Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Historia

Las reales academias, tesoro y ciencia de España

Inauguración del nuevo edificio de la Real Academia Española el 8 de enero de 1894. Alrededores del edificio a la llegada de SS. MM. Obra de Juan Comba publicada en la revista "La Ilustración Española y Americana" (Fuente: Wikimedia).

España, a lo largo de la historia, adoleció acaso de una insuficiente implicación en lo que supone la cultura y sobre todo, la ciencia. Enfrascada en guerras imperiales y en conflictos  bélicos diversos, descuidó un tanto los aspectos inherentes a un progreso deseable. Sin embargo, hay que hacer constar que en estos aspectos hay bastante de leyenda negra sobre nuestro país, pues siempre hubo una minoría egregia que nos dignificó y rehabilitó.

Y una de las reservas de cultura y ciencia en nuestro país, si bien discreta, humilde, con ese trabajo constante poco visible pero efectivo, está en las reales academias, pues nuestros monarcas dedicaron un tiempo a este menester de protección del saber. Las reales academias son una prueba evidente de ello y en España todo un tejido orgánico, y en cierto sentido sistemático y organizado, el apoyo al saber se lleva a cabo a través de ellas. Son variadas y su labor, en la sombra, merece ser resaltada, dado que en los medios no se expone muchas veces toda la tarea ingente que hacen estas instituciones.

Si bien se fragua la idea en las centurias anteriores, es en el siglo XVIII cuando cristalizan en una realidad consolidada.

Escudo de la RAE con el lema, «Limpia, fija y da esplendor» (Fuente: Wikimedia).

La leyenda negra sobre nuestra nación oculta este hecho, pero lo cierto es que los siglos XV y XVI son un fermento de ideas y aportaciones, muchas aún por descubrir por la investigación histórica, sin las cuales las reales academias nunca podrían haber tenido como resultado la dichosa realidad actual.

Los monarcas ilustrados darían un nuevo y definitivo impulso a la creación y desarrollo de estas instituciones.

¿Cuáles son las características principales de estas entidades? ¿Qué papel desempeñan en la sociedad y cuáles son estas academias que están impregnadas por ese signo de realeza? Es nuestro ánimo incluir aquí esos puntos para darles la importancia que tienen, que no es poca.

Características principales

Las reales academias integradas en el Instituto de España son centros de pensamiento, cultura e investigación avanzada que están adscritos al Ministerio de Ciencia e Innovación y se hallan bajo el Alto Patrocinio de Su Majestad el Rey, asignando así a la Corona una alta misión y responsabilidad, muchas veces olvidada.

Buena parte de ellas surgieron durante la Ilustración, amparadas por la Corona de España como forma de establecer un sistema centralizado de instituciones culturales paralelo al formado por las universidades, que eran vistas como vestigios medievales incontrolables por parte del Estado. Suponen estas academias, en la práctica, un vehículo de investigación y de divulgación cultural, científica y artística dotado de un altísimo valor.

Enumeración de las reales academias

Podemos distinguir entre academias centrales (las de mayor rango), academias de distrito (que desempeñan, no obstante, una importantísima función colaboradora y enriquecen nuestra cultura) y otras academias (integradoras de una amplia panoplia de modalidades y peculiaridades).

Reales academias centrales.- Hay diez academias centrales, con sede en Madrid, a excepción de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras que alberga su sede en la Ciudad Condal y tiene un punto de encuentro con el lnstituto de España.

Son academias centrales: Real Academia Española (creada en 1714, la más antigua), R. A. de Jurisprudencia y Legislación (c. 1730), R. A. Nacional de Farmacia (c. 1737), R. A. de Historia (c. 1738), R. A. de Bellas Artes de San Fernando (c. 1752), R. A. de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1847), R. A. de Ciencias Morales y Políticas (1857), R. A. Nacional de Medicina (1861), R. A. de Ciencias Económicas y Financieras (1940), y R. A. de Ingeniería (1994).

Palacio de Goyeneche (Madrid), sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Fotografía de Carlos Delgado (Fuente: Wikimedia).

Academias de distrito.- Además, destaquemos las academias de distrito que  son instituciones asociadas al Instituto de España. Tienen las modalidades de: artísticas, científicas, científico-culturales, y de entidades locales.

Otras academias.- Bajo un amplio cajón de sastre podemos mencionar, muy variadas, otras academias.

Destaquemos algunas de ellas

El llevar a cabo una amplia caracterización de todas y cada una de estas instituciones, nos llevaría a hacer muy prolijo nuestro trabajo. Por ello, nos limitaremos a describir los principales rasgos, como una muestra representativa, de la institución más longeva, la Real Academia Española; de la más moderna, la Real Academia de Ingeniería; y una de las que trabajan en un campo de extraordinaria importancia y que supone un gran prestigio para nuestro país y de la que apenas se trata:  la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. No olvidemos que España ha dado a lo largo de la historia nombres ilustres en estas ramas del saber que son las ciencias (matemáticas, química, física, ciencias de la naturaleza…), como Julio Rey Pastor, Pedro Puig Adam y  Sixto Ríos,  entre otros. Ya en el Siglo XI brillaron los nombres de Azarquiel y Monje Oliva y en el Siglo de Oro tuvieron fama y nombradía Juan de Herrera y Martín de Rada, por solo citar algunos científicos hispanos.

No olvidemos a la Escuela de Salamanca con científicos ilustres españoles en los campos del Derecho, de la Economía y del Pensamiento.

Real Academia Española

Su sede está en Madrid, en la calle Felipe IV, en un edificio que constituye uno de los mejores ejemplos de nuestro patrimonio nacional. El edificio actual se fundó en el año 1713 y fue su fundador Juan Manuel Fernández Pacheco. Fue inaugurado —como sede permanente de la R. A. Española— en 1894, y está dotado de modernas instalaciones, armonizándose el estilo artístico original con las avanzadas concepciones necesarias para el mejor desempeño de las funciones que tiene encomendadas.

De carácter público, su propósito es el prescriptivismo lingüístico.

Retrato de María de Guzmán por Joaquín Inza y Aínsa (Fuente: Wikimedia).

Se dedica al estudio e investigación de la lengua española velando además por el correcto florecimiento de la misma y, para ello, publica diccionarios bien de divulgación, bien de normativa en el tema que es de su competencia.

Junto a 23 academias de la lengua correspondientes a cada uno de los países donde se habla el español, forma la Asociación de Academias de la Lengua Española. El lema de la academia es: “Limpia, fija y da esplendor”.

En 1784, Maria I. de Guzmán y de la Cerda, primera mujer doctora por la Universidad de Alcalá, fue admitida como académica de honor. Se cuenta entre las primeras mujeres académicas del mundo. No hubo otra mujer académica en la docta institución hasta llegar a Carmen Conde, académica de número en el año 1978. Afortunadamente, en la actualidad se va rompiendo este “techo de cristal”.

Real Academia de Ingeniería

Promueve la excelencia, la calidad y la competencia de la ingeniería española en sus distintos campos de actuación y disciplinas. Presta un eficaz asesoramiento estratégico en materias que tienen que ver con la ingeniería así como con áreas estrechamente relacionadas: la digitalización, la industrialización, el cambio climático, la energía, el medio ambiente, la experimentación, la innovación, el idioma (como vehículo de difusión de la ingeniería hispana) y la educación (algo tan necesario y fermento de futuro).

Está ubicada esta docta institución en el Palacio del Marqués de Villafranca, una auténtica joya del patrimonio histórico-artístico de nuestro país, en la calle don Pedro, en pleno casco histórico de la capital de España. Fue inaugurada esta espléndida sede por Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, en el año 2010.

Cuenta la Academia con un elenco de 60 académicos de número y 64 académicos correspondientes de 16 países, que forman en conjunto una red de excelentes profesionales de la ingeniería y de la arquitectura.

Antigua casa de los Marqueses de Villafranca (Madrid), sede actual de la Real Academia de Ingeniería. Fotografía de Luis García (Fuente: Wikimedia).

Un objetivo implícito de este organismo es el ofrecer un foro que haga posible el intercambio de conocimientos, opiniones e ideas entre el mundo empresarial y la ingeniería, una muestra clara de la apertura de la academia a la sociedad y a su realidad. Percibe la academia la ingeniería como un ingrediente esencial, el progreso y bienestar máximo de nuestra sociedad y busca y promueve a través de sus actividades la plena integración de la ingeniería en la cultura de España, así como el logro de un alto reconocimiento a la ingeniería patria por parte de la sociedad, y que esta la valore en su auténtica dimensión.

Un componente clave es la Fundación Pro Rebus Academiae, creada en el año 2005, a fin de incrementar las relaciones entre la institución y los miembros de la fundación. Hay un interés muy grande por “conectar” con las jóvenes generaciones de ingenieros y por renovar y “modernizar” la regia institución.

La RAI es miembro de Euro-CASE, la agrupación de las principales academias europeas y de CAETS, el Consejo Mundial de Academias de Ingeniería que agrupa a las academias de esta disciplina que son más descollantes en la esfera internacional.

Durante la presidencia de Antonio Colino Martínez, se ha dado un gran impulso a la academia. El doctor Colino es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, ingeniero eléctrico mundial (USA) y diplomado en Dirección General de Empresas. Es autor, con A. Martín Municio, del Diccionario Español de Energía. Posee la Medalla de Oro de la Sociedad Nuclear Española y la Encomienda de Número de la Orden de Isabel la Católica. Es un ejemplo de la importante élite existente en nuestro país en el campo de la ingeniería.

La academia goza de un amplio prestigio a nivel internacional.

Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

Tradicionalmente, se ha pensado que las ciencias exactas, físicas y naturales son unas de las asignaturas pendientes de España. Sin embargo, hay un “renacer” con las facultades de Ciencias que hay en las diversas universidades españolas, e incluso cada vez más la mujer se va incorporando a estas tareas investigadoras. Esta real academia pretende impulsar los grandes valores científicos de nuestra nación creando un estado de opinión en favor de estas disciplinas, y el gran potencial humano que nuestra juventud dedicada a las ciencias, representa y nos llena de esperanza.

De carácter público, está dedicada al estudio e investigación de las matemáticas, la física, la química y la biología, así como otras disciplinas relacionadas con la ciencia, y se integra en la estructura del Instituto de España. Se funda en 1847, en el reinado de Isabel II (su fundadora) y el presidente, J. María Sanz Serna, modernamente da a la docta institución un notable impulso y preconiza una modernización y actualización constante. Tiene su sede la academia en Madrid, en la calle Valverde.

Felipe II pintado por Tiziano en 1551. Conservado en el Museo del Prado (Fuente: Wikimedia).

Su primer precedente es la Academia Matemática de Madrid, fundada por el monarca Felipe II el 25 de diciembre de 1582, tras iniciativa del entonces arquitecto mayor Juan de Herrera. Incluso algunos historiadores hablan de la Escuela Palatina de la Corte de los Reyes Católicos como uno de los antecedentes y cuya principal misión era el proporcionar instrucción científica a los jóvenes cortesanos.

Felipe II, amante de la ciencia, contrató al cosmógrafo Juan Bautista Labaña Prado para la nueva cátedra de Matemáticas. Otros profesores de esta academia, bajo la égida de Felipe II, fueron Juan Arias de Loyola y Giuliano Ferrofino, sin olvidar otros nombres ilustres como Juan Cedillo Díaz, Juan Ángel, Cristóbal de Rojas y Pedro Rodríguez de Muñiz.

En el siglo XVII se encargarían de la docencia profesores del Colegio Imperial de San Isidro así como el grupo de jesuitas con Alejandro Berneto, Manuel de Campos y Pedro de Fresneda.

Con Carlos III destaca la docencia de Juan Bautista Muñoz.

Carlos III pintado, hacia 1765, por Anton Raphael Mengs y conservado en el Museo del Prado (Fuente: wikimedia).

La Ilustración española dio un nuevo impulso al anhelado espíritu academicista.

El 25 de febrero de 1847, reinando Isabel II, se crea oficialmente la academia bajo la presidencia de Antonio Ramón Zarco del Valle y Huet y José Solano de las Matalinares.

La última reforma estatutaria corresponde a un decreto del año 2001. Tiene la institución 54 académicos numerarios, 90 correspondientes nacionales y un número indeterminado de supernumerarios y correspondientes extranjeros. Dispone de una nutrida Biblioteca, única en su género, con más de 27 000 volúmenes y diverso contenido adicional, pero no menos valioso (revistas científicas, manuscritos, mapas…). Destacan las donaciones particulares, entre ellas las de José Echegaray, Fernando de Castro y la Fundación Juan March.

Como dato importante y digno de resaltar digamos que figuran cada vez más entre las personas  componentes de la docta casa  las mujeres científicas, aunque aún hay un largo camino por recorrer. Así, están Pilar Bayer Isant, María Ángeles Nieto Toledano y Verónica Bolón Canedo —entre otras—  siendo un deseo de la docta institución el ir aumentando progresivamente el número de académicas, para de este modo poner en valor y reconocer el importante papel de la mujer en el mundo de la ciencia.

En los estatutos figura como una de las funciones el  fijar y definir la tecnología científica y técnica, velando siempre por la especificidad del lenguaje. Concede la Medalla Echegaray que es el máximo galardón científico otorgado por la academia y que se instituye a instancias de Santiago Ramón y Cajal. Supone el reconocimiento de la trayectoria científica de un investigador. La primera mujer a la que se otorgó esta prestigiosísima distinción fue Margarita Salas Felgueras, en el año 2016 y el primer galardonado fue José Echegaray, en año 1907. Desde 1907 hasta 2022 ha sido otorgada 18 veces. En 2022, fue José A. Carrillo de la Plata el premiado. En 2018 se concedió esta preciada medalla a Mariano Barbacid, el gran científico español doctor en Ciencias Químicas.

Conclusiones

Como principales conclusiones podemos esgrimir las siguientes:

  • Las reales academias son unas instituciones que laboran por impulsar en nuestro país la cultura, el arte y la ciencia.
  • Están integradas por algunas de las más importantes personalidades intelectuales españolas.
  • Se hallan bajo el  Alto Patronazgo de la Monarquía.
  • Están en contacto con las más prestigiosas instituciones de análoga índole existentes en el mundo.
  • Hay un valioso intercambio de información con muy diversas instituciones.
  • Necesitan un mayor apoyo difusor, por los medios informativos, para lograr que el gran público conozca la extraordinaria tarea desarrollada por estos organismos depositarios del saber.
  • Son todo un fermento y un caldo de cultivo para fomentar vocaciones en nuestra juventud.
  • Dan prestigio a la ciencia y la cultura de España.
  • Permiten el mayor desarrollo de nuestro país en los diversos campos de actuación en ellas representados.
  • Su protección constituye una de las principales responsabilidades de la  Corona.
  • Se inscriben dentro del el manto coordinador del Instituto de España.
  • Sus publicaciones son un avance cultural de primer orden.

Estudiosos del tema

Tratando de efectuar una síntesis de los principales estudiosos del tema de las reales academias digamos que, a nuestro juicio, aquellos que han hecho posible un mejor conocimiento de tan trascendental epígrafe son los siguientes: Pilar Llull Martínez de Bedoya, Alonso Zamora Vicente, Víctor García de la Concha, Pedro Álvarez de Miranda, Marisa Fresno Martín, Dagmar Fries, Silvia Sanz, Jesús Carballo, J. M. Floristán, Montserrat Alberte…

Naturalmente, quedan en el tintero otros nombres pero estimamos que los aquí enumerados son una buena representación del colectivo de tratadistas que han profundizado en la difusión de los valores de las reales academias de nuestro país.

José Moratinos Iglesias

Doctor en Ciencias de la Educación, diplomado en Psicología, profundo conocedor de la Psicopedagogía e Instructor de Tiempo Libre con sus estudios de Magisterio.

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