La nueva ley que regulará el trabajo de los autónomos en nuestro país contempla nuevas medidas que flexibiliza la cotización de los trabajadores por cuenta ajena, como la ampliación de la cuota plana de 50€ a un año y la deducción del 20% de los gastos para los que trabajan desde casa. Pero, ¿serán suficientes para animar al trabajador a lanzarse a ser empresario? ¿Cubren las expectativas de la nueva realidad socio laboral tras la crisis?
Tras diez años desde que el mundo entrara en recesión tras la caída de la burbuja hipotecaria estadounidense, con sus correspondientes efectos colaterales en Europa y en España, el panorama sociolaboral ha cambiado de forma y fondo.
Ante la incapacidad de generar empleo de aquellos años, cuando las cifras del paro crecían exponencialmente por meses en una continua pérdida de puestos de trabajo, la opción de ser emprendedor se presentó desde las instituciones como una alternativa a la infructuosa tarea de buscar trabajo por cuenta ajena.
Sin embargo, durante este tiempo las cifras del emprendimiento tampoco arrojaron datos alentadores. Según INECA –Instituto de Estudios Económicos de Alicante-, en marzo de 2008 el número de autónomos en la provincia era de 133.082, cifra que fue en descenso paulatino al incremento del paro hasta situarse en niveles mínimos de 110.154 en enero de 2013.
Por entonces, la destrucción de emprendedores se regía a la sazón de casi cuatro al mes, hasta que las cifras empezaron a invertir la tendencia negativa y empezaron a crecer, pero a un ritmo muy sostenido. Según cifras publicadas por INECA, en la actualidad hay 124.363 autónomos en la provincia, y en total se han perdido 8.719 autónomos por el largo y tortuoso camino laboral de estos últimos diez años. De ellos, el 60% tenía empleados a su cargo.
Situación europea desigual
Pero, ¿cómo ha sido el día a día de los autónomos que quedaron y los emprendedores que decidieron lanzarse y probar suerte en el mundo laboral como empresarios? Sin duda, no exento de dificultades a razón de las obligaciones fiscales que el sistema español contempla. Esto es, una cuota mínima de 264€ al mes, más la obligación de declarar trimestralmente el IVA y el IRPF facturado, independientemente de su cobro efectivo. Como contraprestación, asistencia sanitaria, jubilación y prestación por desempleo.
Unos datos que contrastan con las condiciones de otros países de nuestro entorno, como la vecina Francia, donde el primer año la cuota es gratis y a partir del segundo se paga en función de la profesión y la facturación, con una cuota desigual que no sobrepasa del 21% que abonan los profesionales dedicados al sector servicios. Tampoco pagan IVA, y tienen cubiertas la jubilación, la incapacidad laboral temporal, las pensiones de viudedad e invalidez y la asistencia sanitaria, previo prepago del 35% del coste de la consulta o tratamiento que les devuelve el gobierno.
No es de extrañar entonces que durante estos diez años de crisis el país vecino haya incrementado en 300.000 los afiliados autónomos, mientras en España han sido 370.000 los que han abandonado el barco del emprendimiento, el segundo país destructor de la UE por detrás de Italia, según datos de la Unión Europea.
Innovar y emprender
En este panorama, inmersos en una coyuntura tan difícil como una crisis económica mundial, la innovación es un valor añadido que permite adquirir notoriedad en el complicado mercado laboral. La imaginación y la constancia son las claves para asegurar la supervivencia, como asegura el diseñador Paco Gracia, administrador de “Trip and Feel”, una empresa social de turismo pesquero que nació como un proyecto de fin de carrera.
Hijo y nieto de pescadores, Paco ideó una plataforma web donde los patrones de barcos pesqueros del litoral pudieran contactar con ciudadanos para enseñarles cómo se pesca en una experiencia diferente y auténtica. Tras presentar el proyecto, el diseño de la imagen corporativa y el desarrollo de aplicaciones gráficas, su profesora lo animó a presentarse a los premios “Nuevas Ideas empresariales” de la Fundación Universidad Empresa –Fundeun, donde en 2014 ganó el Primer Premio del Grupo Eulen, dotado con 3.500€.
A partir de ahí, Paco lo tuvo claro: “comencé a hacer un estudio de campo por los puertos de la Comunidad, ver las posibilidades reales de implantar el proyecto, pero todavía había una contradicción para ponerlo en marcha, pues la pesca turismo no está reglada en la Comunidad Valenciana”. Con el asesoramiento de Fundeun, consiguió una beca europea para implantar el proyecto, que vió la luz en Cerdeña, donde la pesca turismo se viene desarrollando desde hace trece años.
Allí se produjo un interesante fedback, pues como cuenta Paco “ví la oportunidad de implantar novedades. A pesar de llevar tantos años como actividad, a los empresarios de la pesca turismo les faltaba cómo comunicar su negocio”.Tras un año, el 2016 regresa a España de la mano de Obra Social La Caixa. Adapta su proyecto a la convocatoria del Programa de Emprendimiento Social de la entidad y queda finalista ganador entre los 20 primeros. Con su apoyo económico, constituye en 2016 “Trip and Feel” en España como empresa social que ofrece además del embarque de personas para pescar en alta mar, el desarrollo de actividades de turismo marinero en tierra que promuevan la revalorización del patrimonio sociocultural del sector pesquero y ayuden a la protección medioambiental del entorno marino.
El verano de 2016 se instala en Peñíscola, cuya Cofradía de Pescadores y ayuntamiento, respaldados por la Diputación, apuestan por la actividad a la espera de que la consellería la regule. Cierran la temporada con balance positivo y un convenio firmado por tres años más.
En la actualidad, Trip and Feel cuenta con cuatro personas, todos autónomos. ¿Ha sido duro emprender e innovar a la vez en estos años?, le preguntamos: “Durante todo este tiempo he contado con mucha ayuda, de Fundeun que me ha asesorado en todo momento y de mis padres que han confiado en el proyecto. Los premios me han ayudado mucho, sin duda, pero la constancia ha sido la clave. Sabía que la idea era buena y al final podría ponerla en marcha”, concluye Paco.
Distinta situación es la del empresario que decide innovar y apuesta por un producto novedoso en un mercado todavía inmaduro. Es el caso de José María Artiaga, responsable de Nido Ergonomic, la división de productos innovadores de la escuela Infantil Nido de Alicante que, fruto de su experiencia de más de treinta años en el cuidado de niños, diseña una cuna cambiador que evita el reflujo de los bebés y lanza el primer prototipo en 2005.
La propuesta es recibida con admiración, contacta con empresas del sector, pero su comercialización resulta inviable. “El coste final de la cuna es elevado, ya que tiene mecanismos muy novedosos como elevadores mecánicos y sistemas de aviso. Las empresas del sector se interesaron, pero no vieron la viabilidad de comercializarla a gran escala”, cuenta Artiaga.
Sin embargo, José María no desiste, rediseña la cuna y la presenta en ferias internacionales del sector, donde recibe prestigiosos premios como el “Kind & Jugen” de Colonia en 2015, y el reciente “German Desing Award”, otorgado este año por el Ministerio de Economía alemán y la Cámara de Comercio de Frankfurt. Estos reconocimientos avalan su idea, que decide seguir investigando para adecuarla al mercado en colaboración con AIJU y bajo el paraguas financiero de IVACE. “Seguimos avanzando paso a paso, he entendido que va a ser una carrera de fondo, pero no desisto. El producto está cerca de ser una realidad”, concluye José María con determinación.
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