Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Goya y los Franco

Retrato del pintor Francisco de Goya (1826), por Vicente López, Museo del Prado, Madrid (Fuente: Wikimedia) / Francisco Franco y Carmen Polo, 1968 (Fuente: Zoeken Fotocollectie Dutch National Archives, Wikimedia).

Dos noticias en diciembre me han recordado un sucedido personal de hará más de cuarenta años. Por un lado, el Museo del Prado hacía público que había finalizado la restauración del cuadro “La condesa de Chinchón”, de Goya, y por otro, en la Sexta nos informan sobre otra obra la Marquesa de Santa Cruz sosteniendo una especie de guitarra, con un símbolo ancestral vasco grabado– que el general Franco pensó en regalar a Hitler en 1940, creyendo que ese dibujo era una esvástica.

Esta segunda tela, también procedente del Museo del Prado, estuvo –al parecer– escondida en el Pazo de Meirás, ahora centro noticiable por su rescate, perdida o vendida silenciosamente, y rescatada en una subasta en 1986 por seis millones de dólares y devuelta al museo con un considerable sobrecoste casi medio siglo después.

No sé si es fetichismo por el pintor aragonés de la familia Franco-Polo, pero lo que he recordado al pairo de estas dos noticias es lo siguiente: estábamos en Madrid en una reunión profesional, y un colega de una de los dos Cajas de Ahorros zaragozanas que entonces existían, nos contó la visita de doña Carmen a una instalación de su entidad. Allí estaba colgada otra obra de don Francisco –de Goya, no de su imperial esposo– y le causó tanto placer contemplarla que se deshizo en elogios, comentando que le haría inmensamente feliz que estuviera en los salones de palacio, para gozar de ella habitualmente. El presidente de la Caja, siempre según el “cajario” maño que nos lo contaba, se sintió obligado a empaquetar el cuadro y remitirlo el mismo día siguiente a El Pardo.

Naturalmente, no puedo confirmar el paradero actual de dicha obra, de la que no recuerdo su título, ni su contenido, ni su formato. Sólo puedo asegurar que el informante del curioso incidente era un respetable y reconocido directivo medio entre los que acudíamos a convocatorias de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, lo cual nos mereció a todos los que le oímos que no era fábula ni cuento, sino hecho verídico lo que compartió con nosotros.

He comprobado que hoy existe un MUSEO GOYA –Colección Ibercaja–Museo Camón Aznar, a quien me dirigí por correo electrónico el 16 de diciembre intentando certificar la historia de tan singular visita, si acaso fue a ese establecimiento, y los detalles sobre la obra en cuestión que pudieran aportarme. Simple curiosidad. Sin respuesta.

Toni Gil

Periodista.

2 Comments

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  • Toni, muy bueno tu artículo. Efectivamente Franco pretendía regalar el cuadro a Hitler, pero quedó retenido en la Aduana de Hendaya, el día del encuentro. Pero Hitler no se lo llevó. Si se llevó cuadros de Zuloaga. El símbolo del que hablas y está en la guitarra no es una esvástica, efectivamente, es un lauburu, que representa al sol en movimiento, y aunque los vascos actuales se han apropiado del símbolo es de origen indio, y usado por muchas culturas como celtas, griegos y romanos.