Leo Messi o Pedro Sánchez: ¿cuál es el mejor de la historia?

Los periodistas deportivos, y también los aficionados al deporte rey, llevamos años dándonos la matraca con el mejor jugador de fútbol del mundo mundial: que si Maradona, que si Messi, Pelé, Di Stéfano… Los argentinos sólo disputan entre Maradona y Messi, porque los argentinos son muy suyos. Y me parece bien que sólo sean siempre argentinos, y no como nosotros que no somos sólamente y siempre españoles, sino catalanes, vascos… Ahora que Messi ha conseguido lo que le faltaba para codearse con Maradona, un mundial, no crean que todos van a proclamarse “messiánicos”.

Ser el mejor de la historia en cualquier actividad es muy difícil de determinar. Ni siquiera Pedro Sánchez se ha atrevido a proclamarse el mejor político de la historia. Humildemente (aunque la humildad no sea su virtud más destacada) se ha conformado con decir que va a pasar a la historia como el presidente de España que sacó los restos de Franco del Valle de los Caídos. Es posible que el jefe del Gobierno piense que su Frente Popular (sanchismo-comunismo) ha ganado la Guerra Civil, que perdió aquel otro Frente Popular que se encaramó al Gobierno tras un pucherazo monumental en las elecciones de febrero de 1936.

¿Podría Sánchez aspirar a ser el Messi de la política internacional? Todo podría ser, teniendo en cuenta que ya ha sido elegido presidente de la Internacional Socialista. Es verdad que esta Internacional está de capa caída y tiene muy poco peso político. Nadie aspiró a presidirla y eso produjo la escalada de Sánchez a la cima mundial socialista por aclamación.

Buena falta le hacía esta aclamación para acallar los insultos que en los últimos tiempos le acompañan cada vez que visita cualquier población española. Lo suyo son los viajes al extranjero, especialmente a países donde no le conocen y especialmente a los de color americano-bolivariano. Bueno, también le gusta viajar a Bruselas y fotografiarse con Ursula von der Leyen, a la que tiene encandilada y a la que atrajo hasta Alicante para fotografiarse con ella, sin que se haya tenido noticia de que Ursula trajera algún regalo de la UE para la provincia.

Fútbol y política son cosas de equipo y, si bien la selección argentina tiene buenos jugadores, no me negarán que el consejo de ministros está, y ha estado, lleno de grandes figuras, entre ellas varias mujeres. No seamos machistas y reconozcamos que Pedro I el Mentiroso acertó rodeándose de mujeres tan valiosas como Carmen Calvo, que se ha atrevido a abstenerse en una votación del Senado desobedeciendo al partido; Isabel Celaá (que sigue “triunfando” como embajadora ante el Vaticano, tras regalarnos una infumable ley de Educación que lleva su apellido); Irene Montero, Ione Belarra y un largo etcétera que culmino citando a Yolanda Díaz, la ministra y política más valorada, incluyendo a todos los líderes de todos los partidos.

Los encuestados por el CIS de Tezanos, un destacado socialista metido a dirigir un centro del Estado en beneficio de Pedro Sánchez y del PSOE (según creencia generalizada), suspenden a todos los políticos, pero llama la atención que Sánchez nunca salga malparado y menos el partido que maneja con puño de hierro, puño donde antiguamente había una rosa.

Se acabaron las rosas para Pedro Sánchez, pero se afianza en la Moncloa, aunque sea traicionando la socialdemocracia que trajeron Felipe González, Alfonso Guerra y otros líderes carismáticos socialdemócratas, como Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros, entre otros muchos, que ahora se sienten avergonzados por las alianzas de Pedro Sánchez, alianzas que son traiciones.

Las traiciones tienen nombres. Pero la gran traición es la rendición cobarde ante EH Bildu, en cuya dirección hay antiguos etarras y cuyos dirigentes homenajean a los etarras que salen en libertad y que nunca han condenado los crímenes de ETA. Si te alías con los amigos de ETA, te haces amigo de ETA, atendiendo a aquel dicho popular “los amigos de mis amigos son mis amigos”. Ser amigo de los amigos de ETA es ser un traidor a tus compañeros socialistas asesinados por los etarras.

Por eso creo que Pedro Sánchez, por lo que va a pasar a la historia es, sobre todo, como el gran traidor a sus compañeros socialistas vascos, a sus compañeros del Partido Socialista de Euskadi (PSE), los que le gritan “traidor” desde sus tumbas; doce tumbas, doce asesinados vil y cobardemente.

Estos son, por orden de fecha de asesinato, los doce grandes socialistas de la democracia:

• Juan González López (27-10-1979), afiliado socialista y militante de UGT.
• Enrique Casas Vila (17-10-1974), secretario de organización del PSE (Partido Socialista de Euskadi) y candidato a las elecciones autonómicas que se celebrarían tres días después.
• Vicente Gajate Martín (17-10-1984), policía municipal de Rentería y unos años antes concejal de la localidad.
• Fernando Múgica Hérzog (6-2-1996), histórico dirigente como su hermano Enrique, que fue Defensor del Pueblo.
• Francisco Tomás y Valiente (14-2-1996, ocho días tras el anterior asesinato), destacado jurista, expresidente del Tribunal Constitucional y profesor universitario, militante sin carnet del PSOE, como lo definían en el partido).
• Fernando  Buesa Blanco (22-2-2000), exvicelendakari del Gobierno Vasco.
• Juan Marí Jáuregui (29-7-200), exgobernador civil de Guipúzcoa.
• Ernest Lluch (20-11-2000), exministro. Tercer asesinato en el año 2000.
• Froilán Elespe Inciarte (20-3-2001), primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Lasarte-Oria.
• Juan Priede Pérez (21-3-2002), concejal del Ayuntamiento de Orio.
• Joseba Pagazaurtundúa (8-2-2003), jefe de la Policía Municipal de Andoain.
• Isaías Carrasco (7-3-2008) exconcejal de Mondragón.

Recordemos que ETA asesinó a 853 personas, de ellas 22 niños. Las víctimas no mortales suman siete mil, en tres mil quinientos atentados. Los herederos políticos de ETA y aliados de Pedro Sánchez siguen siendo independentistas. Hacen alarde de demócratas y de aceptar a “otros partidos, sectores políticos y personas que compartan nuestro objetivo… crear una Euskal Herría independiente”.

Es muy triste que el Partido Socialista de España haya virado hacia el Partido de Sánchez. ¿Podría cambiar Sánchez? Está envalentonado y hasta los menos forofos de su política se han transformado en seguidores. Ni los líderes de Catilla-La Mancha, Extremadura y Aragón le hacen mella. En el fondo, son unos cobardes. Critican a Sánchez, pero luego votan con Sánchez en el Parlamento y en el Senado. Les faltan las tres “uves” que recomendaba un famoso torero a un maletilla para triunfar en la profesión: “valor, voluntad y vuevos”. Sobre todo…