Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Cuerpo a tierra

Las Hogueras o paren esto que me bajo

Mónica Nombela y Rosalía Mayor juntos a sus respectivos hijos en el racó de la APPA (Redacción).

Estas fiestas de Hogueras se suponía que las iba a pasar lejos del mundanal ruido —nunca mejor dicho, pues lo que ponen en las barracas y racós a partir de las 2 de la mañana creo que solamente puede ser calificado de tal—, cuando llegó el mando y me dio la noticia: “me opero de cataratas el lunes”, a tres días de las Hogueras. A ver, los que hemos sido criados en modo cuartel, lo que dice la madre no lo discutimos y va a misa. Faltaba más. Y no pasa ná, como diría José Mota, filósofo de la era de la IA.

Lo cierto es que ellas, nuestras madres, mandaban y mandan en la familia mucho más que el general del MOE en Rabasa. Así que llegó el cambio de planes, nada de ir al pueblo de mis abuelos en Ávila, El Barraco, que una madre es una madre y, aunque haga chi-kung y en los semáforos siempre me ande urgiendo para que arranque, tiene la edad que tiene y hay que darle prioridad a sus necesidades. Pues p’alante como los de Alicante y, ya que estamos, a la cervecita del racó de la Asociación de Periodistas, a ver la mascletá con “lar amigas”. Que se está divinamente, por cierto. Son unas cracs las tres mujeres que están llevando la APPA a un lugar hasta ahora desconocido, la primera nuestra presidenta y mi cuñá forever, la incombustible Rosalía Mayor, que no para y está ahí hecha un brazo de mar, atendiendo a todo el mundo. La segunda, Belén, la sonrisa permanente y siempre bien dispuesta. Y, por último, y no menos importante, mi sister, Marisa Ayesta, y digo lo de sister porque mi padre la re-bautizó como Nombela y además muchos nos confunden. Marisa igual sirve para un roto que para un descosido, o sea, para todo, y ahí está ahora como el cancerbero del racó de la APPA, vigilando que no se le cuelen muchos, que siempre hay quien le echa morro y por una cerveza por la patilla es capaz de inventarse cualquier cuento chino, por inverosímil que resulte.

Mónica Nombela es entrevistada en el racó de la APPA por la Radio UMH de la Universidad Miguel Hernández junto a sus amigas y contertulias de Mesa y Mantel, Ruth Martínez Aparici, de APSA, y Laura Segovia Miranda, escritora, comunicadora, agente inmobiliaria y un largo etcétera (Fuente: Radio UMH).

Esta mañana, según abro el ojo, mensaje de mi madre: “No viniste a dormir, ¿todo bien?”. Y es que ella no tiene a los palizas de la Hoguera Entre Playas, o como se llame, debajo de su ventana, dando la murga hasta las tantas de la madrugada. Pues sí, ése era el plan, irme a su casa para poder dormir, pero la noche se fue liando y una cosa llevó a la otra y en la hoguera Puente Villavieja del Mestre y Alicia se pasa genial. Son ya muchos años de compartir las fiestas con ellos, que son un amor. Creo recordar que, en el momento de más exaltación de la amistad de anoche, prometí vestirme de alicantina cuando salga su hija Marta de bellea. Madre del amor hermoso, ¡con lo que pesa el traje! Bueno, dicho está y ahí estaré si algo no me lo impide. Anoche, por cierto, no oí a los ya mencionados palizas, porque llegué a casa cuando estaban en fase de degradación bakalaera y empezando a apagar, aunque los tapones han vuelto a aparecer entre mis sábanas, signo de que tuve que ponérmelos otra vez hasta el cerebelo. El año que viene me hago unos de esos a medida, que cuestan una pasta gansa y, al parecer, te sumergen en un aislamiento total, según me dijo el escritor Manuel Vilas. Más barato que cambiarse de casa o de ciudad sí será, digo yo.

Mónica Nombela junto al expresidente de la APPA, Blas de Peñas y los compañeros periodistas Julio Pérez y José Germán Estela, en el racó de la APPA (Fuente: Redacción).

El caso es que estoy urgida por los dos lados, como en el mito de Escila y Caribdis. Esta noche en mi casa no me puedo quedar, salvo en el sofá, que vienen los amigos de mis hijos y ya no tengo cama. En su descargo y el mío diré que mis hijos creían que me iba a Ávila e hicieron lo que hemos hecho toda la vida, invitar a sus amigos en ausencia de los padres. Así que, como alternativa al sofá, me queda lo de irme a dormir a casa de mi madre, que es más arapahoe que yo y seguro que me oye entrar cuando vuelva a las tantas, nada más girar la llave de la puerta. Mañana me echará la bronca suavemente por llegar tan tarde, como yo si tuviera aún dieciocho años y no unos pocos más. No deja de ser tierno y, en cierto modo, rejuvenecedor. Ya ven que no tengo propósito de la enmienda pues tengo claro que, si no puedes con el enemigo, mejor únete a él y veo más productivo ir de cierrabares que pretender que Alicante —que, por cierto, está hecha un auténtico caos estos días y llena hasta la bandera— sea de otra manera más conciliadora con los festeros, pero no tanto. Menos mal que ya solo queda un día de fiesta, con dos largas noches.

Así que, visto lo visto, igual me quedo en la playa con los de las hogueras y veo amanecer, o me pongo un colchón en el garaje, que, total, para lo que voy a dormir lo mismo da. En el césped me da corte, que soy la presidenta de ésta nuestra comunidad y no quedaría bonito. Digo yo.

Mónica Nombela Olmo

Abogada.

4 Comments

Click here to post a comment

  • Escribes como dice Pedro y eres más lanzada -literariamente, claro- que Escila, la devoradora de hombres (sic) y no sé si tanto como Caribdis, que los trituraba de otra manera y por ello fue castigada por Zeus. En fin, que da gusto leerte. Un saludo cordial.

    • Oh, Ramón, muchísimas gracias, me siento muy honrada por tus bonitas palabras. Un abrazo 🥰