Aquí los almendros están en flor una delicia para el ojo que ama la belleza. Pronto las flores de los cítricos esparcirán su seductor perfume. Pero en otros lugares la guerra hace estragos, destrucción y sufrimiento humano. Allí no florecen las flores, se asfixian en el humo de la violencia bárbara.
Traducción de Germain Droogenbroodt – Rafael Carcelén
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