Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Narrativa

Mi perro Bugbutt y el árbol de Navidad

Imagen generada con ChatGPT.

La ventana ahumada y gélida de la noche dejaba filtrarse la esperanza entre el alféizar y los arrobiñados goznes del tiempo. Al otro lado de la casa, una chimenea hacía arrebujarse a su lado a Lidia y a Pablito mientras junto a sus padres terminaban de vestir ese fabuloso icono, “el árbol de Navidad”. Al otro lado de la realidad, Bugbutt, casi famélico y con más tristeza que frío —que ya es mucho decir—, recordaba al menos una Navidad en el calor del hogar, ya que todo se derrumbó cuando dejó de ser un precioso cachorrito.

—Amada, si no te ocupas de Bugbutt… —le dijo su madre.

—Mamá, yo solo quiero jugar. Además… estoy cansada de sacar a Bugbutt a pasear, a cagar y todo eso…   

Así que en un malhadado día se tropezó con la ventana oscura y ahora más fría del coche y fue lo último que Bugbutt recuerda antes de caer en el angosto arroyo del olvido, de la estadística atrincherada que únicamente sale a la palestra cuando la arenga así lo requiere.

Aquellos días grises de sobrevivir entre ratas, excrementos y túneles que siempre huelen como si alguien hubiera estado allí meando eran lo único que lo separaba del gélido invierno, tan gélido que parecía un enorme depósito de cadáveres.

Imagen generada con ChatGPT.

Sin embargo, una de esas tímidas estrellas de Navidad quiso que el albergue de animales, perros, gatos… de Alicante lo acogiera en su regazo.

Y aunque el tren de la esperanza comenzaba a entrar en la estación y la película casi llegaba a su fin, dejó entreabierta aquella imagen del árbol con Lidia y Pablito recogiendo una cajita de regalo con una nota, a los pies de las disfrazadas raíces. “Bugbutt, nosotros siempre te querremos”.

Bugbutt nunca supo cómo aquellos tiernos niños supieron su nombre, pero eso, eso, es otra historia.  

Pablo Guillén

Pablo Guillén empezó a escribir hace algunos años. Un poco para escapar de la rutina de un trabajo que sólo le aportaba un salario. Nada más. Publicó durante algunos años artículos de opinión en un diario local y también participó en algunos encuentros literarios concursando y formando parte en distintas publicaciones.
Tiene tres libros de relatos publicados: “Sombras de luz y niebla”, “Reflejos frente al espejo” y “Lanzarse al vacío y otros relatos”.
Además, tiene el cajón repleto de historias que empujan cada día por nacer, pero la situación actual no es la mejor y como todo el mundo sabe, el dinero no crece por más que riegues esa jodida planta.
Actualmente está inmerso en un nuevo trabajo, sin duda más ambicioso y extenso: su primera novela, aunque declara sin tapujos que se mueve mejor en el mundo de los relatos y puede que le pase un poco como a Oscar Wilde, que sólo escribió una novela, “El retrato de Dorian Gray”.

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