Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

A deshoras

Las infantas se vacunan (también)

Infanta Cristina de Borbón. Fotografía: Sheila Lorquiana. (Fuente: Wikimedia) / Infanta Elena de Borbón. Fotografía: Juan A. Gimeno. (Fuente: UNED / Wikimedia).

Las infantas de España, Elena Borbón y Cristina Borbón (me gusta suprimir el de, no sé por qué) tienen derecho como todo el mundo a vacunarse contra el covid. Faltaría más. Pero no todo el mundo tenemos el riñón de pagarnos una excursión a Abu Dhabi, acudir al mercado «vacunil» de los jeques y jequesas, y encima con el pretexto de visitar con mayor seguridad a su anciano padre. Como si no hubiera en el país cientos de miles de personas (me incluyo) esperando el pinchazo para visitar a familiares y amigos que no vemos desde las Navidades de 2019 (es mi caso; llevo un año y tres meses sin pisar el Rey-no de Navarra, mi país de origen; luego he adoptado muchos más países; ahora casi me sobran países porque soy de todos los países del mundo mundial).

Ya está dicho y escrito casi todo, y todos los partidos (salvo el PP y Vox), han condenado el gesto, feo, de las princesas, que ya no forman parte de la Casa Real; son como princesas venidas a menos. A mí me ha dado mucha rabia, tirando a muchísima, porque las dos doñas, sin querer, han proporcionado munición, más aún, a toda la «podemia» y allegados que ya se refrotan las manos con el advenimiento de la Tercera República. Pablo Iglesias casi equipara la vacunación árabe de las «borbonas» con los escandalazos financieros del Borbón Tiburón. Ya me gustaría que don Iglesias, don Rufián, don Otegui… clamaran y se revolvieran por la escandalosa exclusión en la vacunación de los palestinos de los Territorios Ocupados (Gaza y Cisjordania).

Cito ese trío calavera y cito a toda la clase política con lo de Palestina: parias de la Tierra por obra y gracia, entre otros, ojo, de Netanyahu. Pero al trío, y a varios más, lo que les pone a tope son las doñas por una sencilla razón: beben los vientos por la Tercera República porque quieren un cambio de régimen político. Lo escribe un humilde republicano: yo mismo. Pero yo no quiero su Tercera República; ese es el truco del almendruco. Yo quiero la república de Macron (el mismo que empieza ya admitir un tema tabú en Francia: los excesos y las torturas en la Argelia de finales de los cincuenta). Y al final van a conseguir, los del trío, que algunos tengamos que defender a Felipe Borbón como mal menor. Manda huevos.

En conclusión: Elena Borbón y Cristina Borbón han hecho las primas. ¡Y de qué manera! Descerebradas.

Antonio Zardoya

Periodista.

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