Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Sin recortes

La pérdida de confianza en los medios de comunicación: no me lo creo

Fuente: Freepik.

Leo la prensa a diario desde que tengo uso de razón. Desde los medios orales, audiovisuales a los escritos, siempre han sido mi base de recepción en la obtención de datos de la realidad. ¿Qué ha sucedido?, ¿quién ha sido el protagonista del suceso?, ¿dónde se ha realizado?, ¿cuándo ocurrió? y, finalmente, ¿por qué ha sucedido?, han sido siempre los elementos, aparte del cómo se han desarrollado, para entender una cotidianeidad que no siempre es sencilla, sino al contrario, compleja. Presuponemos que los autores de esos textos responden en sus noticias a esta regla de contenidos —conocida en el mundo anglosajón como la regla de las 5 W (what, who, where, when y why)— con la mayor veracidad y objetividad posible. Solo así podemos tener la información suficiente, con su contextualización correspondiente, para formarnos nuestra propia opinión y tener una versión real de los acontecimientos. Pero los estudios de la percepción de la población sobre la veracidad de los contenidos que los medios ofrecen en la actualidad aportan una interpretación bien distinta.

Así, he podido conocer el análisis Digital News Report España 2023 realizado por la Universidad de Navarra y comisionado por el Instituto Reuters. Así, se concluye que solo un 2 % de los españoles confía plenamente en los medios, mientras que el 49 % de los usuarios ha visto críticas hacia los medios en redes sociales, lo que refleja la extensión de esta realidad. El principal problema de la credibilidad de nuestra prensa es la politización de la información de manera que algunos medios han adoptado posturas partidistas, lo que conduce a la percepción que las noticias están sesgadas. Además, el sensacionalismo y el cieberanzuelo —conocido por el término inglés del clickbait— sacrifican la calidad y la veracidad de la información en aras del incremento de la audiencia. A su tiempo, la proliferación de noticias falsas ha contribuido a la desconfianza de los lectores. Los datos del estudio citado aportan cifras preocupantes: el interés por las noticias ha disminuido significativamente, pasando del 85 % en 2015 al 51 % en 2023; sólo un 33 % de los encuestados confían en la información de los medios mientras que un 40 % desconfían claramente. Una desconfianza y un creciente desinterés de la audiencia que debe de provocar en los medios tradicionales una reflexión de fondo: tener un éxito en la publicidad institucional no representa ser una cabecera con opciones de futuro a largo plazo si no se obtiene una valoración firme y rigurosa de sus contenidos.

Tal vez esta pérdida de credibilidad puede apuntarse a otras esferas de nuestra sociedad. Un caso similar puede aplicarse a los liderazgos: dejamos de creer en las promesas de quienes se presentan como salvadores de nuestra sociedad o institución. La subjetivización en la transmisión de sus mensajes, el incumplimiento de sus promesas o la falta de autocrítica potencian, sin ninguna duda, esta percepción. Por este motivo, la abstención va creciendo en los diversos procesos electorales porque ningún candidato o candidata recibe el apoyo de este numeroso colectivo. La descalificación automática del contrario de quien gobierna, sin la asunción de los incumplimientos o posible mala gestión de algunos aspectos, ensombrece unas campañas electorales que no fomentan el debate o la contraposición de ideas. El «y tú más» se convierte en una especie de mantra de quien irresponsablemente no es capaz de defender con convicción su acción de gobierno y fomenta el «todos son iguales» que expresa la ciudadanía. Sin una comunicación veraz y objetivas, desde el papel de los medios de comunicación o de los gabinetes encargados en cada forma de gobierno difícilmente podremos ofrecer una visión auténtica de la realidad y acabaremos viciando los procesos de esta índole y dificultando la libre decisión de los electores en el ejercicio de su voto. Tomemos nota, pues, y apliquémoslo en el ámbito en el que nos encontremos.

Carles Cortés

Catedrático de universidad y escritor.

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  • Graves y complejos asuntos plantea usted, admirado catedrático y escritor, al que leo con gusto siempre porque hay en sus escritos densidad de fondo y esmero en la forma. Hoy encuentro problemáticas muy complejas y muy interesantes tanto en lo que se refiere a medios de comunicación como al campo de la política. Tiempos muy convulsos en ambos campos como consecuencia de una sociedad nacional e internacionalmente lastrada por la ausencia de grandes líderes. En Occidente no hay mas que esto: mediocridad insultante en Estados Unidos y, en la Unión Europea, ausencia de cohesión en muchos asuntos trascendentales. ‘Tomemos nota’. Un saludo cordial.