Nadalista

Tras practicar deportes en mi juventud como balonmano y atletismo, con peso y jabalina, he de confesar que no comprendía del todo esa sensación que tenía cuando ganaba o cuando perdía. Eso me lo enseñó años después Rafael Nadal, una persona que no conozco personalmente pero que es de mi familia.

Nadal es ejemplo de buen hacer y de la estrategia que uso en mi trabajo, en mi vida y que intento inculcar a mis hijos e incluso a mis clientes. La siguiente bola, luchar cada punto aunque vayas 0-40 sacando, dejarse la vida en cada punto, saber ganar, saber perder, sentirse orgulloso de lo que se es, español, deportista, compañero, hijo, padre, marido y hermano…

Nadalista soy además porque no soy fanático; he disfrutado cuando gana y cuando pierde, he sentido que me duele el psoas, la rodilla o el pie cuando le duele a él. Comprendí el gesto de su padre diciéndole que lo dejara y el suyo de no irse.

Y soy nadalista porque no soporto la estupidez de la gente que dice cosas sobre él como si tuviéramos derecho a juzgarlo, a darle por acabado cuando nos parece a nosotros y no a él. Además, el beneficio de la estadística, ya saben, del método Montecarlo, ha querido que esta persona sea coherente y pertenezca a la inmensa minoría de gente con sentido común y que ve las cosas sin tapujos ideológicos que le obturen las neuronas. Qué pérdida para radicales, indepes, pancatalanistas, feminazis, pro-okupas y demás fauna ibérica.

Me declaro nadalista y veo a Alonso en la misma línea y también es incomprendido pero, es más lógico teniendo en cuenta que vive de un deporte tan elitista que solo lo pueden practicar en su categoría 24 o 30 personas en el mundo. Pero Nadal es lo más para un nadalista, como ya dije. Puede que la vida le lleve a meter la pata, equivocarse, desprestigiarse; espero que no, pero eso no le quitará ni una gota de mérito a lo que ha hecho ya.

Como deportista sé que retirarse ganando no tiene ningún sentido, es soberbia, la verdad es que hay que irse perdiendo, no dejando la falsa sensación de perdonavidas desde la cumbre, pero molaría ganar el 15.º Roland Garros y darle otra bofetada al vecino gabacho que tanto ha despreciado a este gran campeón.

Sé que muchos no lo sabrán pero en el video corporativo de Roland Garros salen casi todos los ganadores con grandes puntos y apenas 5 segundos de un Nadal fugaz que solo ha ganado 14 veces, lamentable chovinismo, ya saben aquello que ellos mismos dicen de sí mismos “no soy antipático, soy francés”. Yo cambiaría antipático por algo más fuerte.

Pero no busquemos fuera, tenemos aquí nuestros propios idiotas, con el ascenso de Carlitos Alcaraz, magnífico jugador, con mucho hecho y mucho que demostrar, “mucho todavía que aprender tienes” que diría Yoda, digo, con el advenimiento de Carlitos, ya salieron algunos incalificables tachando Nadal y poniendo Alcaraz. Además de la tontuna ocurrencia, había más en el grupo de cenutrios, como el realizador que lo emitió y el cámara que lo captó, dos linces. Luego todos los opinadores del tema que empujan a la retirada inmediata como si fuera un árbol caído. Qué pronto se olvida todo y qué caterva de bobos, de verdad.

Haciendo amigos, creo que, por lo menos, se merece el respeto de dejarle optar por lo que le de la gana y apoyar sus decisiones que, seguro, serán las más acertadas para todos y para él que es el único que debe y puede tomarlas si quiere. En fin, cuando lo deje será triste y alegre a la vez, cuando no esté en las pistas será añorado, pero sobre todas las cosas nada será igual sin Nadal en el tenis y fuera de él. Como se presente a las elecciones ya se pueden despedir los partidos… ya lo he dicho, soy nadalista convencido.