Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Sociedad

JUNTAS+ de la Fundación Dasyc, crecimiento desde la exclusión para mujeres valiosas

Grupo de mujeres de una de las ediciones (Fotografía: Fundación Dasyc).

En los últimos 3 años han pasado 52 mujeres por el programa JUNTAS+ que la Fundación Dasyc desarrolla en Alicante. Son mujeres que llegan a través de los servicios sociales de la ciudad de Alicante y de entidades que trabajan directamente con la mujer en riesgo de exclusión social.

“Aunque estas mujeres son de diferentes tipos, tienen varios puntos en común —comienza a explicar Ana Tomás Perán, voluntaria formadora del programa JUNTAS+—. Son, en general, mujeres con pocos recursos económicos, la mayoría solas, sin pareja y con poca o ninguna ayuda familiar. El motivo principal que las trae a JUNTAS+ es la búsqueda de empleo. Además, tienen otros problemas como la falta de recursos para compaginar la atención de sus hijos con horarios laborales; otro es la burocracia para regularizar su situación en España y obtener sus papeles. Esto les impide mucho acceder a trabajos dignos. Por otra parte, las que tienen formación tampoco pueden ejercer ya que la homologación de sus títulos es muy costosa en tiempo y en dinero. Otro tipo de exclusión es la edad. Muchas alumnas están en la franja de los 50 años, dedicadas al cuidado de la familia y, debido a la situación que atraviesan, necesitan aportar ayuda económica al hogar. O están separadas debido a maltrato o cualquier otro motivo”.

El embrión de JUNTAS+

Esta realidad social, este desequilibrio humano, esta cada vez más cercana evidencia, propició que la Fundación DASYC empezara a trabajar con mujeres en riesgo de exclusión social y víctimas de violencia de género en el año 2001, en un Centro de Acogida en Alicante, donde un alto porcentaje de las mujeres que vivían allí de forma temporal, habían sufrido malos tratos por parte de sus parejas, se encontraban sin trabajo, con hijos menores a su cargo y en una situación límite a nivel personal, psicológico y laboral.

Todas estas mujeres tenían en común la falta de afectividad, baja autoestima y sentimiento de culpabilidad. Las situaciones que habían atravesado se acrecentaban si además tenían alguna adicción, problemas con la justicia o inexistente apoyo familiar. También hay que destacar que no tenían ninguna cualificación profesional, por lo que se hacía difícil su inserción laboral.

Reunión de Juntas+ en El Claustro (Fotografía: Fundación Dasyc).

Tras unos años con esta iniciativa, en 2011 se da un giro al proyecto y, gracias al talento y esfuerzo de una voluntaria, se consiguió, a través de reuniones de grupo y actividades de ocio saludable, fomentar la reinserción social de aquellas beneficiarias, de las mujeres en riesgo de exclusión social que seguían llamando a las puertas de la Fundación Dasyc.

El paso siguiente, el que lleva a JUNTAS+ a su existencia actual, es la incorporación de Ana Tomás Perán y otra voluntaria, que consiguen que JUNTAS+ se fortalezca y se oriente a potenciar en todas estas mujeres sus habilidades sociales, aumentar su autoestima y favorecer que todo este aprendizaje se vuelque en las vidas personales de estas mujeres y en su búsqueda de empleo.

Autoconfianza, autoeficiencia y autoestima

Comenzábamos esta entrevista con las palabras de Ana Tomás Perán, voluntaria formadora de JUNTAS+. Esta generosa voluntaria es docente y coach, especializada en el ámbito educativo, experta en orientación profesional y entrenamiento de habilidades. Ana Tomás Perán cuenta con una amplia experiencia en despertar el talento, la vocación y en el desarrollo de competencias complementarias y pone todos sus conocimientos a disposición de estas mujeres que solo quieren trabajar, sentirse útiles y acompañadas en sus diferentes entornos.

Explica Ana que “la formación, segunda fase del proyecto JUNTAS+, dura 4 meses; se realiza una clase semanal de 2 horas, con la misión de crear un punto de encuentro efectivo entre las características que presentan las mujeres y las oportunidades que brinda el mundo laboral. Se trata de ofrecer a las participantes las herramientas necesarias para que, una vez terminada la formación, sean autosuficientes para continuar su camino”.

En cuanto al desarrollo de la formación, explica: “el primer bloque del curso trabajamos el autoconocimiento, motivación y gestión de emociones, para aumentar su autoconfianza, autoeficiencia y autoestima. Las participantes toman conciencia de sus cualidades, habilidades y fortalezas para después poder enfocar su salida laboral con sentido, fomentando su autodesarrollo. El segundo bloque está destinado a la formación en áreas básicas para acceder a un puesto de trabajo. Las ayudamos a realizar un buen currículum, una carta de presentación, acceder a los portales de empleo, así como a realizar una eficiente entrevista de trabajo. Y, por último, el tercer bloque, destinado a la formación de conceptos básicos de informática y nuevas tecnologías, según el perfil y las necesidades de cada una de las alumnas, se tuvo que suspender por la pandemia”.

Algunas de las formaciones del Programa JUNTAS+ tienen lugar en el Centro de Asociaciones y Voluntariado, en Serrano, 5, Alicante.

Cuando el ciclo termina, cuenta Ana, “las participantes tienen más conocimiento sobre ellas mismas, se valoran más. Además, realizan como trabajo final de la formación un plan de acción que les permite seguir adelante una vez acabado el curso. Es una realidad que el objetivo de este proyecto va mucho más allá de ayudar a las alumnas en la búsqueda activa de empleo”, termina Ana Tomás Perán.

JUNTAS+ significa aumentar la seguridad y la autoestima de mujeres en riesgo de exclusión social, es desarrollar el potencial y/o reparar funciones de las mujeres para que puedan alcanzar la integración interpersonal e intrapersonal y consecuentemente alcanzar una mejora en su calidad de vida, mejorar o aprender estilos de afrontamiento, resolución de problemas y toma de decisiones y fomentar algo tan necesario como inexistente en estas mujeres, avivar y restituir sus estilos de comunicación y habilidades sociales adecuadas.

Mujeres Valiosas

Cuando preguntamos a Ana Tomás Perán cómo definiría el cambio que nota en las mujeres tras su paso por JUNTAS+, responde que es “difícil definirlo con palabras. Las noto más ilusionas, más motivadas. Sonríen, la expresión de sus caras es diferente al final de la formación. Las noto más seguras y, sobre todo, algo que para mí es muy importante, se dan más valor”. Es entonces cuando Ana recuerda una anécdota y la cuenta: “Siempre hacemos un grupo de WhatsApp para facilitar la comunicación durante y posterior a la formación (de hecho, tenemos tres grupos de WhatsApp activos). Pues bien, al principio “Formación JUNTAS+” es el nombre del grupo, cuando llevamos algunas semanas les pido que decidan entre ellas el nombre del grupo. ¿Sabes qué nombre decidieron las alumnas de la última promoción? ‘Mujeres Valiosas’. Eso fue una gran satisfacción, se autocalificaban como valiosas, concepto bastante distante para estas mujeres que se enfrentan con tantos problemas en su vida diaria”.

Creo, continúa Tomás, que el balance que puedo hacer sobre JUNTAS+ es de un proyecto “muy positivo y muy necesario. Veo, noto, analizo cómo la mayoría de las alumnas llegan perdidas, con situaciones de vida muy complicadas y se encuentran con la orientación y el acompañamiento que les brinda JUNTAS+ y lo agradecen en alto grado”.

“A veces —explica Ana— estas mujeres encuentran que este es su único espacio donde poder formarse y dicen ‘Bueno, pues me formo aquí’ y cuando terminan, vuelven a encontrarse con el problema de los papeles, ya que sin ellos no pueden tampoco acceder a otras formaciones de otras entidades. También, en bastantes casos, se encuentran con la dificultad del idioma, que no dominan nuestro idioma. Es entonces cuando a veces hay que solicitar ayuda a otras voluntarias que puedan traducir y ayudarnos a entender, o derivarlas a las clases que la Fundación DASYC pone a su alcance a través del proyecto FORMA-T”.

Cuando finaliza la formación de JUNTAS+, preguntamos a Ana Tomás Perán, si existe algún programa de continuidad para estas mujeres, y nos responde que: “Sí, aunque la Fundación Dasyc siempre está ahí, pueden engancharse a otros proyectos como FORMA-T (formaciones más especializadas para la capacitación de competencias) o INCORPORA-T (acompañamiento personalizado y bolsa de empleo)”.

Ana Tomás impartiendo formación a jóvenes.

Ana Tomás Perán, cuya formación ha pasado por realizar Coaching Personal y Ejecutivo certificada por Asesco, Liderazgo Emocional certificada por ICF, Máster en PNL certificada por la Asociación Española de PNL, CoachingxValores certificada por Simon Dolan y Analista conductual. Método DISC, certificada por People Performance, ofrece un generoso y valioso tiempo de calidad y profesionalidad al servicio de estas mujeres que, de otra manera, carecerían de esta formación y de este crecimiento perfecta y expertamente canalizado para lograr su autoconfianza, autoeficiencia y autoestima.

Cuando Ana Tomás Perán deja su quehacer como voluntaria en la Fundación Dasyc, participa en proyectos de innovación docente, es formadora en la Escuela de Oratoria de nuestra compañera de la Asociación de Periodistas de la provincia de Alicante, la periodista Marisa Picó, y docente en el Centro de Formación para formadores (Cefire).

En cuanto a ser voluntaria, preguntamos a Ana sobre sus sentimientos, sobre qué siente al coordinar JUNTAS+, sobre qué le aportan todas estas mujeres que crecen al amparo de este programa. Y nos contesta que siente “una gran satisfacción. Es muy gratificante ver la transformación que experimentan y sentir que he podido aportarles algo. Respecto a qué me aportan, son mujeres muy valientes, para mí son un ejemplo de valentía y coraje. Y también me hacen tomar conciencia de que existe otra realidad diferente a la nuestra y, en un mundo tan cambiante, la vida te puede dar un revés en un momento dado y cualquiera se puede encontrar en una situación parecida, en el otro lado”.

JUNTAS+ y su significado para tres mujeres

De ese más de medio centenar de mujeres que han pasado por el programa JUNTAS+ de la Fundación DASYC, hemos charlado con tres de ellas, que han formado parte de los equipos de las tres últimas ediciones. Ellas son Irene Tchilombo, de Angola; Rudmary Hurtado, de Venezuela y Zaynab Cortés Peralta, de Perú. Tres mentalidades, tres países de procedencia diferentes, tres vidas para reiniciar en España y tres formas de vivir el programa JUNTAS+.

Con el grupo podemos encontrar a Ana Tomás y a Alba Pérez (la tercera empezando por la izquierda en la fila inferior), delegada de la Fundación Dasyc en Alicante.

Irene Tchilombo Cativa, mujer de armas

Irene Tchilombo Cativa es angoleña; habla portugués nativo y tiene la licenciatura en Lingüística portuguesa, por el Instituto Superior de Ciencias de la Educación, de Angola. También habla y escribe en español e inglés bastante bien y se defiende en francés e italiano. Decidió venir a España por “la mala gestión de mi gobierno, la corrupción, el maltrato al ciudadano; la pobreza en sí”, nos cuenta. Cuando llegó a España sintió, por un lado, “que había cumplido con una parte de mis objetivos, que era salir del medio de los ladrones de aquel gobierno; y, por otro lado, también encontré algunas dificultades”. De hecho, la prueba más difícil que ha tenido que superar desde que está en España es, en sus propias palabras “quedarme con mis hijos más de 6 meses sin una alimentación saludable, sin ayuda económica, y eso, sin hablar de las necesidades básicas”.

Irene habla de su vida como si de un cuento se tratara, lo ha escrito y también ha puesto título: “Mujer de armas”. Así es la narración: “Había una vez en un país muy lejano, en el Sur de África, se llama Angola. Allí nació una niña llamada Irene, cuyos padres se llaman José Cativa y María de Fátima Tchiombo. Irene tenía 5 hermanos, de los cuales 3 eran chicos y 2 chicas, que se llevaban muy bien. Irene tuvo una infancia muy bonita, aunque sus padres se separaron cuando solo tenía 5 años; Irene entonces se fue a vivir con su madre y 3 hermanos. Su madre era profesora de Primaria, motivo por el que nunca dejaron de ir a la escuela.

Vivían en pobreza, con dificultades para adquirir bienes de primera necesidad, pero como su mamá era luchadora y trabajadora, nunca permitió que faltara comida en la mesa. A pesar de las dificultades, Irene y sus hermanos lograron ir a la universidad y consiguieron buenos trabajos y, en la actualidad, son todos independientes y bien posicionados socialmente.

Irene vivió en un monasterio de monjas desde los 15 años hasta los 22. A los 23 años ingresó en las Fuerzas Armadas Angoleñas, donde adquirió rango de capitán del ejército angoleño”.

Texto escrito por Irene Tchilombo.

Irene en JUNTAS+

Irene echa de menos su país, nos cuenta, sobre todo su “familia, trabajo, y vida en general”. Mientras, en su vida en España, asegura que va avanzando en la consecución de sus objetivos en este país y que, si de ella dependiera cambiar algo para que, al llegar a España, la situación mejorara para los emigrantes en general y las mujeres, en particular, “cambiaría las leyes de migración, que son absurdas. Estas leyes no nos ayudan mucho porque son paradojas. Se necesita una ley que proteja al inmigrante y a sus familias. Que hubiese gestiones administrativas que se realizaran con el pasaporte, una vez que, por alguna razón, se deniegue el asilo. En definitiva, leyes que protejan más a las mujeres, ayudándolas en el mercado laboral, en su socialización…”.

Irene Tchilombo.

Irene ha pasado por el último programa de JUNTAS+, que se ha realizado en 2021 a pesar de la pandemia; han podido juntarse en reuniones virtuales y notar la presencia de las demás, aunque fuera a través de una pantalla. Irene dice que “¡por supuesto!” estar con otras mujeres le ha ayudado; que, precisamente, lo que más le ha satisfecho de este programa ha sido “el contacto con otras mujeres, conocer a las formadoras, y los cursos en general que ofrece la Fundación Dasyc”, que todas las facetas que componen el plan integral de JUNTAS+ le han parecido “necesarias” y que, entre otros aspectos, resume como enriquecedor haber aprendido a “jugar con mis hijos, a poner límites con las pantallas… cómo hacer un buen currículum o cómo enfocar y realizar una carta de presentación…” por nombrar algunas de las formaciones que se imparten en los módulos que realizan en JUNTAS+”.

Rudmary Hurtado: “Si nos apoyamos las mujeres, somos invencibles”

Rudmary Hurtado es venezolana. Llegó a España hace unos años con su padre y esposo huyendo de la situación que había en su país, “fue prácticamente lo que nos impulsó a venir. Además, mi hermana y mi madre ya estaban aquí. En Venezuela en ese momento la situación no era fácil sobre todo el tema de seguridad. Huimos de la violencia que se vivía y el estrés que eso genera es horrible. Salir a la calle con el miedo a ser robado, asesinado o secuestrado no es vida”.

Sigue explicando Rudmary que “al llegar, imagino que como todos cuando llegan a un nuevo país huyendo de la problemática del suyo, uno se siente abrumado, pero con la esperanza y la fe puesta en que ya todo saldrá bien. Llegar a un país donde se comparten muchas costumbres es una ventaja indiscutible; el tema del idioma es otra ventaja aun sabiendo que hay palabras que No significan lo mismo o no tienen la misma connotación. Las dificultades siempre se presentan sobre todo para el acceso a la información y acceder a ciertos trámites”.

Vive en Alicante, ha creado su propia familia, aunque sigue acordándose de su país. Cuando le preguntamos qué es lo que más echa de menos, nos dice, “aunque los venezolanos y españoles compartimos muchas costumbres, siempre hay algo que uno extraña. Se extraña a la familia, las reuniones y compartir con ellos, los amigos, algún producto típico. Eso sí, cuando eso sucede, compartimos un producto típico lejos de mi país, siempre es lo mejor”.

Proyecto de vida de Rudmary Hurtado.

A lo largo de nuestra conversación, Rudmary hace especial énfasis en algunas palabras, que nos pide pongamos con mayúscula. Palabras como No, Sí, Mujer o Momento, porque tienen una significación especial, porque quiere recalcar de algún modo su importancia, darle un mayor protagonismo dentro de la frase. El No que diferencia la lengua entre ambos países, aunque nunca ha sido un problema para entenderse en España; el Sí de la gente que quiere aprovecharse del vulnerable y eso hay que contarlo; el Momento, el largo e interminable momento de pertenecer a la familia Dasyc y sentirse acompañada desde que entró a formar parte de la misma; y el término Mujer, que significa no solo una diferenciación biológica sino también la aseveración de que la unión de muchas Mujeres da la fuerza a todas ellas.

“La Fundación Dasyc siempre está ahí”

Rudmary ha estado en el programa previo que realizó la Fundación Dasyc antes de que naciera JUNTAS+. De esa etapa recuerda: “Yo estuve en el programa anterior de la Fundación Dasyc, que también tenía los mismos fines. En la Fundación nos enseñaron muchísimas cosas. Aunque si algo aprendí allí fue la fortaleza que como Mujer tenemos… Que la constancia y el plantearse metas es primordial para lograr las cosas. Que si entre mujeres nos apoyamos simplemente somos invencibles. Y sobre todo, aprendí a soñar y que esos sueños sí se pueden lograr”.

Lo que más ha satisfecho a Rudmary del programa de la Fundación Dasyc es que le “encanta que siempre están ahí; que no solo es el Momento que pasamos ahí sino la familia que se crea, el vínculo no se pierde una vez conoces a las formadoras de la Fundación Dasyc y al grupo, pasas a ser una familia”. Entonces, preguntamos a Rudmary sobre si estar con otras mujeres ayuda y contesta: “Sí por supuesto. Sobre todo, porque muchas compartimos las mismas incertidumbres. Creo que debemos entre mujeres apoyarnos más”. Y respecto a la faceta, de todas las que se trabajan en estos programas de apoyo a la mujer, considera que es la más necesaria, nos responde que “la autoestima es de suma importancia y el apoyo en la búsqueda de empleo; que, a veces, es difícil hacerlo solas”.

Rudmary es una luchadora nata y no ha parado de crecer como persona en todos estos años desde que llegó a España. Así nos lo cuenta cuando le preguntamos sobre la consecución de sus objetivos desde entonces, que “poco a poco he podido lograr pequeñas metas; ya me he presentado a las pruebas libres de la ESO mientras salía la homologación de mis títulos venezolanos. Me inscribí en una escuela para adultos y estudio valenciano. Actualmente también estoy haciendo una FP para TCAE (Técnico en cuidados auxiliares de enfermería). Y planteándome más objetivos a corto plazo, que sean realmente obtenibles”.

La pandemia no impidió las reuniones.

Preguntamos también a Rudmary qué cambiaria para que, al llegar a España, la situación mejorara para los emigrantes en general y las mujeres, en particular y nos contesta: “Si pudiera cambiar algo, serían los plazos de espera; me parece inhumano que para poder lograr la residencia se deban pasar 3 años en el caso de arraigo social. Mientras tanto hay que buscarse la vida como se pueda y es muy difícil encontrar trabajo en esa situación. No pido que todo sea dado en bandeja de plata, pero los procedimientos son lentos y con muchos requisitos que a veces se complican; todos estos trámites y lentitud también dificultan el acceso a la vivienda. Sin trabajo no hay contrato y sin contrato no puedes alquilar y así una cadena de dificultades. No todo el que emigra lo hace por placer ni cuenta con los recursos suficientes para poder mantenerse durante tanto tiempo. Además, está el problema de las homologaciones de títulos, los plazos son extremadamente largos, se puede tardar entre tres y cinco años en lograrlo, lo que hace que muchos desistan en el camino”.

Y para afianzar más aún estas sugerencias de mejora para la llegada de migrantes a España, nos cuenta la prueba más difícil que tuvo que superar desde que está en España. Así lo expresa Rudmary: “Pruebas, muchísimas. Pero hay algo que es difícil aquí, y es demostrar que el emigrante no es un cero a la izquierda y que no es menos que otros. Yo particularmente estoy muy agradecida con este país, pero sí es cierto que hay mucha gente que quiere aprovecharse de la situación de vulnerabilidad que tenemos, a veces recibimos humillaciones y nos toca aguantar maltratos por no perder el empleo. Otro problema que he tenido acá es con respecto al tema de homologación, ¡qué difícil es hacerlo y qué lento y tedioso es todo el proceso!, por no hablar de la cantidad de años que el trámite conlleva”.

Rudmary sabe muy bien de qué está hablando, porque lo ha conocido de primera mano. Por eso anima a las Mujeres a plantearse metas pequeñas hasta llegar a conseguir la gran meta que tengan.

Zaynab, cuando ayudar a los demás se convierte en meta

Zaynab Cortés Peralta llegó a España con su mamá para visitar a su hermano y a su cuñada, que vivían en Torrevieja. Y se quedaron. Por aquel entonces, Zaynab no había terminado sus estudios y, además, “las vacaciones de España no coinciden con las de Perú, están cruzadas, así que no pude retomar mis estudios y perdí un año de acá. No me fue bien en los estudios ya que eran muy distintos y había cosas que yo no había estudiado, y me costó muchísimo; tanto que he tenido que ir al colegio de adultos y aún no he podido conseguir el título de ESO”. Los inconvenientes con los estudios han sido una constante para Zaynab, aunque no así su dedicación a la solidaridad y al compromiso social; con su mamá, antes de que ella falleciera, realizó “voluntariado haciendo visitas a gitanos en la provincia de Alicante”.

Y esta entrega por los demás, ejemplo de lo que aprendió con su madre, es una constante en la vida de Zaynab. Por eso, cuando le preguntamos qué cambiaría, si estuviera en su mano, para que, al llegar a España, la situación mejorara para los emigrantes en general y las mujeres, en particular, Zaynab tiene muy clara la respuesta y no duda ni un momento al enumerar todos los aspectos que tendría en cuenta. Tales como: “Debemos ayudar a que los inmigrantes se adapten a la cultura de España: facilitarles al máximo el idioma y las distintas lenguas con un periodo de adaptación y transición en la etapa de aprendizaje; darles a conocer la cultura; degustación de comidas españolas o de los distintos países de los inmigrantes; proporcionales clases de comida española y que las y los inmigrantes nos enseñen a cocinar comida de sus países; enseñarles bailes españoles y que ellos nos enseñen sus bailes; ofrecerles la cultura española para que nos conozcan mejor y a la inversa, que se produzca intercambio cultural”. En definitiva, resume Zaynab: “En todos los países se estudia de manera distinta y los niveles son distintos, y en distintos idiomas, aunque se estudie en español, no se estudia lo mismo; hay que ayudar a los estudiantes migrantes, sobre todo a los niños y adolescentes, a que se integren, en los estudios a la vez que en el idioma y en las distintas lenguas españolas como el valenciano, catalán, gallego, euskera, etc.”.

Zaynab Cortés Peralta.

Zaynab subraya esta última recomendación hablando de su experiencia; para Zaynab, la prueba más difícil que ha tenido que superar desde que está en España fue “el tema de los estudios. Desde que empecé al estar acá no me ha ido bien. Estudié Secretariado, pero no me quisieron dar el título después de haber estudiado casi 3 años, ya no quise continuar pagando ya que era privado, me quedaron 2 meses, pero sobre todo las prácticas no las pude realizar. Aunque después, las hice por mi cuenta”. El aspecto cultural de un país es también muy importante; es más, Zaynab nos cuenta que lo que más echa de menos de su país, es “la comida, los postres, la música, el baile y las reuniones sociales y la interacción con otras personas”.

En cuanto a sus objetivos, vuelve a explicar Zaynab que seguramente no los tiene muy claros “por no haberme ido bien en los estudios siendo adolescente. Yo vine acá de vacaciones y quise regresar, pero mi mamá decidió que nos quedáramos y se fue a traer a mi padre dejándome con mi hermano y mi cuñada que yo recién conocía”. Aparte de sus estudios, que aún siguen marcando su futuro, Zaynab sí cuenta con una meta muy clara, que es ayudar a los demás y colaborar para que las personas que están en su entorno consigan sus objetivos. Así lo ha hecho durante su paso por Juntas+.

Al hablar de Juntas+ con Zaynab nos cuenta que durante esta formación aprendió a conocerse a sí misma y a redactar un buen currículum, ejercicio que supuso dar valor a todo lo que había hecho en su vida; no en vano, cuando hablamos de cuál es la faceta que considera más necesaria de todas las que se trabajan en Juntas+, expresa que es “la de autoconocimiento ya que muchas veces en tu vida diaria te despistas, y lo último que haces es pensar en ti misma”. También agradece, además de lo anterior “poder contar con el apoyo de una muy buena coach” durante todo el periodo y posteriormente también. Resume su paso por Juntas+ y haber estado en contacto con las demás mujeres del programa como “algo interesante porque teníamos algunas cosas en común en nuestras experiencias. Me ayuda ver que hay más personas en situaciones parecidas a las mías, que no soy a la única que lo pasa”.

JUNTAS+, algo más que un programa

Acabamos de conversar con tres mujeres valiosas, tres mujeres que, como tantas otras, llegan a España desde sus países de origen por diversas razones, como también llegan por diferentes caminos a conocer JUNTAS+, un programa de significados variados para cada mujer que lo realiza, significados laborales, fortalecedores, enriquecedores, constructores, empáticos, resolutivos, amables, entregados… JUNTAS+ significa para todas estas mujeres, encontrarse, valorarse, formarse, comunicarse y ayudarse.

Elvira Rodríguez

Periodista.
Responsable de Contenidos en APPA (7/2019-6/2023).
Subdirectora Gestión Editorial IAC Juan Gil-Albert (2015-2019).
Subdirectora Revistas Canelobre y El Salt (2004-2011).

2 Comments

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  • Excelente reseña, Elvira, y extraordinaria colaboración con personas tan valiosas como Ana Tomás Perán y las inmigrantes tan valientes y tan abandonadas por la Administración. Un abrazo.

  • Enhorabuena Elvira
    Me ha conmovido este mágnífico artículo en que nos informas de la Fundación Dasyc que tan encomiable labor hace con las mujeres que están en riesgo de exclusión social y se vulneran sus derechos .
    Que gran ayuda es para ellas Ana Tomas, una mujer buena y compasiva que con el programa Juntas+ ha sabido dar esperanza a tantas mujeres con una vida muy difícil.
    Muy bonitos también los testimonios de estas mujeres que después de recibir ayuda se consideran mujeres valiosas!!
    Que hermoso testimonio!!
    Ojalá esta fundación tenga mucho éxito
    Un abrazo