Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Haciendo amigos

La puerta de Tannhäuser

Óleo de Tannhäuser en el Venusberg, pintado por John Collier en 1901. Cuadro de la galería de Arte y librería Atkinson (Fuente: Wikimedia).
Alguien pensará que son lágrimas perdidas en la lluvia.

Pero es que yo he visto cosas que todos hemos visto y ha sido en Alicante (*). En una nueva dimensión, un lugar donde todos podemos ser escuchados, citados, consultados y hasta atendidos. Tan es así, que hasta cumpliremos puntualmente nuestra cita de ese domingo de cada cuatro años.

Ahora se puede pedir y se hace con prisas, con premura, algún temor hay de que dentro de poco se acabe la tregua, se vuelva al caracol y se acabe la fiesta de la democracia.

Y mientras… Los dependientes dependiendo de la Consellería, las familias de los dependientes dejándose lo que no tienen hasta que les llegue la miserable y embaucadora tamboriná. Alicante la última de la fila una y otra vez y acudiendo, cual Oliver Twist, a mendigar lo suyo a Valencia o a Madrid. El otro día, la ministra dijo en un foro que le han dado dinero y proyectos a todos los sitios, menos a Alicante. Pero sí que hay para otras galaxias:

  • Barcelona
  • Madrid
  • A Coruña
  • Sevilla
  • Granada
  • Oviedo

Nuestros representantes votando que sí a que esto continúe. Del Hércules… mejor no hablamos.

Pero ahora podemos ser escuchados, nos sonríen y contestan, saludan por la calle y se rodean de pitufos a los que poder dominar y de palmeros y compañeros de footing matutino que se dejan ganar en el sprint. Qué lástima que algunos, ya “talludicos”, se dejen asesorar por trepas históricos y paniaguados eternos con buena prensa, que dejen fuera de juego a quienes dominan el terreno y se entreguen a gurús infalibles y todopoderosos. Panorama para matar o para morir.

Si, seguro que son lágrimas perdidas en la  lluvia: sentir que la solución es más difícil que seguir en el problema y eso te hace meterte en la dinámica de ignorar lo tuyo, de pensar en otras cosas, en hacerte del Madrid o del Barça y de irte a vivir fuera, a abandonar donde naciste, jugaste, te enamoraste, y partir a tierras lejanas como Mutxamel, El Campello o incluso el más allá: Altea, Santa Pola, etc. Así todos somos culpables y nadie tiene la culpa. Así somos débiles y todos se atreven contra nosotros, llega el Olot y nos mete dos y seguimos volviendo a casa por la senda de los elefantes, cruzamos la puerta de Tannhäuser o el Portal de Elche y nos la han vuelto a meter doblada, lágrimas en la lluvia.


(*) En la película Blade Runner (1982), el monólogo del replicante Roy Batty, conocido como Lágrimas de la lluvia, se ha convertido en uno de los más famosos de la historia del cine: «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Naves de ataque en llamas más allá del hombro de Orión. He visto brillar rayos-C en la oscuridad, cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir».

Pedro Picatoste

Empresario e historiador.

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