Hace 20 años que la oferta universitaria pública de la provincia se diversificó con la creación de la Universidad Miguel Hernández en Elche. Durante este tiempo, la institución académica ha ido adaptándose a los acontecimientos que han marcado la sociedad del comienzo de siglo, como las implantación de las nuevas tecnologías y la crisis económica mundial. Jesús Tadeo Pastor llegó al frente del rectorado en 2011 y en 2015 revalidó su mandato otros cuatro años más. En el ecuador de este segundo tiempo, hace un balance de la trayectoria de la UMH y dibuja un mapa con sus proyectos futuros.
—Este año la Universidad Miguel Hernández cumple su 20 Aniversario, ¿qué balance extrae de estas dos décadas de la institución académica?
—Nuestra universidad nació fruto de la UA y de la Politécnica de Valencia, con una concepción de cuatro campus temáticos: el de sanidad, que está en San Juan; el de agrónomos, en Orihuela; el de Bellas Artes, en Altea, y el central que está aquí en Elche, con diferentes especialidades. Fue lo más importante que tuvimos en cuenta desde que nacimos, con lo cual los tenemos todos bien interactuados y conectados con el central de Elche. Tuvimos que construir una universidad nueva que en estos momentos está muy bien situada en los ránkings nacionales e internacionales, cambiando mucho desde que comenzamos: de poco más de 4.000 alumnos, contamos en la actualidad con 14.000, sólo de titulaciones oficiales, más los títulos propios y otras actividades que suman 12.000 alumnos más.
—¿Cómo ha evolucionado la oferta curricular?
—Desde el principio marcamos unas líneas de actuación muy claras, con áreas de investigación prioritarias y lo hemos mantenido. Hemos incorporado nuevas, como la de robótica, que han resultado fructíferas, y ahora nuestras necesidades pasan por crear nuevos edificios interdepartamentales, como el que se está construyendo en estos momentos, lo que librará espacio en otros que destinaremos a potenciar el emprendedurismo de los alumnos.
—De todos estos años, ¿cuál es el momento o hito alcanzado del que guarda un especial recuerdo?
—Es difícil destacar una sola cosa, pero sí estoy orgulloso de nuestra gestión frente a la crisis. Cuando llegué como rector en 2011 estaba en pleno auge y tuvimos que poner en marcha un plan de ahorro que afectó a toda la plantilla universitaria: profesores, ordenanzas, estudiante…Fuimos capaces de llevarlo a cabo y todos colaboraron para que las reducciones que sufrimos de las subvenciones públicas, alrededor del 20%, no mermaran nuestro funcionamiento y, sobre todo, las necesidades de expansión de nuestra Universidad, donde nos hallamos todavía.
—¿En qué punto está ahora la financiación, podemos decir que hemos salido de la crisis?
—No, no hemos salido aún. Además de la subvención directa de la Generalitat, sufrimos un bajón importante en las ayudas destinadas a la investigación del que no nos hemos recuperado. El año pasado pudimos incrementarlo un 5% e iremos en esta línea, poco a poco. La ventaja de la UMH es que tenemos grupos competitivos de primera línea y gracias a ello hemos podido captar ayudas de proyectos europeos, difíciles de conseguir, pero con una financiación muy generosa. Este es y ha sido uno de nuestros puntos fuertes estos años.
—Respecto a la internacionalización del campus, ¿en qué punto se halla?
—Desde que comenzamos, hemos firmado más de 200 convenios con otras universidades, parte ellos dedicados al programa Erasmus y otros con la finalidad de establecer titulaciones recíprocas, tanto con universidades europeas como de otras partes del mundo. También ofrecemos estudios no reglados muy demandados, como cultura o gastronomía españolas, y además nuestras nuestro centro deportivo de alto rendimiento atiende las demandas de deportistas de élite extranjeros que viene a hacer estancias.
Además, como singularidad, contamos con una sede permanente en África, en Ruanda, donde formamos a personal sanitario, como el curso especializado en epilepsia, una de las enfermedades más graves del país, que pusimos en marcha hace un mes. Además, hemos contribuido a crear escuelas de primaria y secundaria en Nemba, donde 600 estudiantes cursan estudios, con comedores subvencionados, y allí todos los veranos un grupo de estudiantes, profesores y personal de la UMH hacen labores de cooperación. Este programa lo hemos abierto a otras universidades españolas, como la de Extremadura, que nos acompañará el próximo año.
—¿Cuál es el perfil del estudiante actual, cómo ha evolucionado a lo largo de estos años?
—Las nuevas tecnologías están muy implantadas en las aulas, y ahora todos traen sus portátiles o tabletas, lo que facilita las tareas de aprendizaje. Hace cinco años pusimos en marcha un programa de innovación con el fin de que las clases estuvieran a disposición del estudiante en Internet y las pudiera así consultar en cualquier momento. El programa ha tenido mucha aceptación y vamos a seguir en esa línea.
Por otra parte, dado que los estudiantes cada vez más demandan más formación en tecnologías de la información, hace dos años pusimos en marcha un programa experimental dirigido a los más jóvenes de la provincia, de entre 7 y 12 años, llamado “Escola de Frikis”, donde estudiantes de ingeniería y robótica de la UMH imparten talleres extraescolares en la materia en colegios de la provincia.
—La incorporación al mundo laboral es una de las mayores preocupaciones del estudiante cuando acaba sus estudios. ¿Cómo se afronta desde la UMH?
—Desde que la UMH comenzó su andadura, el Observatorio Ocupacional estudia qué formación necesitan los estudiantes para tener un mejor acceso al mundo laboral. Para ello, tenemos un programa destinado a apoyar a los emprendedores y a ofrecer estancias formativas en empresas, una bolsa que cuenta con 11.000 colaboradores. Ya en 2008 inauguramos el Parque Científico, con empresas propias y foráneas de la UMH, que desde 2012 lleva a cabo el programa “Marató”, donde durante 42 semanas entre 50 y 60 personas -estudiantes, empresarios y directores de recursos humanos-, trabajan en la puesta en marcha de ideas empresariales, con la evaluación de un jurado especializado. Al final, a las cinco mejores propuestas se les regala la estancia gratuita durante un año en el Parque Científico.
—¿Cuál ha sido la evolución de este Parque Científico durante estos años?
—Desde que pusimos en marcha la iniciativa, se están creando una media de entre 10 y 12 empresas al año y en este momento son 56 las empresas que están ubicadas allí. Lo importante es superar esa fase inicial y que empiecen a hacerse grandes. De momento, hemos tenido varios éxitos reconocidos, como el de la empresa aerospacial PLD Space, creada hace 6 años y ya trasladada en el Parque Industrial, con personal especializado fichado del extranjero y que ha favorecido el retorno de grandes profesionales españoles.
—En este sentido, ¿cuál es la apuesta de la UMH por la demanda de las llamadas profesiones del futuro, de índole más tecnológico?
—Nuestro plan de estudios abarca muchas carreras de esa área, como informática, telecos, ingeniería industrial…, con personal docente muy renovado que proviene de otras universidades de amplia trayectoria en estos campos, como las Politécnicas de Madrid y Valencia; son investigadores de reputación internacional, algunos con contratos firmados con multinacionales como Toyota. Otros docentes se han especializado en el desarrollo de aplicaciones para la medicina, en colaboración con nuestro campus de San Juan, como la robótica aplicada a la discapacidad.
—Para finalizar, ¿hacia dónde se proyecta el futuro de la UMH?
—Tenemos muchos proyectos y mucha ilusión, y lo importante es y ha sido siempre la colaboración de las personas, pues si no se cuenta con este respaldo, es muy difícil que una persona sola pueda llevarlos a cabo.
En el campus de Elche tenemos previsto levantar un edificio dedicado al periodismo audiovisual, que requiere su propio espacio para platós, y donde instalaremos la Radio y la Televisión de la UMH. Otro proyecto es la construcción de un edificio emblemático que sea un punto de encuentro cultural entre la UMH y la ciudad con instalaciones de todo tipo, como un restaurante en el ático y espacios para albergar la Joven Orquesta Sinfónica y nuestra Escuela de Rock, una de las pocas universitarias del país -de hecho, en enero haremos Doctor Honoris Causa a Miguel Ríos-. La idea es que lo usen tanto los estudiantes como los niños y estudiantes de bachiller.
—En cuanto al resto de campus, ¿cuáles son las actuaciones previstas más destacadas?
—En San Juan tenemos previsto establecer un centro de emprendedurismo enfocado a temas de salud, y ampliar instalaciones para las prácticas de fisioterapia y podología. En esa línea, hemos creado un centro experimental muy novedoso, el CYBORG, que está enfocado a impartir clases de medicina con cadáveres a los que se les dota de cualidades extraordinarias, como que corra sangre por sus venas. También queremos construir unas instalaciones deportivas. Por otra parte, en Altea urbanizaremos el campus de forma definitiva, y en Orihuela queremos impulsar un centro de investigación en temas agronómicos y todo lo relacionado con la nutrición.
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