Introducción
En estas fechas navideñas en que Alicante ha conseguido el récord Guinness al Belén más grande del mundo, me acuerdo de Gastón Castelló, nuestro pintor alicantino más famoso y emblemático, lo que diríamos nuestro Picasso, es sin duda Gastón Castelló Bravo (1901-1986), hombre bondadoso, humilde, tímido, con buen humor y mirada limpia, algo más que un pintor. Muchas son sus facetas: pintor, mosaista, muralista, dibujante, acuarelista, constructor de hogueras, escritor, daba clases en la Escuela Modelo y se había implicado en la nueva fiesta de las Hogueras de San Juan, desde su creación en 1928 hasta 1950. Tenía las hogueras como medio principal de vida, luego vinieron los murales y los mosaicos. Hijo predilecto de alicantino y su provincia. Admirado por la calidad de su obra, para mí es el más importante de nuestros artistas alicantinos.
Pintor de sólida formación, un virtuoso del dibujo. Sus obras son idealizas, amables con cierto amaneramiento (dijo que su canon de belleza era de 8 a 9 cabezas), costumbrismo y alicantinismo. Sus figuras son esbeltas, semejantes a su talla, ya que era un hombre alto, para la media de los hombres de su época, lo que le permitía tener buena alzada. Consigue tener un estilo propio; el estilo no es más que conseguir que el autor esté dentro de cada obra, y supera la gran dificultad de pintar grandes superficies.
Con los mosaicos consigue un cromatismo insospechado, asombroso, poco visto, novedoso que tuvo mucho éxito. Con el colorido especial de los mármoles alicantinos, decoró con sus murales instituciones como la Diputación de Alicante, Aeropuerto, antigua estación de autobuses, hotel los Arenales del Sol (hoy demolido), Ayuntamiento de Ibi, capilla católica de Estocolmo (Suecia), y tantos otros.
Constructor de Hogueras
Como artista constructor de hogueras, Castelló introdujo un decorativismo estilizado que conformaría el llamado “estilo alicantino” (sobriedad y estilización, sin barroquismo) vigente en las hogueras hasta los años cincuenta. Hogueras o arte fungible del fuego, lástima de este arte que no perdura en el tiempo (excepto los indultados). Los cuadros de Castelló destinados al fuego se llamaban “Lástimas” (lástima de perderlos). La obra es la que hace perpetuar al artista; sin embargo, cuando estas obras son quemadas, decía que estas obras eran ensayos, creadas en absoluta libertad o copias de cuadros famosos, por lo que carecían de gran valor artístico. El fuego como una liberación, obras para alimentar el fuego sagrado en Sant Joan/San Juan Bautista. Tenía críticos que consideraban que pintar cuadros para quemarlos era una pedantería, la gente decía lástima de quemar este cuadro, por ello, esos los cuadros los titulaba “Lástimas”.
De no haber sido pintor le hubiese gustado ser músico, le gustaba cantar tangos, era un hombre sumamente bondadoso, querido y muy popular y siempre ayudaba a los pintores emergentes, entre ellos estaba Fernando Soria.
Estando en París (donde pasaba largas temporadas) se entera de que en Alicante se van a construir hogueras como las fallas de Valencia, las organizaba José María Py y Ramírez de Cartagena, gaditano residente en Alicante. Gastón trabajará junto a José Marcelo Furió y Juan Such. No fue tan fácil, pues su desconocimiento de la técnica era total, las figuras (parecían figurines con vestidos de telas). La primera, creada en 1928, aludiendo a un tranvía, se titulaba “Parada y Fonda”. El resonante éxito de esta hoguera la hizo acreedora del primer premio de las hogueras de San Juan. Dotada con 1000 pesetas de plata, a repartir. Las hogueras plantadas insertaban en sus páginas sus lemas, algunos versos y comentarios. Elevó la hoguera al más alto nivel popular y realizó monumentos estilizados y sobriedad, con su “estilo alicantino”. La portada de este folleto era original de Gastón Castelló con los beneficios económicos regresaba a París a estudiar con mayor holgura y volvía a realizar hogueras unos meses al año (4 meses). Al año siguiente, 1929, intenta hacer una hoguera en solitario, pero será rechazada por varias comisiones. Ante la falta de trabajo se decide a colaborar con Paco Hernández, alicantino que, además de actor se había especializado en construir hogueras. Realizaron juntos (ofrendas de amor –Alfonso el Sabio–) y (El Benacantil futura –Plaza del puente–) entre otras. Obtendría el segundo premio aquel año.
De nuevo en 1930 Gastón se empeñaría en hacer una obra en solitario, para ello realizaría un boceto titulado “Los Cinco sentidos de Alicante” y desarrolla una serie de innovaciones técnicas, pues sustituye la cera e introduciría el cartón modelado. Además abandona los vestidos de tela y en su lugar desarrolla los de papel y cartón. Impartirá clases de dibujo en la Escuela Modelo de Alicante que dirigía Franklin Albreia. En hogueras posteriores introduce otra innovación que, como las anteriores, revolucionaría no solo los distritos fogueriles sino también a los falleros valencianos; apelará a las hogueras del tradicional tablado sobre el que estaban ubicadas, a partir de ese momento al no existir límite ni de espacio ni de peso la hoguera pudo desarrollarse en altitud y extenderse. Si con la hoguera de (1930) Gastón empezó a darse a conocer en el mundo de las hogueras, 1931 fue el año de su consagración definitiva. La hoguera del distrito Benito Pérez Galdós.
Las hogueras realizadas por Gastón en el periodo comprendido entre 1932 y 1936 significaron el afianzamiento de un modo de concebir el arte. Ejemplos: 1932, Benito Pérez Galdós –La Foguera del Bien y del Mal–, 1er. premio iluminación nocturna. 1933, hoguera Plaza de la República (actual plaza del ayuntamiento) 1er. premio primera categoría. 1934 plaza de la república –Historia de un Pueblo–. 1935, –Veranos Antiguos y Modernos– 1er. premio primera categoría. 1936 plaza 14 de abril (plaza Calvo Sotelo) –Dichas Y Desdichas campesinas– 1er. premio primera categoría, hasta aquel entonces había logrado situarse a la vanguardia de las técnicas constructivas.
Residía prácticamente en París hasta 1936, venía sobre febrero hasta la “plantá” del 24 de junio, y luego viajaba a París, a “engordar” decía él. Recuperar fuerzas después del arduo trabajo de construir hogueras.
No me puedo detener en todas y cada una de las hogueras en las que participó, puesto que lo hizo en treinta y dos (32) monumentos fogueriles, logrando diez primeros premios, siete segundos y un tercero. Las construyó desde 1928 a 1936, y de 1941 a 1950.
Reseña biográfica
Gastón Castelló Bravo nació el día 3 de noviembre de 1901 en el alicantino barrio de Benalúa Sur, en la fábrica de conservas «Las Palmas» (de la que solo se conservan dos chimeneas con arqueología industrial), ya que su padre era jefe mecánico. Hijo de Matilde Bravo Ferrer (natural de Alcoy) y de Miguel Castelló Agulló (…-1934) de apodo el Francés, porque había nacido en Tenes (Argelia). Recordemos que Argelia era por entonces territorio francés, por ello, Gastón es nombre francés y fue educado en un ambiente francés, aunque Miguel era oriundo de Cocentaina. Fue el menor de tres hermanos: Ernesto, Laura y Adela. Desde muy pequeño sintió gran inclinación por el dibujo, se divertía dibujando a las mujeres que trabajaban en la fábrica. También estudió en la escuela de don Francisco Flores, donde demostraba grandes dotes para el dibujo.
Un día, acompañado de su padre viajó en diligencia a Alcoy (8 horas de viaje en diligencia tirado por mulas). Su progenitor cargado con sus dibujos quería presentarle a su hijo al amigo de su juventud, el ilustre pintor alcoyano don Fernando Cabrera Cantó (1866-1937) que fue alumno de Lorenzo Casanova (1844-1900), tío de Gabriel Miró, casado con Teresa Miró Moltó. Le gustaron tanto sus dibujos que Cabrera le dijo a su padre: «¡Deja pasar algún tiempo y, aunque no admito alumnos, con tu hijo haré una excepción!»
A los diecisiete años iba a Alcoy dos veces por semana para pintar bajo la tutela de don Fernando Cabrera, clases que duraban dos años. Por las noches acudía a estudiar dibujo en la Escuela de artes y oficios llamada “Cada de la Bolla”. Consiguió una formación académica y técnica, y aprendió dibujo del natural y de modelo.
En 1912 pinta su primer cuadro al óleo “El Pescador”, tenía 11 años. En 1921, Emilio Varela le invitó a exponer con él en la Exposición de Arte organizada por el Centro de Escritores y Artistas de Alicante, que presidía Miguel LLorente Marbeuf y en donde se exhibían también lienzos de José Marced Furió, Ferrari, Casteig, Sereix, Andrés Buforn y su mentor Emilio Varela (alumno de Lorenzo Casanova). Emilio Varela ya había conocido a Joaquín Sorolla en 1918 cuando vino a Alicante para pintar el Palmeral de San Gabriel, que luego titularía “El Palmeral de Elche” para The Hispanic Society of America (New York). En esas fechas Sorolla presentó a Varela al compositor Óscar Esplá (pero de esta amistad prometo hablar otro día).
En 1924 recibe el encargo del cartel de la Olimpiada Levantina, victorioso y lleno de ilusiones y deseos de independencia y emancipación, se trasladó por primera vez a la capital de España donde se enfrentó seriamente con la vida. Para subsistir trabajaba como dibujante en agencias de publicidad. Por la noche acudía a las clases gratuitas que se daban en el Círculo de Bellas Artes que contaba con modelos vivientes.
En Madrid no hay futuro para él y en 1926 marcha a París (tenía 25 años, hablaba francés, enseñado por su padre) que resolvía los problemas más perentorios sirviendo encargos publicitarios y reproduciendo obras del Museo Jeu de Paume. No era difícil en aquellos años 20 encontrarlo en Montmartre, también conocido como «La Butte», es un barrio con encanto situado en lo alto de una colina del distrito XVIII de París y famoso por la basílica del Sagrado Corazón, coronada por una cúpula. O en cualquier esquina del barrio latino realizando dibujos callejeros, vivió la bohemia, vendía telas. Se había convertido en uno más de la bohemia parisina (tan atractiva por fuera y tan triste por dentro) como el mismo confesaría en más de una ocasión.
República y Guerra Civil
A finales del año 1932, conoce Castelló a Federico García Lorca en Alicante, según la famosa fotografía en la playa del Postiguet donde vemos a José Juan Pérez, músico y compositor, y a Antonio Blanca Pérez, director de “Nuestra bandera” del PC y secretario del Ateneo y amigo de Gastón. Lorca había venido con el teatro Universitario de “La Barraca” al Teatro Principal, vino a verlo Pedro Salinas que estaba en el Altet. Debió conocer Castelló al poeta Miguel Hernández, puesto que el oriolano vino al Ateneo el 29 de abril de 1933 y Ramón Sijé, y luego 21 de agosto de 1937, conferencia sobre su viaje a Rusia, después, Miguel, participaría en el libro Versos en la Guerra, Socorro Rojo, 1 diciembre 1938, que a propuesta de Antonio Blanca ilustraron: Santana, Melchor Aracil, Abad Miró, Manuel Albert y Tomás Ferrándiz (ver la Ruta de Miguel Hernández en Alicante).
A partir del año 1935, Castelló fue vocal del Ateneo de Alicante, el secretario era su amigo José Ramón Clemente (ser ateneísta era muy importante, el presidente era Carlos Carbonell y el tesorero González Santana, empleado de banca). El Ateneo centraba toda la cultura alicantina esos años, tuvo su sede primero en la Explanada, en la calle Villavieja. Gastón participó en obras de teatro por la provincia, una especie de Misiones Pedagógicas junto a Luis Leopoldo Urrutia, Albert, Aracil, Baldrich.
Durante la Guerra Civil en Alicante, que era zona republicana, asediada y bombardeada por la aviación italiana aliada de Franco, llegan los años de hambre y calamidades, Gastón estaba afiliado al sindicato de pintores de la UGT y se dedicaba a pintar puertas y ventanas, luego retratos de líderes republicanos de gran tamaño de políticos que servían para los mítines (Azaña, Largo Caballero, Lenin, Negrín, la Pasionaria). El bombardeo de la plaza del Mercado Central del 25 de mayo de 1938 arrojó 270 muertos; en tres años hubo: 118 bombardeos, 481 muertos, y Gastón, agobiado por la situación, marcha a Albacete, donde consigue un contrato en un circo actuando con el payaso Popy.
Terminada la guerra regresa a Alicante, empiezan los procesos de depuración, le acusan de “dibujante subversivo”, miliciano de cultura y miembro del Ateneo, le encarcelan en el Reformatorio de Adultos de Alicante (salen los falangistas y entran los afectos a la República. Es condenado a 6 años y un día, de los que cumplió año y medio (18 meses) tenía la atenuante de que había salvado arte sacro de las iglesias incendiadas, tiempo carcelario que aprovechó para pintar acuarelas enmascarando la realidad para sortear la censura, pintó a presos en la vida carcelaria. Por falta de espacio en las celdas no le era posible pintar al óleo. De esta circunstancia brotó su dedicación a la acuarela, técnica que llegó a dominar gracias a la práctica diaria. La cultura estaba en las cárceles: Emilio Varela, Ricardo Fuentes (profesor de dibujo), González Santana, Eusebio Oca, Vicente Olcina, José Juan, Miguel Abad Miró (estudiante de arquitectura), Melchor Aracil (que habían colaborado ilustrando el poemario Versos en la guerra, Socoro Rojo Internacional, Alicante, junio 1938), y otros intelectuales como José Ramón Clemente, el prólogo era Carlos Schneider y con poemas de Miguel Hernández.
La posguerra
A finales de 1940 le concedieron la libertad. Parte del año siguiente lo pasó en el norte de África en Bou-Saada (Argelia) donde siguió pintando, pero tiene el compromiso de las Hogueras de Sant Joan. Continuó construyendo hogueras hasta 1950 a consecuencia de los encargos que se le multiplicaban de pinturas y murales para entidades particulares y oficiales.
Durante 1943 vivió una temporada en Suiza invitado por el pintor Joseph Lachat, al que conociera en Alicante. En Suiza con gran tradición al mosaico, se aficionó al mosaico y aprendió su técnica. Más tarde en México pudo apreciar las importantes pinturas murales y grandes mosaicos. En 1947 pintó el tríptico de la construcción de la Casa Consistorial de Alicante (edificio del Ayuntamiento 1691-1780). Su tamaño es descomunal, y su belleza es sobrecogedora. Los colores y la suavidad con la que Castelló traza las figuras, prestando suma atención a los detalles sin caer en el realismo y sin perder su sutil abstracción geométrica de las formas, hacen de esta obra una auténtica maravilla, que transmite la armonía del conjunto y sosiego cuando lo que estamos observando son auténticas escenas de trabajo y esfuerzo (Alicante Vivo).
Posiblemente, nunca en el arte de las hogueras haya habido una obra tan concreta, con tanta influencia en su nacimiento y desarrollo como el conjunto de monumentos creados por Gastón Castelló. Unas hogueras que vieron la luz en diecisiete años diferentes y que se extienden a un total de 33 obras adultas, cuatro de ellas realizadas en colaboración con otros artistas. A las que habría que sumar alguna portada de barraca, de considerable resultado todas ellas. En 1956 fue llamado a presidir la Comisión Gestora en un intento de hacer salir a la fiesta del estancamiento en el que se encontraba. Durante su mandato se realizaron algunos cambios importantes. Aumentó considerablemente el número de hogueras, se consiguió la inauguración de la “Casa del Foguerer”. Prestó gran atención a las barracas, hogueras infantiles, adorno de calles… Crean la “Bellea del Foc” y el ritual de su elección en el Teatro Principal. Destaca en esta época la importancia que la fiesta va adquiriendo por la gran cantidad de actos que la componen. Terminó el mandato fogueril el 7 de septiembre de 1960. La gestión de Gastón presidente no ha servido más que para dejar constancia perenne de su gran calidad personal, su amor a todo lo alicantino y la participación efectiva en todos y cada uno de los muy diversos aspectos que componen nuestra fiesta de San Juan.
Fallecimiento y reconocimientos
Cinco días antes de fallecer Gastón Castelló ingresaba en la clínica Vistahermosa de Alicante con un grave cuadro de fiebre, desnutrición e insuficiencia respiratoria a los 85 años. Se le concedió la Medalla de Oro del Ateneo. Su muerte conmovió a todo la ciudad, el alcalde era el socialista Luis Lassaleta. Llevaba varios días alimentándose a base de líquidos que le suministraba su ATS particular Manolo Ruíz. La salud de Castelló ya llevaba tiempo debilitándose, estaba perdiendo progresivamente la vista y ya había sufrido varios amagos de infarto. Dos días antes de su muerte regaló un dibujo a lápiz de la Virgen de las Angustias a las monjas de la Clínica Vistahermosa. Falleció el 16 de mayo de 1986. El Ayuntamiento en sesión urgente y extraordinaria declaró cuatro días de luto oficial, ofreció una sepultura municipal y se hizo cargo del entierro que tuvo lugar al día siguiente. La estatua de bronce del artista foguerer Gastón Castelló, mirando al cielo, que reposa sobre un banco en la plaza 25 de Mayo, junto al Mercado Central, es de la artista Izabella Jagiello. Se le recompensa el 3 de noviembre de 1979, día de su 76 cumpleaños, en que el ayuntamiento le concede el título de Hijo Predilecto de Alicante. La Diputación de Alicante lo nombra el 21 de mayo de 1983 Hijo Predilecto de la Provincia. Da nombre a una estación del TRAM Metropolitano de Alicante.
Notas biográficas
- Alicante Vivo, Varios artículos en la red, dirigen Alfredo Campello y Juan José Amores.
- Fernández Palmeral, Ramón, “Vida y obra de Gastón Castellón”, conferencia en la Asociación de Artistas Alicantinos, 2010.
- Mas Calabuig, Manolo, Gastón Castello (1901.1986), Ayuntamiento de Alicante, 2002.
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Magnífico artículo, de Ramón Fdz Palmeral, en el que da una visión exhaustiva del pintor Gastón Castelló.
A través de este escrito se rinde un homenaje muy merecido a este famoso pintor alicantino, verdadero maestro de los murales y constructor de hogueras, que con su fina inspiración creo un arte alicantino con sello propio.
Gracias Pilar, lo cierto es que Gaston Castello es una figura muy importante de hogueras, mosaicos y pintura. En el altar del monasterio de las Magdalena de Novelda tiene un hermoso cuadro.
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