo pasar, otra vez, elegantemente. Ese ejercicio de discreción, por ti, por mí, tampoco me hace culpable de nada.
No soy culpable de tu euforia, de que te sientas elegido, tú, centro sólo de tu solo universo.
No tengo la culpa de ser yo la campeona del mundo y de que la noticia seas tú.
Pero, por encima de todo, no conseguirás que me sienta culpable por desear mi beso del verano, porque no hay verano sin beso, y yo también quiero el mío. Y este derecho, mi derecho al verano con beso, no me hace culpable de que me sujetes la cara con fuerza y me propines un beso, estampando sobre mis labios la violencia de tu masculinidad.
Porque el beso de mi verano, los besos de mi vida, los elijo yo.
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Cristina: Poesía eres tú. Has elevado el listón de la ‘literatura futbolística’ de este agosto cálido y calenturiento. Has profundizado en lo humano para poner el horizonte en su verdadera dimensión frente a tanta vulgaridad global. Un abrazo, nada más. Queda claro quién elige el beso y los besos.
Muchas gracias, Ramón, por tus palabras sobre un artículo tan difícil. Me alegro de haber podido poner ese punto de emoción y de humanidad que tanta falta hace siempre en estos asuntos. Gracias por leerme, y leerme bien. Un abrazo fuerte
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Gracias Cristina !!
Gracias, Miguel, por tu lectura. Un abrazo
Con permiso y respeto… Enhorabuena y… Muuuuuuuuuua a tus palabras sentimientos….
Pedro J. Bernabeu
PD: Siempre hay algo oculto, invisible, tras un beso…
Muchas gracias, Pedro J., por tus palabras y por tu lectura. Un abrazo
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