Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Reportajes

Leyendas urbanas: fantasmas en Alicante

Preventorio de Aguas de Busot (Fuente: Wikimedia).

Las leyendas urbanas

La leyenda urbana, (en inglés “urban legend”), es un relato perteneciente al folclore contemporáneo y se trata de un tipo de leyenda o creencia popular, a veces emparentándola con una especie de superstición que, a pesar de tener elementos sobrenaturales o incluso inverosímiles, es presentado como un conjunto de hechos reales sucedidos en la actualidad o en una época más o menos cercana a la presente. Algunas de estas leyendas parten de hechos reales, pero éstos son exagerados y a veces distorsionados e incluso mezclados con hechos ficticios, en un entresijo muchas veces realmente confuso. Debido a su adecuación al mundo moderno, estas leyendas reciben el calificativo de “urbanas”, que las oponen a otro tipo de leyendas. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de “otro tipo”? Nos referimos a aquellas que habiendo sido en el pasado objeto de creencias, han perdido su vigencia y se identifican con épocas pretéritas.

En el idioma anglosajón, a las leyendas urbanas se las conoce como “friend of a friend tales”, es decir, “historias del amigo de un amigo”. Se corre de boca en boca un suceso, en ocasiones casi inverosímil y, como una bola de nieve, la historia va creciendo y popularizándose, llegando incluso a ser un mito. Han adquirido en la actualidad una notable popularidad y se incrementan en número conforme avanza el tiempo.

Entre los estudiosos del tema de las leyendas urbanas, citaremos a H. Brunrand, A. Granados, Bruno Cardeñosa y Tomás Hijo. Pero cada vez más se profundiza en el ser y la esencia de las leyendas urbanas.

El periodista, Bruno Cardeñosa. Fotografía de JuliaBcn (Fuente: Wikimedia), junto a una portada de la revista que dirige «Historia de Iberia Vieja».

Muchos de estos relatos lo son de misterio, de terror o de “suspense”, a la manera de las películas de Hitchcock, como ese portento de filme titulado “Psicosis” y protagonizado por Anthony Perkins y Janet Leigh. Unos filmes con un gran poder de atracción entre las gentes. Y la influencia del misterio en la población es notable.

Y en nuestro entorno tenemos diversas leyendas urbanas, algunas de sumo interés, y muy relacionadas con hechos y acontecimientos que de una u otra forma  se han vivido, sentido o conocido por las gentes de la tierra.

Las leyendas urbanas son, sin duda, muy atractivas, y ¡quién sabe!, acaso encierran profundas realidades, y  nos ayudan a comprender gran cantidad de hechos y acontecimientos históricos.

Una especie de “fantasma de Canterville” en Alicante

Una de las novelas que más me impresionaron en mis lecturas juveniles, fue “El fantasma de Canterville”, del gran Oscar Wilde.  El fantasma de Canterville (sir Simon) es el alma en pena de un noble fantasma llamado sir Simon de Canterville, que durante trescientos años ha vivido en el castillo de su familia, tras asesinar a su esposa, lady Eleonore, justificándose en las graves carencias que tenía su esposa.

Pero antes de que el noble encontrara la paz, los hermanos de lady Eleonore, como acto de venganza, encerraron al noble en el sótano del castillo, con grilletes, dejando junto al prisionero un cántaro con agua y algo de comida. El buen fantasma caminaba errante por su mansión de Canterville y era objeto de toda clase de desaguisados por parte de los “traviesos” chiquillos de la familia moderna que allí habitaba.

Vienen mis recuerdos a colación de estas celebraciones de Halloween que tan en boga están ahora en España y que provienen de la tradición norteamericana. No está de más el no tomar tan en serio el tema del más allá, del viaje que tarde o temprano todo ser humano hará a los celestes éteres del ultramundo. Es el destino final de toda persona y hay que asumirlo de forma natural y ponerle un poco de sentido del humor, dentro del respeto que tan trascendental tránsito se merece.

Ilustración en el libro de Oscar Wilde «El fantasma de Canterville», realizada por F. H. Townsend en 1887 (Fuente: Wikimedia)

Y también la lectura de ”El fantasma de Canterville” me trae a la memoria, en mis indagaciones por la historia de Alicante, una serie de leyendas urbanas referidas a la terreta. Son variadas y muy curiosas, especialmente las referentes a los fantasmas, a esos seres de ultratumba que se dice vagan por las estancias de habitaciones y edificios, como no queriendo irse del todo. La parapsicología pone muchos ejemplos y hay que pensar que algo hay, desde luego. Pero seleccionaré tres leyendas o tres historias de especial relieve y que impactaron en los alicantinos de la época y aún hoy queda un recuerdo de las mismas.

Son estas:

  • El chalet de los Prytz.
  • La Casa de las Brujas.
  • Los fantasmas del Balneario de Aguas de Busot.

La primera se refiere a la mansión de un rico propietario de Alicante, que al tomar éste la decisión de residir en otra zona, pasó a ser edificio adjunto a un conocido centro de enseñanza y, hoy en día, el espacio está ocupado por viviendas, en la confluencia del barrio de Benalúa con el paseo o la avenida de Óscar Esplá. Concretamente, el chalet estaba situado en la emblemática calle Foglietti.

La segunda es, en cierto modo, gubernamental, pues la Casa de las Brujas era un edificio abandonado que conservaba, no obstante, elementos de gran belleza y valor artístico y arquitectónico y que ahora lo ocupa, restaurado por un insigne arquitecto y potenciando todo lo más valioso del mismo, la sede del Consell de la Generalitat Valenciana en Alicante. Es hoy un hermoso edificio, pero que tiene una historia halloweeniense, de mucha entidad. Me imagino que los funcionarios que allí trabajan tendrán un poco de respeto (miedo, nunca) por todo lo que se ha escrito y estudiado acerca de esas brujas misteriosas.

La tercera constituía un capítulo destacado de la historia del turismo en la provincia. Se refiere a Aguas de Busot, que tuvo en épocas pasadas un Balneario y un Preventorio. A este Balneario acudía un turismo importante, que representaba uno de los elementos fundamentales de los primeros tiempos de la llegada de visitantes a nuestra provincia, a las curas termales. El otrora famoso Balneario es hoy una vaga versión del fantasma de Canterville, a lo alicantino.

Casa de las Brujas de Alicante. Fotografía de Millars (Fuente: Wikimedia).

Hoy, estamos ante un caserón abandonado y, dicen las lenguas algo viperinas, que en su interior se oyen pasos y lamentos, acaso almas benditas que aún quieren permanecer en el Balneario en la actualidad en ruinas. Yo he ido en alguna ocasión, como curiosidad, por esa zona, como también han ido otros “turistas”, y me pareció escuchar algunos pasos, seguramente más fruto de mi calenturienta imaginación que de una realidad misteriosa.

Estas tres leyendas alicantinas plenas de intriga son muy interesantes y acaso algún escritor, sagaz y avezado en estas artes de la novela de misterio, se atrevería a escribir sobre ellas una novela que resultaría de lo más atractivo e incluso un best seller. Lanzo la idea, pues yo no me siento capaz de emprender tan noble hazaña.

Este Halloween a lo alicantino forma parte de las leyendas urbanas de nuestra terreta, como otras historias. Las tres leyendas tienen en común el rasgo de lo desconocido, de lo misterioso, que permite tratar el tema del “más allá” de manera distendida pues, al fin y al cabo, hay un paso que, tarde o temprano, todos vamos a dar y vale la pena tomarlo con sentido optimista y positivo, como ya antes apunté, y que ayuda a la salud natural y a la oxigenación de nuestra mente, tan llena de preocupaciones por los aconteceres de nuestro tiempo: crisis económicas, pandemias, cambio climático, inflación, corrupción y tantas y tantas cosas que no me extraña desmoralicen al más pintado.

Vamos allá.

Un fantasma en el chalet de los Prytz

En la calle Foglietti del alicantinísimo barrio de Benalúa se ubicaba el chalet de los Prytz. El señor Prytz era un importante alicantino de una indudable buena posición económica.

Desde su fundación en 1884, el barrio de Benalúa cuenta con numerosos chalets y al comienzo de la calle Foglietti existían unas majestuosas parcelas de acaudalados propietarios que ocupaban los número 2, 4, 6 y 8, uno de los cuales era la clínica del Doctor Carbonell. A medida que pasó el tiempo, los números 2 y 4 fueron ocupados por el colegio de las Teresianas y el número 6 era propiedad del famoso millonario Manuel Prytz, un personaje muy especial y extravagante, con sus luces y sus sombras.

Imagen del antiguo chalet de los Prytz (Fuente: Alicante Vivo).

Era una persona muy afortunada, tanto en sus negocios como en los aspectos sociales. Se puede decir que manejaba y hacía circular el dinero a manos llenas. Todo aquel que vivía a sus órdenes vivía holgadamente. Sobre su vida sentimental hay todo un conjunto de habladurías, que creemos eran algo exageradas, aunque no carentes de base. En su primer testamento pide a su sobrino Hugo que “huya de las mujeres, en general”. Al fallecer Carlos Prytz en el año 1932, el único propietario era don Manuel. Tras la marcha de los Prytz, y como don Manuel, según se rumoreaba, llevaba una vida, podemos decir, que un tanto truculenta, empezó a circular por Alicante el rumor de que habitaba allí un fantasma, el de nuestro rico protagonista y el de otras personas (el chalet era muy concurrido y, a veces, por gente de dudosa honorabilidad).

El señor Prytz ponía una vela a Dios y otra al diablo pues, junto a su conducta, que acaso debería ser más ejemplar, ayudaba en obras benéficas muy loables y que le engrandecían, como la ayuda económica para restaurar el retablo de la Santa Faz y la donación de “Buena Vista”, una de sus mejores mansiones, para que residiera en ella, en la época veraniega nada menos que el presidente de la República. No cabe duda de que M. Prytz amaba Alicante y siempre, en sus acciones, buscaba el mayor beneficio para su adorada tierra.

Al fallecer en 1942 el señor M. Prytz, la leyenda se acrecentó y en Benalúa se corría la voz de que en la mansión de Foglietti habitaban fantasmas, se oía el crepitar de la madera, ruido de pasos, puertas crujientes, goznes chirriantes, voces y lamentos. Todo ello solía suceder de noche, dando así todavía más misterio a la leyenda.

Creemos que no se ha hecho entera justicia a don Manuel, pues era muy generoso y en su testamento dejó escrito que donaba una importante cantidad para construir un hospital de la Cruz Roja y otra notable cantidad para la iglesia parroquial de Benalúa, entre otras benéficas acciones. Pero la fama de don Manuel era grande y yo creo que todo lo bueno superaba con mucho, de ser realidad, las habladurías sobre algunos defectos que, como todos los humanos, podemos  tener.

Manuel Prytz con una sobrina (Fuente: Alicante Vivo).

Cercana al chalet estaban un establecimiento sanitario  muy conocido y reconocido en Alicante y un centro de enseñanza del que luego trataremos. La leyenda del fantasma de Prytz se extendería por toda la ciudad. Digamos que cuando allí residía nuestro protagonista, en el inmueble, éste era frecuentado por personas de una conducta muy “singular”. Al trasladarse a vivir el señor Prytz, por diversas razones, a otro lugar, el edificio estuvo abandonado. Cercano se abrió un colegio para niñas y éstas atravesaban el patio del chalet, a todo correr, para curiosear por esa intrigante mansión, temerosas de que aparecieran los fantasmas y que los espectros de M. Prytz y otros hicieran acto de presencia.

Era un centro de la prestigiosa Institución Teresiana que luego se trasladaría a la zona de Vistahermosa de la Cruz, con unas instalaciones modélicas. Hay que recordar, en esta nueva etapa, a doña Joaquina Gómez de Membrillera, la directora de este modélico edificio y que tanto hizo por la educación en Alicante.

No olvidemos que la Institución Teresiana sería una de las adalides en la que sería una de las bases sustantivas de la Ley General de Educación de 1970, una de nuestras mejores leyes, aprobada bajo un signo de modernización de la enseñanza en España y con un modelo basado en la educación personalizada. Era entonces ministro de Educación el señor Villar Palasí. Después vendrían otras leyes educativas, aunque las mismas dejan mucho que desear, y además cada Gobierno, pone “su” ley orgánica con lo cual, hay un cierto grado de politización y un desbarajuste para nuestros sufridos escolares.

Los principios de la educación personalizada supusieron la baza principal a una de nuestras mejores leyes de educación, la de 1970, tristemente sustituida por otras que supusieron, como apuntábamos líneas arriba, un fracaso para nuestro ya maltrecho sistema educativo.

La clínica Carbonell, en imagen de los años 20, cuando fue pionera en el sector privado, en el chalet de la calle Foglietti (Fuente: Alicante Vivo)

La clínica Carbonell, de gran prestigio en nuestra capital, también se situaba cerca del lugar, y se incluía  entre las instituciones sanitarias más reconocidas por los alicantinos, contando con un plantel de médicos y enfermeras que harían mucho bien a la sanidad en nuestra querida Lucentum. Siguió la línea de grandes especialistas médicos y sanitarios que, a lo largo de la historia, dieron lustre a esta faceta de la salud, tan bien representada tradicionalmente en nuestra tierra.

Se corrió la voz de que el chalet de los Prytz lo habitaba un fantasma, su antiguo inquilino (y no solo él). Por eso el ya destartalado chalet cogió “fama”. Eso no impide que el colegio y la clínica tuvieran una buena acogida, dentro de sus características, a pesar de esas leyendas fantasmagóricas, en las que por suerte no todos creían. Hoy, unos pisos modernos ocupan el lugar del chalet de los Prytz pero creo que, dado el tiempo transcurrido desde los sucesos narrados, los inquilinos actuales de esas viviendas, o al menos la mayoría de ellos, no tienen ni idea, afortunadamente, de lo que hace dos siglos sucedió.

La misteriosa Casa de las Brujas

Se trataba de un edificio abandonado y ya algo destartalado y, desde fuera, se podía ver fácilmente su lúgubre y oscuro interior. Los chiquillos empezaron a decir que allí había unas brujas y, concretamente, se podía ver a veces a algunas que otras pobres ancianas sin techo que allí se albergaban provisionalmente para guarecerse, sobre todo, de las inclemencias del tiempo y el vecindario bautizó la edificación como la “Casa de las Brujas”. Todo ello debido, en su origen, a la calenturienta imaginación de los chavales.

Un destacado arquitecto acometería la restauración del edificio conservando los valores arquitectónicos que aún, a pesar del deterioro, se mantenían en pie. Esta Casa de las Brujas se convertiría en sede del Consell de la Generalitat Valenciana pasando a tener un destino más noble como delegación autonómica. Hoy es uno de los más bellos edificio de Alicante y destinado a un fin de tipo administrativo, al servicio de los ciudadanos.

Fachada de la Casa de las Brujas. (Fuente: página oficial de la Comunitat Valenciana).

No se trataba en este caso de fantasmas, sino de brujas, una especie de sucedáneo que, para el caso que nos ocupa, viene a ser lo mismo. La Casa de las Brujas es pues, además de un moderno edificio actual, una leyenda urbana de nuestra ciudad. La gente de la época se preguntaba: ¿pero en realidad, en ese lóbrego interior, habitan unas brujas?

Los fantasmas del Balneario y el Preventorio de Aguas de Busot

En tiempos, el Balneario era muy concurrido por turistas de todo el país y llegó a tener fama en toda España. Los efectos terapéuticos de las aguas termales eran proverbiales. Después, pasaría a convertirse en un Preventorio, con buena atención a los enfermos que allí estaban.

La historia del Balneario es conocida con gran precisión cronológica. Originariamente, las propiedades de las aguas ya fueron descritas en crónicas, tanto romanas como musulmanas. En el siglo XV fueron concedidos salvoconductos a los moriscos. El documento más conocido de esa época es un privilegio firmado el 30 de noviembre de 1596 dando la propiedad de las aguas a la ciudad de Alicante, que la ostentaría hasta el año 1816.

El único edificio que se conserva actualmente fue construido en 1816 por don Pedro García Faria, ingeniero y arquitecto, mientras el conde de Casa Rojas embellecía el lugar y los alrededores con pequeñas casas, alejadas de la “zona central” para que sus moradores estuvieran algo alejados del bullicio que producía el Balneario. En 1865 empieza a construirse el hotel Miramar y un nuevo Balneario aprovechando la benignidad de las aguas de la zona. Contaba el hotel con un casino, una sala de fiestas, una iglesia, instalaciones deportivas y zona de juego para los niños.

Balneario de Aguas de Busot (Fuente: Alicante Vivo).

Concretando, digamos que el Hotel Miramar era la edificación principal  del complejo y era de rotunda volumetría. Se situaban en la planta baja los baños, las piscinas y los vaporarios. En la planta primera estaba la biblioteca, magníficamente dotada, y además, se situaban el comedor y el casino. Las plantas bajas eran muy espaciosas y contaban con excelentes vistas paisajísticas. Pero todo el edificio era un mirador hacia el mar Mediterráneo.

En las dos plantas altas se situaban los dormitorios, asimismo con espléndidas vistas al mar, aunque todo el complejo contaba con un entorno natural de una espectacular belleza paisajística. Su esplendor duró hasta el año 1930. Se cuenta que el marqués del Bosch, que era entonces el propietario, perdió la propiedad como consecuencia de una partida de póker.

En 1936, el Estado adquiere el edificio y lo convierte en  un hospital antituberculoso. Tras la Guerra Civil se extingue la propiedad y se abandonó el edificio. Entonces, empieza la leyenda. Con el paso del tiempo y las nuevas costumbres turísticas, entró en decadencia este conjunto urbanístico y, posteriormente, como ya apuntábamos líneas arriba, se abandonó la utilización del complejo y se fueron deteriorando las instalaciones que hoy son, desgraciadamente, una ruina.

Diversos litigios y enredos burocráticos no fructificarían de ningún modo y Balneario y Preventorio fueron dejados de la mano de Dios, lo cual fue una gran pérdida para nuestro Alicante y la comarca de L’Alacantí. Todos los intentos de recuperar esta maravilla resultaron baldíos, por desgracia. El edificio abandonado, decían las buenas gentes del lugar, era un recinto especial y afirmaban que se oían lamentos y gritos y hasta se hablaba de la existencia de una misteriosa dama vestida de blanco que se paseaba en su interior. ¿Acaso una enfermera, de cuando el edificio era Preventorio para tratar la tuberculosis?

Unos especialistas en temas parapsicológicos, con abundante material, visitarían el lugar misterioso y aseguraron que se escuchaban cacofonías y psicofonías y que, en cierto modo, la leyenda y los rumores parece tenían un cierto fundamento “científico”. Dejamos aquí en el aire las dudas para que el lector juzgue por sí mismo. Esa leyenda urbana trascendió más allá de los ámbitos provinciales y la prensa se encargaría de difundir la leyenda del Preventorio y ese misterio del Balneario que luego sería, como decíamos, lugar de curación de enfermos, una especie de hospital.

Unas consideraciones finales

Muchas son las leyendas alicantinas, que constituyen una fuente muy interesante de información de un pasado misterioso de la terreta. Misterio y leyenda se entrecruzan en este tema que titulamos “Fantasmas de Alicante” y que merecería todo un  estudio profundo y documentado, que está por hacer. Incluso se hablaba de que una serie de túneles y pasadizos comunicaban  el recinto de Aguas de Busot con la isla de Tabarca y la Cueva del Llop. La leyenda del Llop Marí es otra aportación fantasmagórica que podemos hacer, pero lo dejamos para mejor ocasión. Esta leyenda tabarquina, por sus características especiales, merece todo un trabajo monográfico.

Además, muchos nombres se entretejen en la descripción de estas leyendas, nombres referidos a arquitectos alicantinos, a centros de enseñanza, a clínicas para la mejora de la salud de los alicantinos, a aspectos de la política autonómica, a los primeros tiempos del turismo lucentino y tantos y tantos ejemplos como podemos aducir, lo que enriquece la descripción de los hechos más allá de lo misterioso y enigmático que, por supuesto, es el principal motivo de nuestro trabajo.

Otra imagen del chalet de los Prytz. Fotografía cortesía de José Pastor, extraída del llibret Marxa Damunt de Tot, 2008 (Fuente: Alicante Vivo)

Agrademos al Archivo Municipal de Alicante los datos proporcionados en la consulta de sus fondos, sobre todo con datos de la prensa, pero asimismo trabajos de primera mano, así como las aportaciones de tantos estudiosos de los temas tratados, que nos han servido de fructífera fuente de información para la elaboración de nuestro artículo.

De manera especial, y por solamente mencionar a algunos de los estudiosos, quiero agradecer las aportaciones (artículos y libros diversos) de E. Martín (Alicante Vivo), E. Cerdán Tato, R. Bodewig, M.ª Luisa Prytz, J. C. Sancho (sobre el chalet de los Prytz), M. Martínez, G. Urban, S. Varela, J. Cervera, A. Medina (sobre la Casa de las Brujas) y J. Ramos (acerca del Preventorio de Aguas de Busot) pero es evidente que aún se podrían citar los nombres de otros estudiosos acerca de los temas mencionados.

El misterio y la leyenda se ciernen de alguna manera alrededor de múltiples aspectos de la historia de Alicante y ello le da vida e interés adicional al mejor conocimiento de aspectos de nuestra querida tierra.

José Moratinos Iglesias

Doctor en Ciencias de la Educación, diplomado en Psicología, profundo conocedor de la Psicopedagogía e Instructor de Tiempo Libre con sus estudios de Magisterio.

5 Comments

Click here to post a comment