La sombra de mi alma huye por un ocaso de alfabetos, niebla de libros y palabras. ¡La sombra de mi alma! He llegado a la línea donde cesa la nostalgia, y la gota de llanto se transforma alabastro de espíritu. (¡La sombra de mi alma!) El copo del dolor se acaba, pero queda la razón y la sustancia de mi viejo mediodía de labios, de mi viejo mediodía de miradas. Un turbio laberinto de estrellas ahumadas enreda mi ilusión casi marchita. ¡La sombra de mi alma! Y una alucinación me ordeña las miradas. Veo la palabra amor desmoronada. ¡Ruiseñor mío! ¡Ruiseñor! ¿Aún cantas?
Federico García Lorca, La sombra de mi alma, 1919.
Fuente Vaqueros vio nacer en el calor del verano granadino de 1898 a nuestro poeta, Federico García Lorca, quien destacaría en su obra por su sensibilidad lírica y su compromiso con la mejora de la sociedad que le emparentaba con la esencia del pueblo español y nos deja un legado imborrable en la cultura y literatura mundial. Fue símbolo de la lucha por la libertad y la justicia de esa Generación del 27 de poetas y escritores, influenciado por las vanguardias europeas y con una fuerte intención en la renovación estética y literaria de aquellos tiempos.
«El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta».
García Lorca.
Lorca creció en una familia acomodada y, desde temprana edad, mostró un talento y genialidad excepcionales para la música y la poesía en las que Andalucía y su gente fueron su herencia cultural cuando se trasladó, a los 18 años, a Madrid, a esa famosa y efervescente Residencia de Estudiantes que cultivaba mentes tan inmortales como brillantes , que hemos mencionado en otras ocasiones de esta sección Caminando por la historia.
«La poesía no quiere adeptos, quiere amantes».
García Lorca.
Hay mucho y poco que decir de nuestro poeta. Mucho por su herencia, que nos regaló en toda su obra, como su primer libro de poesía, Libro de poemas (1921), o como dramaturgo en Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936) en la que la represión, la opresión y frustración de las mujeres, la imposibilidad de escapar de las normas sociales, la muerte o la venganza, son temas reflejo de las tensiones de la sociedad que vivió en su tiempo.
«La mujer no ha nacido para que se la comprenda, sino para que se la ame».
García Lorca.
Hay poco que decir, porque lo mejor es dejarte seducir por el talento de su obra literaria y sumergirte en sus escritos, rozando su alma, como decía en una entrevista su amigo, Vicente Alexandre, «que no solo era un genio de las palabras, sino que tenía un poder hechicero por su personalidad y una simpatía elevada a un fenómeno cósmico«. Ese era y es nuestro poeta.
Tras el estallido de la Guerra Civil en 1936, marcando el inicio de uno de los periodos más oscuros de nuestra historia, en agosto de ese mismo año fue arrestado con 38 años de edad.
«Siento mi pecho lleno de corazoncillos, como de cascabeles».
García Lorca.
Ahora sé que, lejos de conseguir acallar a una de las voces críticas con lo que estaba pasando, consiguieron todo lo contrario con su muerte, convirtiéndolo en un símbolo de la lucha contra la opresión, la barbarie y el sin sentido, con un asesinato que lo convirtió en mártir de la libertad gracias a lo que su obra sigue inspirando a generaciones de lectores y artistas en todo el mundo.
«Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña».
García Lorca.
La poesía y el teatro de Lorca han sido traducidos a numerosos idiomas y siguen siendo estudiados y representados, manteniendo viva la relevancia de sus temas y su singular estilo literario. Como periodistas, tenemos que estar comprometidos con lo que ocurre en nuestra sociedad al lado de la verdad y, verdad es que Lorca fue capaz fusionar lo local con lo universal aportando belleza y profundidad en cada trazo de su pluma, con una creatividad que le ha llevado a la inmortalidad en la memoria colectiva.
No puedo acabar sin dejar de invitaros a que leáis Poeta en Nueva York , Romancero gitano, La zapatera prodigiosa, Así que pasen cinco años , Mariana Pineda o Antología poética.
«Desechad tristezas y melancolías. La vida es amable, tiene pocos días y tan solo ahora la hemos de gozar».
García Lorca.
García Lorca y Antonio Machado fueron mis primeros poetas junto con San Juan de la Cruz, Jorge Manrique y Fray Luis de León. Te seguiremos caminando por la historia, Jorge.