Isabel II de Inglaterra fue la gran protagonista de la pasada semana, pues celebró ni más ni menos que sus 70 años de reinado, unas bodas de platino que la convierten en la monarca más longeva de Reino Unido –le saca 7 años a su tatarabuela Victoria– y la tercera en el mundo después de Bhumibol de Tailandia y Luis XIV (el Estado era él). Al primero lo tiene a tiro: dentro de 8 días de oro (y platino) lo habrá superado. Y al Rey Sol… Pues también: si aguanta un par de años más, será Balón de Oro de los largos reinados. Ojo al dato: bajo su mandato han nacido y muerto iconos británicos como John Lennon, Diana de Gales, Freddie Mercury, Sean Connery, George Best, Amy Winehouse o las Spice Girls. Estas últimas, matizamos, artísticamente.
¿Y qué ha hecho Isabel II para celebrarlo? Pues básicamente lo que haría cualquier yaya: juntar a la familia el domingo para comer arroz con conejo. Solo que, por la pompa del cargo, ha tenido que ser a lo grande: decretando fiesta nacional durante algunos días y celebrando una maratón de misas y eventos… A los que a la mayoría de ellos no ha asistido por encontrarse indispuesta. Cosas que pasan a los 96 años. Tomándole el relevo, estaba el resto de la familia real con Carlos, duque de Gales a la cabeza, escenificando así lo que va a ser la obligada transición monárquica que inevitablemente va a suceder dentro de poco tiempo.
Pero vayamos a la salsa del asunto. Decíamos que Isabel II había juntado a toda la familia…Y eso incluye a las dos manzanas podridas de la familia: el príncipe Andrew, que ha hecho un hueco en su apretada agenda judicial y ha aceptado la invitación, y Harry y Meghan, que vuelven a Inglaterra con el rabo entre las piernas como Griezmann cuando volvió al Atleti después del Megxit, y de haber vendido los secretos de los Windsor a Oprah Winfrey por un puñado de dólares que, por cierto, valen menos que las libras.
Evidentemente, hubo música de viento cuando hicieron acto de presencia en el episodio recopilatorio de The Crown que se ha montado Lilibeth. La nota positiva, la simpatía que han despertado los bisnietos, sobre todo Louis por su espontaneidad. Cosas de tener 4 años. Por lo menos, la reina estará tranquila con sus sucesores: gracias a los nenes, al menos alguien de su familia cae bien a la gente.
Los Windsor han demostrado ser una familia unida esta semana. Los Piqué-Mebarak lo eran hasta el sábado, cuando anunciaron que se estaban separando. La cosa olía a muerto desde hacía tiempo: Shakira –que se comunica con la gente a través de canciones cifradas– al parecer le había pegado un estacazo en su último single. Y Gerard, por lo visto, había vuelto al pisito de soltero acompañado de una nueva y más joven amiga. ¡Ay, cómo les gusta a los del Barça mimar la cantera! Al final, había tanto rumor, que tuvieron que confirmar que su sociedad limitada se ha terminado. Lejos quedan ya aquellos tiempos de ir juntos a recoger calçots.
Vaya añito para los dos, por cierto, entre las comisiones, los problemas con Hacienda, la temporada de fútbol, las canciones espantosas y los problemas conyugales. De todo corazón, espero que pase todo rápido para Shakira y Piqué… Y así poder dejar de darle espacio semana sí y semana también en este artículo de actualidad, que me llevan frito.
También ha concluido el juicio del año, el de Johnny Depp y Amber Heard, del cual ya hemos hablado en artículos anteriores. Después de hacer ambos un ridículo espantoso y de haberse puesto de vuelta y media durante semanas, ambos han sido condenados a indemnizarse por difamaciones mutuas. Pero, y aquí está la trampa, a Johnny le toca pagarle 2 millones de dólares y a Amber…15 millones. Sé de alguien que va a tener la nómina embargada durante mucho tiempo. Una vez conocida la sentencia pasó lo de siempre: los fans de Johnny Depp lo celebraron cual final de la Champions. Los hinchas de Amber Heard empezaron a criticar la sentencia apelando a cuestiones de género y los protagonistas… Pues Johnny se fue de juerga con Kate Moss (sospechosa habitual) a gastos pagados por Amber, que ya ha empezado a hacer números para ir pagándole las copas y drogas al actor.
En política, hemos tenido la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia. El país cafetero decide presidente, y va a tener que elegir entre Gustavo Petro, candidato de la izquierda y exguerrillero de profesión, y Rodolfo Hernández, millonario apodado “el viejito de Tik Tok”, que es una mezcla paisa de Donald Trump, Pablo Escobar y Julio Iglesias Puga, el Papuchi de Julio Iglesias, padre de todos nosotros.
Aquí en España, ha comenzado la campaña electoral de Andalucía, cuyo presidente o presidenta de la Junta se decide el 19 de junio. De momento, está flojita, pues llevamos poco tiempo todavía…Y muchos andaluces tienen la cabeza más puesta en el Rocío que en decidirse entre Juan Espadas, Juanma Moreno, Macarena Olona o Teresa Rodríguez. La semana que viene seguro que tendremos más caldo para este estofado.
Por lo demás, la vida sigue igual, que diría Julio Iglesias (el hijo): Rusia sigue ganando territorio en Ucrania, Zelenski sigue ganando kilos –probablemente sea la única persona que ha engordado en una guerra– la vida sigue muy cara y cada día que pasa somos más pobres, porque la inflación va por libre. Para colmo, se avecina una crisis de suministro alimentario porque el grano ya comienza a escasear con tanta guerra. Señor, llévame pronto.
Nos quedan al menos Rafa Nadal y su maltrecho pie que, entre partidos épicos y golpes de suerte, ha ganado su decimocuarto Roland Garros. Es inspirador verlo pelear hecho un trapo sin rendirse. Y es que Rafa Nadal siempre ayuda a empezar la semana… con buen pie.
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