El abogado alicantino Nacho Lloret se ha hecho con la explotación de la Plaza de Toros de Alicante. Llega de la mano de su mentor, el empresario francés Simón Casas. Durante los próximos cuatro años, Casas y Lloret trasladarán al coso de la plaza de España la experiencia adquirida en plazas tan importantes como Las Ventas de Madrid (Plaza 1) y Valencia, ambas de primera categoría. A las dos citadas hay que añadir los cinco años gestionando la plaza de Alicante y una larga serie de aventuras en Málaga, Zaragoza y en la francesa Nimes. Es un historial completo que por sí solo vale la confianza depositada en Lloret y Casas por la corporación municipal que preside Luis Barcala. Cuatro años por delante y un quinto añadido si cuando llegue el momento solicitan la prórroga de la concesión.
Lo anterior puede ser importante dentro de un contexto de oferta y demanda. Pero adquiere una mayor dimensión si rascamos en la propuesta hecha por el tándem que va a seguir al frente de la plaza alicantina. Por un lado hay que destacar que el joven abogado Nacho Lloret ha visto alcanzado su sueño de ser gerente consolidado del coso taurino de la ciudad que le vio crecer como aficionado, aprender como hombre del toro, gestionar como apoderado y, especialmente, apostar fuerte por una afición que nunca le negó apoyos y que supo valorar los gestos que el joven abogado brindaba a los toreros de su tierra, tan escasa últimamente en figuras y tan raquítica en el nacimiento de nuevos chavales que desde la Escuela Municipal Taurina mantuvieran la ilusión de las peñas, tertulias y clubes alicantinos.
No vamos a entrar en los contenidos del pliego de condiciones. Ni en las ofertas musicales de la empresa que gestiona ya el coso y que anuncia para el verano próximo una programación de categoría para ilusionar no sólo a los alicantinos sino a los miles de visitantes que por esas fechas comparten con nosotros una ciudad siempre alegre y abierta. Sin embargo, sí hay que subrayar el compromiso de Casas y Lloret de hacer todo lo imposible para contar en la Feria de Hogueras de San Juan de este año con el fenómeno de Galapagar, la gran figura del toreo José Tomás. Su sólo enunciado, el poner su nombre encima de la mesa, ya es garantía de las buenas intenciones de quienes saben perfectamente que Tomás es algo más que una figura del toreo. Una figura mundial que eleva hasta el infinito el nombre de la ciudad en la que decide hacer el paseíllo. Si Nacho Lloret y Simón Casas consiguen otra vez (Tomás ya estuvo en el coso alicantino en fiestas fogueriles) que José Tomás se vista de luces en Alicante, y en la Feria de Hogueras, habrán justificado con creces la confianza depositada en su oferta por Barcala y por la responsable de Asuntos Taurinos, Mari Carmen de España.
Unan a ese nombre el de la gran figura alicantina José Mari Manzanares, en cita obligada en Alicante, y la petición de contar con el pequeño de los Rivera Ordóñez, Cayetano, y a partir de ahí confeccionen una feria en la que no faltarán ni Morante, ni Roca Rey, i Aguado, ni Fandi, ni Castalla ni, y confiemos en Nacho, Paco Palazón. El torero de Petrel se merece estar en los carteles fogueriles por su constancia, su tesón, su arte y su honradez delante del toro. Nacho y Simón tienen la palabra. Por apoyos de la afición no será. Ánimo y al toro.
Otrosí. ¡¡Olé, olé, olé por Estrella Morante y su defensa de la Fiesta Nacional!! La genial cantante, esposa de uno de los toreros más artistas que ha dado Málaga, Javier Conde, ejerció su derecho a la libertad de expresión en defensa de los toros y de los toreros. Estuvo en gran señora. Como debe ser. Y contestó a una joven cantante de OT que también defendió su derecho a la libertad de expresión. Pero sin señorío, sin categoría. Perdiendo los papeles. Esa es la diferencia.
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