El próximo 28 de marzo del actual se cumplirá los 77 años de la muerte del poeta Miguel Hernández en la enfermería del Reformatorio de Adultos de Alicante, actuales juzgados de Benalúa, donde existe un monumento de chapa que se está oxidando, en recuerdo de que aquí murió el poeta por tuberculosis o lo dejaron morir por no trasladarlo a tiempo al Sanatorio de Pota-Coeli en Valencia. La Senda del Poeta, también conocida como Camino Hernandiano, corresponde a la ruta GR-125 que recorre unos 70 kilómetros en tres etapas desde la plaza de la Casa-Museo de Miguel Hernández en Orihuela hasta su tumba en Alicante. Este año está previsto que llegue el domingo 31 de marzo por la tarde al cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante.
La plazoleta de la Virgen del Remedio donde se encuentra su sepultura, que es la zona de personajes ilustres alicantinos como Gastón Castelló o Vicente Ramos, acogerá una ofrenda de flores y un acto poético de fin del camino, donde se nombrará a los senderistas del año y se recitarán poemas del poeta o dedicados a él. Entre las banderas que siempre ondean en su sepultura está la tricolor republicana y claveles rojos, gualdas y morados. Asistirán autoridades y otros muchos hernandianos.
La ruta está dirigida principalmente a escolares y jóvenes, aunque la pueden realizar todos aquellos que estén interesados sin importar la edad. Se hace noche en polideportivos y otros lugares que se habilitan especialmente para la Senda del Poeta. La Fundación Cultural Miguel Hernández, la Asociación de Amigos de Miguel Hernández de Madrid y su director Francisco Esteve, el “Institut Valencià de la Joventut” (IVAJ), la Universidad Miguel Hernández de Elche, la Federación Territorial Valenciana de Montañismo y los Ayuntamientos de Orihuela, Redován, Callosa de Segura, Cox, Granja de Rocamora, Albatera, San Isidro, Crevillente, Elche y Alicante organizan esta Senda del Poeta en homenaje al reconocido escritor oriolano. Años atrás acudían los concejales Miguel Valor –hoy alcalde- y Pablo Sandoval, concejal de Juventud.
Esta actividad lúdico deportiva se inició en el año 1998 y se viene realizando cada año coincidiendo con el fin de semana más próximo al día 28 de marzo, aniversario de la muerte del poeta. La Senda se efectúa a pie durante tres días saliendo el viernes por la mañana desde la Casa Museo de Miguel Hernández en Orihuela y finaliza el domingo por la tarde ante la tumba de Hernández, mujer e hijo en el cementerio Nuestra Señora Virgen del Remedio Alicante.
La compra del nicho
Poco antes de morir, las autoridades penitenciaras franquistas y el vicario D. Luis Almarcha obligaron a Miguel Hernández y a Josefina Maresa a contraer matrimonio eclesiástico el 4 de marzo de 1942, una ceremonia con un novio medio moribundo y una novia con un rostro doloroso de Virgen andaluza, por ser natural de Quesada (Jaén), como se puede apreciar en siguiente acta de matrimonio:
En mazo de 1952 se cumplían los primeros diez años de la muerte del poeta y también el plazo de la sepultura provisional para comprar el nicho a perpetuidad, de lo contrario sus restos mortales hubieran pasado a la fosa común. Josefina acude como siempre a Vicente Ramos y Manuel Molina en la Biblioteca Gabriel Miró de la calle Terol, ya que la viuda no disponía de las 2.042 pesetas que costaba la licencia municipal y el nicho en propiedad, de lo contrario los restos cadavéricos pasarían a la fosa común. Ramos y Molina acuden a sus amigos de Madrid: Buero Vallejo, Celaya, Aleixandre, Cela, en suscripción nacional y en dos meses reúnen el dinero para comprarlo. «La respuesta, felizmente, es masiva y el 29 de enero de 1952- escribe Luis Beresaluze (Biografía de Vicente Ramos, ECU, 2004, p. 65) pueden presentarse en el Ayuntamiento y pagar los derechos y las correspondientes 2.042 pesetas». Lo pusieron a nombre de Josefina Manresa. Parece ser que, ni la propia Josefina Manresa a través de María de Gracia Ifach en nota (196), p. 334 de su libro “Miguel Hernández, rayo que no cesa”, Barcelona, Plaza & Janés, mayo 1975, contaron después la verdad, al decir que la recaudación del dinero se lo atribuyeron a la iniciativa de Celaya. Josefina no quiso que se supiera que el nicho fue pagado por suscripción popular porque ello denigraba en cierto modo la dignidad de ella y de su familia. Josefina dice en la página 147 de su ya citado libro que «no contaron conmigo para molestar a tantas personas pidiéndole subvenciones sin necesitad». Entonces me pregunto ¿tenían o no tenían las 2.042 pesetas?
Transcurrido el tiempo, hoy tenemos los hernandianos un lugar de peregrinaje donde además encuentran enterrados Josefina Manresa Marhuenda, la esposa y custodia de su legado, y Manuel Miguel el segundo hijo del poeta.
(*) Nota: Ramón Fernández Palmeral es autor del libro: “Miguel Hernández, el poeta de las tres heridas”, de venta en Amazon y otros libros sobre el poeta y amigos contemporáneos.
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