La Escuela de Comercio de Alicante
La Escuela de Comercio de Alicante ha pasado por diversas vicisitudes desde la Real Cédula de Aranjuez, por la que se crea el Consulado Marítimo y Terrestre de Alicante. Se señala entre los fines del Consulado la constitución de escuelas especiales, entre las que figura la de Comercio. Estaban pues, sobre el papel, sentadas las bases legales para la Escuela de Comercio, pero antes hay que consignar la existencia, por iniciativa privada, de la Academia Pública de Aritmética Superior, Álgebra y Geometría y, en 1811, el establecimiento de la Escuela Mercantil y de Lenguas Francesa e Inglesa (por iniciativa de Joaquín Himburur).
En 1816 se pudo crear oficialmente, dependiente del Consulado, la Escuela de Comercio de Alicante, junto a la de Agricultura. Así, ya tenía el Consulado cuatro escuelas: Comercio, Agricultura, Dibujo (creada en 1795) y Náutica (1799).
El primer director de la Escuela de Comercio del Consulado es Pedro Baile. Funciona esta institución trece años, pues en 1829 desaparece el Consulado y con él sus centros de Comercio y Agricultura.
Los estudios mercantiles se incorporan por el Plan de 1850 al Instituto de Segunda Enseñanza. Se atraviesa entonces una etapa de decadencia hasta que, por Real Decreto Orgánico de 11 de agosto de 1887 se crean las Escuelas de Comercio con vida propia e independiente. La enseñanza comercial tiene dos grados: Elemental y Superior. Es la Escuela Alicantina de Grado Elemental para la enseñanza de la carrera de perito mercantil. Los estudios constan de tres cursos que comprenden disciplinas tales como: Aritmética y Cálculo Mercantiles, Contabilidad y Teneduría de Libros, Legislación Mercantil Comparada y Sistemas Aduaneros (por no citar sino algunas de las principales materias). Se instala esta Escuela en la calle Maldonado.
Posteriormente comienzan los cursos de la Escuela Superior que impartiría las enseñanzas conducentes a la carrera de profesor mercantil.
Hasta la reforma de 1901, obtuvieron el grado pericial un total de 138 alumnos, entre los que, con el correr del tiempo, algunos de ellos llegarían a brillar a gran altura en la docencia y en cátedras de Escuelas Mercantiles (es el caso de Germán Bernácer Tormo, Eduardo Campos de Loma, Antonio Leveroni Morales y otros nombres que harían algo prolija la relación).
Aspectos introductorios sobre Leveroni
Una de las figuras más destacadas, en el plano intelectual, del Alicante del siglo XIX, es sin lugar a dudas Antonio Leveroni Morales. Poco estudiado y menos conocido, no obstante su relevancia, vamos a trazar aquí unas primeras pinceladas acerca del ilustre catedrático cuya trayectoria está íntimamente ligada a la Escuela de Comercio de Alicante, donde desempeñaría con gran acierto la Cátedra de Lengua Italiana. Además, importante es su contribución a fomentar las relaciones entre los dos países hermanos.
Persona ordenada y meticulosa, desarrollaría tareas burocráticas desempeñando la secretaría de esta institución docente mercantil y contribuyó a fomentar los valores del estudio y las vocaciones para estudios universitarios, mediante la Fundación que lleva su nombre. Antonio Leveroni Morales merece ser resaltado y esta es la finalidad del presente trabajo. Se trata de poner en valor todo lo mucho y bueno que hizo por Alicante y la enseñanza. Además, como escritor tiene obras muy meritorias, prácticamente siempre en su querida y amada lengua de estudio, en el que era una autoridad, el italiano (Aunque no olvidamos tampoco sus escritos en castellano). Contribuyó, en la medida de sus posibilidades, en actividades representativas y cargos ad hoc al incremento de unas relaciones más estrechas entre España y el país transalpino.
Estamos, pues, ante uno de los más destacados docentes de la Escuela de Comercio lucentina, Antonio Leveroni Morales (1855-1913), quien se titularía perito mercantil y profesor mercantil y sería más adelante profesor tanto en el Centro mercantil barcelonés como, con posterioridad, por concurso de traslados, en el Centro docente de Alicante.
Durante quince años desempeña la Cátedra de Italiano de la Escuela de Comercio, siendo una auténtica institución.
Sus vocaciones: docencia, representación diplomática y actividad literaria
Nace en Alicante en 1855, y desde muy joven mostró una gran pasión por el estudio, así como un interés marcado por la representación diplomática y la profundización en el conocimiento de de la Lengua Italiana, siendo autor de varios escritos en esta Lengua. Fue un gran apoyo en la difusión del italiano y destacó en el fomento del estudio y la formación entre el alumnado.
Fue Leveroni diplomático como cónsul de Italia y vicecónsul de la República Dominicana y Colombia. Sus estudios especializados fueron los de Comercio, obteniendo, como dijimos anteriormente, el título de perito mercantil en la Escuela de Alicante (en el año 1890) y además el de profesor mercantil en la Escuela de Barcelona (dos años más tarde).
En la Escuela de Comercio de Alicante fue profesor interino de italiano en los períodos 1887-1892 y 1893-1898 y desempeñó la cátedra de la especialidad, tras brillantes oposiciones, desde 1898 hasta su fallecimiento.
Fue gran amigo del geólogo y paleontólogo Daniel Jiménez de Cisneros y Hervás y sostuvo con él abundante correspondencia.
Formó parte del claustro fundacional de la Escuela de Comercio alicantina cuando estas instituciones alcanzaron su autonomía mediante Decreto de 11 de agosto de 1887 (siendo ministro de Fomento el alicantino Carlos Navarro Rodrigo). El claustro celebró su primera reunión el 12 de octubre de 1887, en el local de la calle Maldonado, número 17. El director, Blas de Loma Corradi, nombra secretario del centro formativo al profesor Leveroni, pero las múltiples obligaciones de este le impiden aceptar el cargo. Del primer claustro forman parte ilustres profesores, además de Leveroni, entre ellos Blas de Loma Corradi, José Mª Núñez de Cela, Rafael Campos Vasallo y José Mariano Milego Inglada. Ocupa Leveroni plaza de profesor interino de Lengua Italiana, por R. O. de 5 de Septiembre de 1887.
En el curso 1891-1892, la Escuela se traslada al número 63 de la calle Mayor. En el año 1893, las clases se darían en la calle Villlavieja donde se ubicaría el centro hasta 1955. En ese año se trasladaría a la Avenida Ramón y Cajal. Este edificio, adaptado y remozado, es la actual Sede Universitaria Ciudad de Alicante donde se imparten importantes programas formativos y de extensión cultural, muchos de ellos dirigidos a la formación permanente de la tercera edad.
Por Decreto de 19 de junio de 1896, la Escuela se eleva desde la categoría de Elemental a la de Superior. Antonio Leveroni alcanza por oposición la Cátedra de Lengua Italiana y es nombrado para ejercer la docencia en la ciudad del Benacantil, por Real Orden de 8 de junio de1898, tomando posesión el día 18 de junio.
Sucesivos directores irían siendo José Soler López, Manuel Gironés Puerto (nuevamente), José Soler López (segundo mandato) y Rigoberto Santonja Gil. Todos ellos figuras eminentes dentro del ámbito mercantil. Durante el mandato del profesor Santonja se nombra secretario al profesor Leveroni el día 14 de agosto de 1908. Se le consideraba un profundo conocedor de la Escuela ya que en ella había cursado anteriormente sus estudios y había sido profesor fundacional.
Siendo director Eusebio Oliveres Gil, y secretario Germán Bernácer Tormo, comienza el último período de actividades de la Escuela que llegaría a conocer Leveroni. En efecto, el 22 de junio de 1913, fallece el catedrático de Lengua Italiana, que a la sazón se hallaba en plena fecundidad docente y de escritor. Su fallecimiento causa una profunda consternación entre sus compañeros y en el acta de la sesión de 16 de septiembre, se resaltan las grandes cualidades humanas del alicantino, así como sus notables dotes pedagógicas.
A iniciativa de nuestro biografiado, y por su expreso deseo, se crea en el Instituto de Segunda Enseñanza el Premio Fundación Leveroni. Esta Fundación, estaba dedicada a la ayuda de estudiantes de alto aprovechamiento académico y escasos recursos económicos, y queda formalmente constituida en el Instituto alicantino en el curso 1913-1914. Permanecería la Fundación durante muchos años, galardonando a los alumnos más aventajados. Hace ver Beltrán Reig, en su obra “La enseñanza en la ciudad de Alicante”, publicada en 1981, que la Fundación venía concebida por una familia que siempre se mostró inclinada a favorecer al Instituto, y ya Rafael Álvarez Séreix (hermano de la esposa de Leveroni) otorgó notables donaciones de libros y objetos científicos, sobre todo durante su estancia en el Instituto Geográfico Estadístico. Estas dotaciones enriquecerían notoriamente la prestigiosa biblioteca de nuestro Instituto de Segunda Enseñanza así como la Sección de objetos de carácter técnico, científico y de investigación.
Tareas consulares
En calidad de Cónsul de Italia, Colombia y la República Dominicana, tuvo que desempeñar importantes tareas: Expedir y renovar pasaportes, asistencia y orientación a las personas de otros países (en nuestro caso, Italia, Colombia y la República Dominicana) en situación de emergencia, cuidado de los compatriotas detenidos o encarcelados, vigilancia de la legitimidad de los procedimientos judiciales, expedición de documentos varios a ciudadanos extranjeros de los países representados, que deseen visitar España… Además, fomento del desarrollo de las relaciones comerciales, económicas, culturales y científicas entre el Estado que envía y el Estado receptor, en su ámbito de competencia, y promover asimismo las relaciones amistosas entre los mismos, de conformidad con las disposiciones vigentes. Estas tareas le llevarían buena parte de su tiempo, que supo no obstante compaginar muy bien con su actividad docente y como escritor en diversos diarios y revistas.
Sus escritos
Entre sus escritos figuran Guida dil marinaio in Spagna (1883), Piccolezze musicali, Escuela Elemental de Comercio de Alicante, Programa de las lecciones de Lengua Italiana (1888), La Bandera (arreglo del Italiano), Mis primeras traducciones y El traductor de italiano.
Detallando sus obras de tipo docente, digamos que esta es la pormenorización de las mismas:
—Escuela Elemental de Comercio de Alicante. Programa de lecciones de Lengua Italiana con arreglo al texto adoptado por el profesor de dicha asignatura.
—Escuela de Comercio de Alicante. Programa de Lengua Italiana del Primer curso.
—Escuela de Comercio de Alicante. Programa de Lengua Italiana del Segundo Curso.
Como auténtico apasionado de la música, escribe una obra especializada. Nos referimos a Piccolezze musical”, que es una colección de todas las revistas musicales publicadas en la Gaceta Musical de Milán, en diferentes años, demostrando una gran erudición en el tema.
Su obra Mis primeras traducciones contiene novelas vertidas del italiano al castellano, en 1878, aparecidas en los periódicos El Graduador y La Unión Democrática.
Colabora en periódicos y revistas tanto alicantinos como del extranjero como en La Gazzetta Musica”, Rivista Commerciale, Il Vómer, El Graduador, La Unión Democrática, La Humanidad o La Ilustración Popular, por citar solo unos ejemplos.
En La Ilustración Popular tiene como compañeros de redacción con diversos artículos y trabajos a Benedicto Mollá, J. Alfonso Roca de Togores y Julio Puig Pérez, entre otros. Sus artículos eran muy estimados, en una revista que era de las más difundidas en el Alicante de la época. Fue, durante un tiempo, administrador de esta revista.
Pertenecía a la redacción de la revista alicantina La Humanidad (1883-1890). Esta revista tenía la redacción en los locales de la calle El Cid, número 53.
Estos son los principales establecimientos tipográficos que imprimieron las diversas obras del profesor Leveroni:
—Tipografía R. Soler y Martínez. Alicante.
—Imprenta J. Esplá. Alicante.
—Imprenta P. Ortega. Barcelona.
—Imprenta de la Gaceta Musical. Milán (Italia).
Sobre Leveroni contienen datos obras de Beltrán Reig (La enseñanza en la ciudad de Alicante), de Moratinos (Historia de la educación en Alicante), de José Pastor Navarro (Diccionario biográfico de personajes alicantinos), de M. Rico, de I. Albert, de Joan Carles Uso y Arnal (Revista La Humanidad…), de A. Pagán y M.ª T. del Olmo (La enseñanza en Alicante), de M. Martínez Mena y otros (La Escuela de Comercio de Alicante…), de V. Seva Villaplana, de M. Auladell, de M.ª D. Fuentes, de R. F. Lloréns, y de Juan A. Ríos…
En su Ensayo biográfico bibliográfico de escritores de Alicante y provincia Manuel Rico se refiere a Leveroni en el tomo VII, manuscrito, folios 82-89. Los folios 82 y 83 se dedican a su biografía, los folios 84-85, contienen una lista de sus colaboraciones, y en cuanto a sus cargos y títulos figuran en los folios 86 y ss. La obra completa, manuscrita, de M. Rico puede encontrarse en la Biblioteca-Archivo de la Diputación Provincial de Alicante, en las instalaciones de San Vicente.
Una síntesis de este Ensayo biográfico bibliográfico tiene como autores a los doctores Auladell, Fuentes, Lloréns y Ríos, en edición publicada por el Instituto Gil-Albert.
El Premio de la Fundación Leveroni
De la mayor importancia es una comunicación de Dolores Álvarez Séreix, viuda del catedrático de Italiano de la Escuela de Comercio (quien había fallecido hacía algo menos de un año), que tenía entrada en el centro de enseñanza secundaria alicantino el 13 de marzo de 1914. En el texto explicaba la viuda de Leveroni que interpretando la voluntad de su esposo y a fin de perpetuar la memoria de los malogrados hijos y sobrino de su esposo respectivamente, Augusto y Paula Leveroni Lillo y Rafael Álvarez Carbó, había fundado desde el curso 1913-1914 un Premio anual de cien pesetas para costear por la Fundación el título de Bachillerato a un alumno con brillante expediente académico, es decir, al estudiante que con más lucidez y aprovechamiento hubiese cursado la asignaturas conducentes al grado de Bachiller en Artes.
Las condiciones para acceder al Premio de la Fundación eran, además de la brillantez en los estudios, estas:
1. Carecer de medios de fortuna.
2. Ser natural de Alicante, estando matriculado en su Instituto General y Técnico.
3. Reunir las cualidades de aplicación, honradez y moralidad, observando una conducta intachable y habiendo obtenido la calificación de sobresaliente en la mitad más una de las asignaturas del Bachillerato.
Conclusiones
A la luz de todo lo expuesto, podemos ver que la figura de Leveroni Morales es digna de ser destacada. Ha sido poco estudiada, como expusimos, pese a los muchos merecimientos de nuestro personaje.
Tengamos en cuenta las diferentes facetas de su trayectoria como docente, secretario de una institución académica, autoridad en la materia que impartía, la Lengua Italiana, y esa representación consular que le hace entrar en el campo de la Diplomacia. Contribuyó eficazmente, como apuntamos con anterioridad, a estrechar los lazos entre los dos países hermanos, Italia y España. Y no solo eso, sino que, por su carácter representativo en sus cargos, contribuyó además a estrechar las relaciones de España y Alicante con Colombia y la República Dominicana.
Dio a conocer en nuestro país obras literarias de destacados autores italianos y fue colaborador de varios diarios del país transalpino con diversos artículos y trabajos.
Por otra parte, su vida y trayectoria están ligadas estrechamente a la Escuela de Comercio de Alicante, una de nuestras instituciones de más prestigio y categoría.
Sirvan estas líneas para resaltar la figura de Leveroni y, al tiempo, animar a los investigadores egresados de nuestra universidad a profundizar en la obra y el pensamiento de este ilustre alicantino, con sus tesinas y, ¿por qué no?, sus tesis doctorales.
Agradecimientos
Mi agradecimiento a las bibliotecas y archivos consultados, especialmente el Archivo Municipal de Alicante, la Biblioteca Pública, la Fundación Mediterráneo, la Biblioteca del Instituto Gil-Albert, el Archivo General de la Universidad de Alicante, el Archivo de la Diputación y la Biblioteca Virtual “Miguel de Cervantes”. Asimismo, a todas aquellas personas que me han facilitado datos para completar mi trabajo.
Nos ayudas siempre a conocer mejor y amar más a esta tierra de grandes hombres.
Muchas gracias, pero mis artículos son modestos. Tú en cambio, eres un maestro del periodismo y tus trabajos son admirables, apelando a los valores humanos y éticos. ¡Qué falta hacen tus artículos! Enhorabuena.