Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

La rebelión de los ‘mayores’ contra Pedro Sánchez

Felipe González. Fotografía: Blaues Sofa. (Fuente: Wikimedia).
La gran necedad de los jóvenes es prescindir de los que tienen experiencia y de los que poseen ciencia.

Por lo general los dichos populares, como los refranes, acumulan el saber de muchas generaciones. La vida del hombre es como un laboratorio y la humanidad ha ido avanzando en todos los órdenes paso a paso, con la experiencia de generaciones tras generaciones. Eso es lo que hace evidente el dicho de que ‘la experiencia es la madre de la ciencia’. Experimentando en los laboratorios se consigue el progreso científico. Pero el global progreso de la humanidad es fruto de todos los experimentos humanos a lo largo de los siglos. Somos lo que somos porque somos también lo que fuimos en nuestros antepasados. Incluso en los más recientes.

Tenemos que construir sobre los cimientos del pasado. Pero no para repetirlo, sino para mejorarlo. No se es absolutamente deseable, no es inteligente, repetir el franquismo. No es mínimamente aceptable lo que quieren algunas fuerzas políticas, a partir de Zapatero: lo de retrotraernos a la Segunda República, que, como sabiamente denunció Ortega y Gasset tras proclamarse la república que él y otros intelectuales apoyaron, hizo una Constitución para media España y contra la otra media. Que así acertó Ortega repitiendo, en cierto modo, lo que, varios años atrás, profetizó Antonio Machado con lo de las dos Españas:

Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios;
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Ahora que el ‘joven’ Pedro Sánchez y otros jóvenes y ‘jóvenas’ sociocomunistas llaman ‘fascistas’ a veteranos socialdemócratas de toda la vida y centroderechistas que se parapetan tras la sabia Constitución de 1978, la de la concordia (la hicieron derechistas, socialistas y comunistas), es necesario y hasta urgente clamar por la sensatez de todos los dirigentes políticos, llamándoles a la cordura; al principio inteligentísimo de respetar la experiencia, que no solo es madre de toda ciencia sino también de lo que debe ser la noble tarea de las política al servicio del pueblo, de todo el pueblo, no de una parte.

Es inaceptable que Iván Redondo califique de valiente a un Gobierno de Sánchez confundiendo valentía con temeridad irresponsable en el tema de los indultos, por poner solo un ejemplo de algunas de las decisiones del Ejecutivo sobre el llamado conflicto catalán; a la espera de ver qué sucede con la mesa bilateral, tras el encuentro entre presidentes del Gobierno y de Cataluña, un encuentro que los independentistas quieren presentar como ‘entre iguales’, algo absolutamente de locos. Me temo que Sánchez, ante tanto trato demencial sobre asuntos catalanes, se esté contagiando de demencia.

La gran necedad de los jóvenes es prescindir de los que tienen experiencia; de los que poseen ciencia. Es lógico que se haya producido la rebelión de los ‘mayores’ en el seno del PSOE histórico, una realidad sólida frente al inconsciente sanchismo ciego de soberbia y falto de respeto a los que sostienen la herencia de la socialdemocracia. Sánchez se cree tocado por la varita mágica de una nueva España, más joven y rompedora de tabúes. Solo que está cavando su propia tumba. Confiemos que no lleve a la tumba a todo el país. No creo que sea capaz de esto. Más bien creo que se irá a la tumba junto con sus más fieles. Se está suicidando, como Hitler, en su búnker, el búnker en que ha convertido la Moncloa, aislado de la sociedad española. Insisto en lo que ya dije una vez. Iván Redondo le ‘droga’ para que siga sordo y ciego caminando hacia el barranco común. Sordos y ciegos pero no mudos, pues siguen hablando y hablando. Y mienten más que hablan.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

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