«Fum» de Josi Alvarado. Dramaturgia ignífuga

Todas las ciudades y poblaciones encierran en su historia acontecimientos que han sido clave en el devenir de aquellos que las habitan. Si pensamos en Alicante, quizá uno de los primeros que se nos viene a la mente sea el bombardeo del Mercado Central en 1938, y no es para menos. Pero hubo otros, quizá menos conocidos, y afortunadamente con muchas menos pérdidas humanas que igualmente pudieron cambiar la vida y el destino de muchas familias. En 1844 se produjo un terrible incendio en la Fábrica de Tabacos de Alicante, en la que más de tres mil almas se disponían a iniciar su jornada laboral.

Ciento setenta y cinco años después de aquel suceso, y a raíz de la iniciativa cultural Laboratorio de escritura dramática «Memoria de Cigarreras» organizado por el IAC Juan Gil-Albert, la autora Josi Alvarado (Premio Ana Diosdado 2019) construye un relato dramático a partir de aquel suceso. «Fum» es el texto que en 2019 fue editado por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert de la Diputación de Alicante dentro de su fantástica colección Dramaturgia Contemporánea.

Cuando uno lee teatro, y viene del teatro, y ama el teatro, no puede evitar durante la lectura dejar a la imaginación la misión de transformar el papel en una producción, y eso a veces resulta muy complicado porque el texto no esté lo suficientemente bien armado como para poder sostenerlo con la mente, en unas tablas imaginarias. Por eso, ya de entrada, diré que Josi Alvarado sí lo consigue con esta obra.

«Fum» no es un relato descriptivo de aquel fatídico incendio de la Fábrica de Tabacos. «Fum» es una historia sobre mujeres de una misma familia a través de los tiempos, con un punto de partida que las sitúa en aquella terrible estampida de la mañana del 20 de mayo de 1844. Finita la de Martín abre la puerta a este itinerario que Alvarado fabrica, impregnando a sus protagonistas de un humo que embriaga, que envuelve y que llega en algunos momentos a asfixiar, «uno puede morirse o matar por la razón más absurda. Uno puede morir de puro tonto y uno puede matar de puro bueno». El «Fum» (humo) se desprende en cada una de las escenas en las que la autora va sembrando verdades. Las siembra en un terreno firme, aunque por momentos quizá rondando un exceso de intensidad en el lenguaje, que no impide saborear el talento de esta dramaturga que, a lo largo de seis escenas, no solo pinta este retrato familiar con trazos que van de lo divertido a lo siniestro, sino que Josi Alvarado dibuja una triste realidad que ha sobrevivido a los tiempos, la de una sociedad patriarcal que va desde una machista charla entre policías ante la Fábrica de Tabacos aún humeante, al brutal discurso de «uno de los demonios más renombrados de los setenta y cinco: ‘esto hay que aprenderlo bien: las mujeres no deben ser jamás conscientes de que son importantes. hay que convencerlas por todos los medios, hay que darles pruebas, certezas, órdenes, ramos de margaritas, pero nunca dejéis que las mujeres sean conscientes de que son importantes porque esa sería la única revolución que no podríais parar jamás’».

Un secreto sepultado bajo los escombros de aquella imponente fábrica, que sin querer marcaría la vida de cuatro generaciones. Una historia de mujeres fuertes, inteligentes, sensibles, de mujeres supervivientes al humo de la injusticia que aún hoy nubla la mente de muchos. Ojalá pronto este texto pase de ser una producción en la imaginación de sus lectores a una realidad en cartel.

Aprovecho con el permiso de Josi Alvarado, y de todas las mujeres que a lo largo de su historia poblaron la Fábrica de Tabacos de Alicante, para tener un recuerdo a mi tatarabuela Úrsula Roque, maestra tabaquera allá por mil novecientos.

Fuente de la imagen que abre este artículo: Asociación Cultura Alicante Vivo, a quien agradecemos poder compartir esta imagen.