MANUEL ESPUCH, diseñador alicantino.
Han pasado 30 años desde que Manuel Espuch (Alicante, 1966) tocó por primera vez la tela. Toda su trayectoria ha estado caracterizada por su gran conocimiento de la costura y por el mimo que emplea en cada uno de sus diseños. Es uno de los diseñadores alicantinos más reconocidos y un apasionado de su trabajo.
—¿Cuándo se dio cuenta que ser diseñador era a lo que se quería dedicar?
—Muy joven, mi madre abrió una tienda de ropa y me enamoré. Yo era un mal estudiante y me lo permitieron, comencé a trabajar con mi madre y me di cuenta de que era a lo que me quería dedicar. Después comencé a estudiar cosas de diseño, corte y confección…
—¿En qué se inspira a la hora de crear sus colecciones?
—Yo trabajo mucho ropa a medida, y depende de la persona. El traje tiene que ir acompañado con el tiempo y la persona. Las colecciones son muy diferentes y cada año la inspiración te viene de una manera. Hay años que ha sido de una película, este año ha sido un cuadro regalo de bodas de uno de mis mejores amigos. Este año la colección se ha hecho con los colores que lleva el cuadro. Hay ocasiones que no tienes inspiración concreta, vas diseñando y va saliendo.
—¿Si en su trayectoria tuviera que destacar un acontecimiento cuál sería?
—Hay muchas cosas, pero una que me hizo muy feliz y me gustó muchísimo fue una iniciativa que llevamos a cabo en la cárcel de Villena, lo hicimos varios diseñadores de Alicante para enseñar a coser a las presas. Luego algunas de ellas, han creado una empresa de corte y confección. Me gustó mucho ayudarlas y ver como aprendían, así cuando salgan de la cárcel tienen algo con lo que ganarse la vida.
—¿Qué supuso para usted presentar su primera colección en 1982 en el Casino de Alicante?
—Fue una cosa espectacular, yo había comenzado hacía ocho meses a estudiar. Iba a una academia, donde aprendí corte y confección con un montón de señoras y era el “príncipe” de la clase. La gente iba a aprender a coser, para hacerse una falda, un vestido… A los siete meses presenté una colección, la profesora de la academia no quería, pero todos me apoyaron. Presentamos 15 ó 16 modelos y fue una emoción tremenda.
—¿Qué tendencias se estilan para este verano?
—Depende de donde preguntes. Gracias a Dios, la gente no va igual vestida. Hay grandes líneas generales como el blanco, vienen las líneas muy despegadas del cuerpo, ahora lo llaman oversize. Tallas grandes que insinúen el cuerpo, aunque también hay una serie de vestidos más ceñidos de cintura, pero con tejidos fluídos y con mucho movimiento.
—¿Qué le diferencia del resto de diseñadores?
—Cada uno es un mundo. Hay gente a la que adoro y muchos nos fijamos en otros, es de valorar que veamos una manga de Balenciaga y que esta nos inspire, considero que es de admirar. Mi profesora me definía siempre como Manolo “dos costuras”, me gusta la ropa tan “limpia” pero tan buena que es algo que me puede diferenciar bastante. La moda es efímera y va cambiando, lo que hoy nos gusta muy sencillo, dentro de dos años puede ser totalmente complicado y con muchas piezas.
—¿Qué opina de la producción de ropa de las grandes franquicias?
—Me parece que está fenomenal hecho, pero todas estás franquicias han hecho bastante daño al sector intermedio, ya que los grandes siguen estando ahí, la gente que quiere una firma la tiene, pero ahora la gente por poco dinero y con una prenda de no muy buena calidad, va a la moda y estupenda.
—Ha colaborado en proyectos solidarios como en programas de reinserción de reclusas con talleres de costura y ha organizado desfiles solidarios en beneficio de personas con dispacidad de la Asociación de Discapacitados Psíquicos en Alicante (APSA).
—Yo conozco a la presidente de APSA, a Rita Manero. Era clienta de mi madre, le compraba ropa y nos hicimos amigos. Hace mucho tiempo se hacía un desfile para APSA que colaboraban tiendas que estaban de moda, como Bámbola, Gololo, Maxmara…Empezamos a hacerlo hace nueve años y el éxito ha ido in crescendo, la gente ve mis vestidos, se van a Madrid a una Showroom, salen en prensa… La gente participa con la entrada, y todo lo recaudado es íntegro para la asociación. Todavía no sabemos el dinero de este año porque no hemos hecho todavía la reunión, pero faltaron sillas de la gente que había, y además quisieron colaborar varias empresas. Dar un empujón de dinero así, cuando lo está pasando tan mal la gente, es fabuloso, nos encanta hacerlo y seguiremos.
—¿Animaría a más diseñadores a participar en este tipo de actos?
—Sí, es fabuloso. Es una forma de mostrar tu trabajo, de tener tu clientela, de ver todo tu esfuerzo… Sobre todo encima si es por algo benéfico. Es un tándem, yo colaboro con APSA y APSA me ayuda a mí.
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