Con la llegada de Irene Montero al Ministerio de Igualdad se ha producido un terremoto entre el feminismo de izquierdas. Todo porque la pareja de Pablo Iglesias, la ministra Irene Montero, se ha olvidado de las luchadoras socialistas y del Partido Feminista de España a la hora de dar cargos y todos se los ha adjudicado a compañeras de Unidas Podemos. Las principales beneficiadas han sido Noelia Vera, Boti García y Beatriz Gimeno. Las perjudicadas del PSOE no dan nombres para no verse más marginadas en el partido, ya que Sánchez no admite ni las más pequeñas críticas internas. Es un dictador al estilo, dicen, de Largo Caballero, aquel socialista de los años 30 al que algunos compañeros, para elogiarle, llamaban “el Lenin español” y que alentaba a la revolución si los votos en las urnas eran favorables a las derechas.
Ahora las feministas están desunidas y esto va a ser un desastre para el feminismo, me temo. A las feministas socialistas les parece un gravísimo error de Sánchez el haber dado el Ministerio de Igualdad a Irene y compañeras podemitas, error que pagará caro en las próximas elecciones, ya que el feminismo socialista era un caladero de votos de mujeres para el PSOE, mujeres a las que Sánchez debe el haber ganado (aunque perdió tres escaños) en las pasadas elecciones del 10 de noviembre. Ahora temen que el voto femenino se vaya a Podemos, dada la propaganda que desde el Ministerio de Igualdad van a promover las podemitas.
Irene Montero se ha olvidado de las socialistas vivas políticamente, menos de la que fuera antecesora casi lejana, Bibiana Aído, a la que elogió en el acto de toma de posesión del ministerio. A sus compañeras o amigas del partido las ha premiado y se las ha ingeniado para crear una nueva dirección general ya que no había cauces suficientes para colocar a más féminas en su departamento. Existía la Dirección General de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial (ahí es nada). Ahora se ha creado la Dirección General de Diversidad Sexual y LGTBI para una luchadora feminista, Boti García. Lo ha justificado Irene Montero porque “responde a un clamor en las calles y al sentido común que la sociedad española ya ha asumido”. ¿Que ustedes no han escuchado ese clamor en las calles? Eso es porque ustedes no pasean por el centro de Madrid o de Alicante o por los barrios donde vive ‘la gente’ (como dice Podemos) o ‘las personas’ (como sugiere la ministra socialista de Hacienda). Lo del sentido común eso sí que tiene guasa para hartarse.
Otro gran nombramiento de Irene es el de directora del Instituto de la Mujer. Beatriz Gimeno tiene larga historia feminista; incluso llegó a presidir la Federación LGTBI, institución casi tan importante como la Real Academia de la Lengua Española, a la que ella y compañeras consideran culpable de machismo. Le gustaría, como a Irene, que el diccionario de la RAE introdujera nuevas palabras antimachistas, como miembras, portavozas…
La nueva directora del Instituto de la Mujer (que fue pareja de Boti García, ignoro si se han separado o divorciado), culpa a los heterosexuales de todos los males para lesbianas y demás fuerzas LGTBI. Ardiente defensora de la penetración anal, escribió estas lindezas: “El ano es una de las principales zonas erógenas para hombres y mujeres, pero especialmente para los hombres. Estoy convencida, cada vez más, que para que se produzca un verdadero cambio cultural tienen que cambiar también las prácticas sexuales hegemónicas y heteronormativas y que, sin ese cambio, que afecta a lo simbólico y a la construcción de las subjetividades, no se producirá un verdadero cambio social que iguale a hombres y mujeres”.
Genial. Y Sánchez se ha olvidado de hacer ministra de Cultura a esta colosal mujer de nuestro tiempo que deja en mantillas a la famosísima Hipatia de Alejandría, compendio del saber grecorromano a finales del siglo IV y principios del V. Era experta en filosofía, matemáticas y astronomía e inventora. Pero nada dicen los historiadores sobre sus conocimientos del ano. Gimeno, en cambio, no solo es genial acusando a la heterosexualidad de oprimir a las mujeres, sino más admirable, si cabe, por su pietismo defendiendo que “hay que cerrar las cárceles para que no haya más presos”.
No es solo una luchadora contra el machismo sino una kamikaze contra el heterosexualismo. Solo falta que el Partido Animalista llegue un día a fundirse con Unidas Podemos y lleven su animalismo hasta extremos que podrían pensarse ahora imposibles. Pero todo se andaría. Podría ser incluso con apoyos del PSOE sanchista, que tiene unas tragaderas infinitas. El día que haya un clamor en la calle a favor del matrimonio entre orangutanes y toda clase de simios gays podrían legislar a favor de ellos, aunque pondrían reparos al matrimonio entre orangutanes y otros simios heterosexuales.
Llama poderosamente la atención el exhaustivo conocimiento que sobre el ano, especialmente el de los hombres, tiene la señorita (o señora si es que ha vuelto a casarse) Gimeno. Pero no acabo de entender que admita el ano para hombres y no exija que se denomine ana el (o mejor la) de las féminas. De lo que no cabe ninguna duda es de que Pedro Sánchez ha acertado de lleno al someterse a Podemos y hundir en la miseria política y cultural al país antes de llevarlo a la miseria económica. Y menos mal, si no acaba con la unidad de España. A lo mejor Sánchez, en el mejor de los casos, cree, como Calvo Sotelo, que “es preferible una España de izquierdas a una España rota”.
Beatriz Gimeno (Fuente: Wikipedia). Noelia Vera (Fuente: Wikipedia). Boti García (Fuente: Wikipedia).
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