El magistrado Pascual Ortuño es uno de los referentes en mediación no solo en España, también dentro del marco europeo donde los métodos alternativos a la “justicia tradicional” se van imponiendo poco a poco.
El mismo título del libro “Justicia sin Jueces” parece una contradicción viniendo, precisamente, de un magistrado de tan larga trayectoria como Pascual Ortuño (ocupó la dirección de la Escuela Judicial en Barcelona y ha sido también Director General de Justicia de la Generalitat de Catalunya, por citar dos de sus múltiples cargos). Sin embargo, la obra contiene un completo manual de los diferentes métodos vigentes para afrontar un conflicto sin necesidad de llegar a un tribunal.
Problemas en la administración de justicia, lentitud, falta de medios, legislación garantista y otros elementos llegan a lastrar los procesos y, cuando el juicio llega, la causa parece haber cambiado por ese inexorable paso del tiempo que todo lo cambia o altera. Una de las ventajas de estos sistemas alternativos es, precisamente, la inmediatez que se puede aplicar a la resolución del conflicto.
Pero hay consideraciones de otro carácter, el autor llega a afirmar que “una demanda es una declaración de guerra, pero que no deja contento a nadie, ni incluso a quien la gana”. Y otro de los factores que han cambiado este concepto de la Justicia son los tiempos en los que vivimos, desde la Ilustración, que recoge el “imperio de la Ley” como derecho de defensa de débiles ante poderosos, a un sentido pragmático de la legalidad y la justicia para la vida cotidiana del s XXI.
La mediación inició su andadura en los conflictos de separación y divorcio donde, problemas objetivamente menores se convierten en “causa belli” para la pareja que se separa y, que son todavía más graves cuando hay hijos de por medio. Este sistema de mediación civil se ha ido abriendo paso en un alto porcentaje de casos que no necesitan llegar a la imposición de una sentencia dictada por un juez, que en la mayoría de los juzgados se encuentra sobrepasado de casos pendientes.
Al autor le causa preocupación la “agresividad social” que se produce previa a un demanda, frases como “nos veremos en los tribunales” o “lo he puesto en manos de mis abogados”, y viene a demostrar, con casos reales que se recogen en su libro, que los resultados son casi siempre desastrosos para todos.
Pascual Ortuño nació en Yecla, en la transición militó en el partido comunista y ahora, dice, “creo en el pluralismo ideológico, y en el panteísmo religioso en cuánto a que todas las religiones comparten una espiritualidad común”. En un diario de Barcelona donde recientemente le realizaron una entrevista, el redactor titulaba con una frase suya “Un juez debe ser humilde y debe saber escuchar”, quizás lo que mejor define a este juez que aboga por una Justicia diferente, incluso sin juicios.
“Justicia sin Jueces” se presenta el próximo jueves, a las 18’30 h en el Juzgado de lo Social, edificio de cristal, en la calle Pardo Jimeno, 45 de Alicante.
Junto al autor estarán presentes Juan Carlos Cerón, presidente de la Audiencia Provincial, José García Añón, director general de Reformas Democráticas y Acceso a la Justicia y Fernando Candela Martinez, Decano del Colegio de Abogados de Alicante.
Comunista: ejerce la ley y, como sabes pero no tienes los cojones para tomar una decisión haz, o decide, lo que sea para encontrar culpables y condenar a los protestantes que estén fuera de la LEY y que paguen por destruction causadas.