Nos encontramos en el siglo XV con una mujer que no nació para ser reina, pero fuera de lo común y, me atrevería a decir sin temor a equivocarme, que excepcional. A día de hoy es recordada por su inteligencia, determinación, astucia y arrojo. En un mundo eminentemente de hombres supo afrontar con grandes habilidades políticas una vida de dificultades en la cual sembró la unificación de lo que hoy llamamos España, sin olvidarnos, posteriormente al gran imperio que daría paso en años posteriores.
Trastámara de cuna, Isabel I de Castilla nació el 22 de abril de 1451 en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) y ocupa el trono, no sin antes una guerra de sucesión, marcando una nueva era durante su vida, no solo por su enlace con Fernando de Aragón (1469), que consolida una paz entre castellanos y aragoneses, sino también por la expulsión de la península del último bastión musulmán de Granada, con la frase histórica de la madre de Muhámmad XII (conocido como Boabdil el Chico) diciendo la sultana Aixa: “Llora como mujer, lo que no supiste defender como hombre” cuando su hijo salió de la Alhambra, después de entregar las llaves a los Reyes Católicos, el 2 de enero de 1492. Y tengo que lamentar deciros que esta frase es posiblemente una farsa histórica que nunca existió (en otra ocasión hablaremos de las capitulaciones de Granada donde en ellas Boabdil exigía la libertad de culto para siempre).
Como anécdota de la mejor reina que ha tenido Castilla, como decían sus contemporáneos, y muestra de su astucia, logró la toma de Granada después de una larga guerra, con la rendición del rey de la antigua al-Ándalus. Isabel entra en la ciudad de Granada rechazando la oferta de rendición de Boabdil por la Puerta de Elvira, símbolo de la antigua dominación musulmana y que marcaría el final de la Reconquista y comienzo de una España unida. A mi parecer esto tiene connotaciones algo falsas, ya que Isabel y Fernando fueron reyes que respetaron (sobre todo Isabel) las costumbres musulmanas, y donde no es menos cierto, que a nuestra famosa reina le encantaba la cultura musulmana (ropas, comida, perfumes). Así que basta ya de estupideces de que no se cambiaba de ropa durante años, puesto que fuentes oficiales, como la del historiador y humanista Hernando de Pulgar, recogen los constantes baños de Isabel, los vestidos perfumados y arreglos al servicio de su persona, y que fray Hernando de Talavera incluso llegó a reprocharle el excesivo cuidado de su cuerpo (aseo) y alimentación que luego heredaron sus hijas.
La conquista de Granada
Y ¿qué me decís del apoyo a Cristóbal Colón sin escuchar las recomendaciones de muchos “expertos” de la época que decían que era una locura y que ese marinero no decía más que sandeces? Nuestra reina, con buen criterio y valentía, pensando que si lograba salir bien esa andadura de ese tal Colón iba a ser un engrandecimiento económico-comercial para España, apoyó lo que finalmente terminó con el descubrimiento de América, en 1492.
¿Era o no era una visionaria que consiguió abrir nuevas rutas comerciales y sembró el inicio de un imperio en que “no se ponía el sol” y que perduró durante siglos? Isabel alimentó la cultura y las artes, como muestra su apoyo a Antonio de Nebrija, reflejando el interés de la educación (ya podrían aprender nuestros políticos un poquito de esto) iniciando lo que sería la primera Gramática de la lengua castellana, una borna que contribuyó significativamente al desarrollo del idioma español.
A nuestra amada reina también le preocupaba el ámbito social con diferentes reformas y la creación de la Santa Hermandad para mantener la paz y la ley en todo el reino. Y si hablamos de la Inquisición y de su apoyo a ella, controvertido, al parecer, lo que quería fortalecer es el poder de la Iglesia Católica en la vida cotidiana ya que, no olvidemos, los musulmanes estuvieron en la Península Ibérica ocho siglos.
Isabel la Católica fallece el 26 de noviembre de 1504 en Medina del Campo (Valladolid), pero su legado en España y el Mundo perdura y nos recuerda constantemente la importancia de la determinación en la búsqueda del progreso y la unidad de nuestro amado país.
Muy interesante artículo, hay que saber nuestra historia y transmitirla. Enhorabuena
Jorge: Esperamos la segunda entrega de tu biografía y comentarios sobre Isabel la Católica, una figura tan colosal que no sé cómo los independentistas catalanes no han descubierto que nació en Cataluña, igual Cervantes y Colón. Un saludo cordial.